Un sujeto premunido de un cuchillo de 15 centímetros apuñaló a su conviviente -ambos de 19 años- en el domicilio que ambos comparten en Rahue Bajo, sólo porque aún no estaba lista la comida, momentos en que el iracundo sujeto le pidió que le sirviera. La víctima se encuentra internada en la unidad de Urgencia.
"No puede cobrarse en absoluto durante el período de interrupción del servicio"
Juan Andrés Fontaine, ministro de Economía, por plan de compensación
"Esperamos lograr indemnizaciones superiores a las establecidas por la norma"
Luis Álvarez, Asociación de Consumidores de Osorno, por corte de agua
La contaminación de los estanques de la empresa Essal que afectó a todos los habitantes de la ciudad de Osorno es un nuevo y lamentable ejemplo de cómo operan y enfrentan los problemas los privados que tienen a su cargo la provisión de servicios básicos.
Y si bien la sanitaria ha hablado de un error humano, hasta ahora nadie ha detallado de manera clara y precisa cómo más de mil litros de petróleo van a dar al estanque que potabiliza el agua de una ciudad de 140 mil habitantes, y de paso también contaminan el río Rahue.
Es posible que este hecho haya sido un error o un accidente, porque asumimos que nadie quiere contaminar intencionalmente el agua de la comuna, pero lo concreto es que estamos frente a un hecho inexcusable que requiere más que una simple explicación.
Los privados deben entender que no pueden gozar de los beneficios del negocio y no asumir de manera rápida y clara la reparación cuando fallan.
El subsecretario de Obras Públicas ha manifestado que a "Essal le quedó grande el poncho". Puede que tenga razón. Tristemente, en materia de fiscalización y control, el Gobierno tampoco ha dado el ancho. La Superintendencia de Servicios Sanitarios, que es el organismo normativo y fiscalizador de las empresas concesionarias que prestan los servicios de agua potable y alcantarillado, depende del Ministerio de Obras Públicas. Aquí no sólo la sanitaria dejó de hacer su trabajo. ¿Hasta cuándo? Esa es la pregunta que nos hacemos todos. Hay que poner un alto a esta realidad y establecer nuevas reglas con castigos más duros para quienes no las cumplan.
Si la acción de Essal amerita el término de la concesión no debe haber espacio para dudas o vacilaciones a la hora de aplicar la sanción que corresponda.
La comunidad de Osorno merece respeto y una explicación razonable sobre lo ocurrido, pero también una compensación por los inconvenientes que han tenido que vivir los últimos días a raíz de esta situación. Aquí habrá que determinar las responsabilidades, y más allá de las indagaciones que realice la sanitaria, o de las explicaciones que ofrezca día a día el comité de emergencias, la investigación abierta por la Fiscalía es fundamental.
Rabindranath Quinteros Lara, senador por la Región de Los Lagos
Es de tal magnitud la crisis del agua que se vive desde el jueves en Osorno que, ahora más que nunca, se hace absolutamente imperioso que las diversas investigaciones que llevan los órganos del Estado se desarrollen a un ritmo que logre combinar la precisión y claridad de las diligencias con la celeridad que amerita una emergencia de estas características, la que hace cinco días mantiene en vilo a la comunidad por la interrupción del suministro, primero, y por las incertezas acerca de su reposición, en segundo lugar. Sin olvidar que la prioridad número uno sigue siendo garantizar el acceso de agua potable a la comunidad mediante un plan de contingencia que se ha ido armando en el camino (patente evidencia de las faltas de previsión que hay en torno al abastecimiento de este servicio básico), la opinión pública nacional, pero sobre todo la local, necesitan saber en el corto plazo qué es lo que detonó la cadena de errores y negligencias para el vertimiento de 1.100 litros de petróleo a la planta de potabilización de Caipulli y al río Rahue.
Quizás el proceso indagatorio más importante que se lleva a cabo es el del Ministerio Público, desde donde el primer día del corte del suministro, el jueves pasado, se abrió una investigación de oficio que investiga la ocurrencia de dos delitos; uno, la contaminación del agua potable, y el otro, la llegada de hidrocarburos al cauce del río Rahue. Esta indagatoria buscará determinar las responsabilidades penales y, por la rigurosidad con que se espera actúe la Fiscalía, hay fundadas razones para que se llegue a buen puerto.
La segunda indagatoria abierta es la de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SiSS), que es el órgano regulador de las empresas que proveen agua potable en el país. A ella le competerá pesquisar los protocolos de operación y seguridad que debía cumplir Essal en la planta de Caipulli y averiguar cómo es que algo tan vital como una planta de potabilización se haya contaminado con petróleo.
Y por último, está el proceso de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), que tendrá que abordar uno de los puntos más difíciles de entender: cómo es que la zona del generador de petróleo estaba tan cerca de la planta en que se potabiliza el agua de una ciudad de 180.000 habitantes.
De cada una de estas interrogantes, la ciudadanía osornina espera respuestas claras y oportunas. No hay margen para fallas ni dilaciones en esta materia.
Cuando el reloj marcaba las 6 de la mañana, los osorninos que a esa hora circulaban por las calles sintieron en carne propia los -5,5° que se dejaron sentir en toda la zona. Según la estación meteorológica del Instituto Adolfo Matthei, se trata de la temperatura más baja en lo que va del año, lo que ha sido constante este mes.
Dos meses duraron las manifestaciones y conflictos producto de la instalación de un monorelleno en Purranque. Tras no prosperar el proyecto, la empresa privada Ecoprial, emplazada a 15 kilómetros de Osorno, recibirá miles de toneladas frente al vertedero de Curaco, por lo que ya está transitado el cargamento a la ciudad.