Verónica Salgado
"Si mi hijo será feliz usando sus alas, lo liberamos. Es difícil dejarlo partir, pero él decidirá si quiere seguir junto a nosotros o volar al cielo". Son las sentidas palabras de los padres del menor José Ibarra, que en 2016 sufrió un grave accidente en un columpio que lo dejó con severo daño neurológico y que desde el lunes está con riesgo vital, afectado por una neumonía que complicó su salud.
Gloria Naipil y Pablo Muñoz aseguran que en la Urgencia del Hospital Base San José de Osorno fueron víctimas de discriminación y negligencia, ya que debieron esperar 9 horas en un pasillo para recibir atención adecuada el lunes.
El menor ingresó al recinto asistencial con fiebre superior a 40 grados, lo que se complica dada su condición de discapacidad. José está conectado a una máquina que lo ayuda a respirar a través de una traqueotomía, lo que además obliga a alimentarlo por sondas. Actualmente su peso no supera los 40 kilos.
La voluntad de Dios
Con lágrimas en los ojos, Gloria Naipil observa cómo su hijo José Ibarra lucha por su vida en la cama donde ha estado desde que el 9 de febrero de 2016, jugando con unos amigos, sufrió un accidente tras quedar aplastado por un columpio para discapacitados en una plaza de Francke.
"Llevamos a José al hospital porque ya no sabíamos qué hacer para ayudarlo, ya que estuvimos 3 días con mi hijo con fiebre y seguimos cada uno de los pasos indicados, pero no le bajaba. Siempre nos dijeron que si está más de 3 días con fiebre, tenemos que llevarlo a la urgencia. Pero allá esperamos 9 horas sin recibir atención adecuada. Un niño con esta condición de salud debió ser prioridad", dijo la madre emocionada y afectada.
Agregó que decidieron traer de vuelta al pequeño a casa, ya que tras las 9 horas sin atención, lo dejaron en una camilla a la espera de un cupo para poder ingresarlo a sala de hospitalizados adultos, lo que contradice toda indicación médica dada previamente.
José Muñoz explicó que ayer volvieron al hospital, donde recibieron atención adecuada, pero tardía. "El médico nos dijo sinceramente que podía dejar hospitalizado a nuestro hijo, pero que no tengamos esperanzas de que supere la enfermedad. Es cosa de horas. Preferimos traerlo a la seguridad de su hogar, junto a quienes lo amamos. Y si decide partir, queremos acompañarlo hasta su último aliento", comentó.
José Ibarra está en riesgo vital y con atención domiciliaria, siendo los próximos 5 días cruciales para su pequeño cuerpo.
Los padres señalan que esperan la voluntad de Dios y de su hijo.
2016 ocurrió el accidente mientras José Ibarra jugada con sus amigos en un columpio de Francke.