La increíble precisión a la que han llegado los cálculos en astronomía permite conocer con seguridad casi perfecta fenómenos tan asombrosos como lo son los eclipses totales de Sol. Es así como ya sabemos el minuto exacto en que el próximo año nuestro sur vivirá este espectáculo que concitará nuevamente la atención mundial.

Sabiendo desde hace muchos meses que este acontecimiento sucedería en la Región de Coquimbo, arrendé por la plataforma Booking un alojamiento en La Serena. Los días se pronosticaban con cielos despejados, así que nada empañaría la fiesta. Una vez arribada al departamento, no había nadie de anfitrión. El teléfono de contacto mostrado resultó ser el de un familiar que luego de mucha insistencia entregó el del incipiente emprendedor turístico. Una vez lograda la llamada, con muy poca amabilidad indica que las condiciones de "su empresa" consistían en recibir el pago por adelantado o se perdía la reserva, y que si tenía algún problema no era con él, sino con Booking. Por supuesto, me contacté con la plataforma en donde una persona, esta vez sí muy amable, entendió la situación. Se deshizo en disculpas y al ver que el arrendador estaba infringiendo las normas acordadas, buscó rápidamente una alternativa mejor. Demás está decir que los precios a esa altura triplicaban los normales dada la alta demanda, pero indicaron que respetarían el valor original y ellos cancelarían la diferencia, lo que confirmaron inmediatamente con un correo.

Esta situación nos debe hacer reflexionar sobre la pérdida de confianza que subyace cuando hay un cambio de reglas unilateral en todo acuerdo. En temas más serios como los proyectos de inversión se debe pasar por muchos trámites y permisos para recién poder iniciar una faena. Por ejemplo, en minería son 210 los permisos que se deben obtener y diez años los que deben transcurrir antes de mover algo, dicho por el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de la Productividad. En diez años, la tecnología ya ha cambiado y si se quiere incorporar cambios al proceso productivo, hay que comenzar todo de nuevo. Si además se discute eternamente alguna reforma tributaria o laboral, es imposible poder evaluar cuáles serán las condiciones en que se operará. Y si agregamos que una vez obtenida la colección de permisos existe la posibilidad de impugnarlos (en la construcción hay nueve diferentes maneras de hacerlo), no sorprende que la actividad económica se encuentre sin crecimiento.

Debemos acordar reglas claras, de largo alcance y respetarlas férreamente si queremos crecer y abordar los problemas de la sociedad. De otro modo nos puede suceder que por obtener una ganancia rápida, pero efímera, tengamos algo de pan para hoy, pero mucha hambre mañana, como el serenense que fue eliminado definitivamente de Booking por cambiar las reglas a su antojo.

Alicia Vesperinas, ingeniero civil

estructural y presidenta de la CChC Osorno

Después de muchísimos anuncios que al tiempo eran seguidos por nuevos anuncios, finalmente parece haber fecha concreta ya para la anhelada remodelación de la aduana del complejo fronterizo Paso Samoré, que con los años ha ido adquiriendo aceleradamente una mayor importancia para la conectividad entre Chile y Argentina, en virtud de la cantidad de días en que permanece abierto y de su privilegiada ubicación geográfica en el territorio nacional, que le permite ser la puerta de entrada para la conexión terrestre con la zona austral del país. Aunque desde hace 15 años se viene esperando la materialización del proyecto, su necesidad se hizo más patente todavía luego del incendio que el 31 de diciembre de 2012 destruyó gran parte de las instalaciones aduaneras que databan de 1978.

Con el paso del tiempo, la relevancia del Paso Samoré, ubicado en la provincia de Osorno, se ha ido haciendo cada vez mayor, al punto que hoy por hoy es considerado el segundo cruce fronterizo de importancia después de Los Libertadores, en la Región de Valparaíso. El boom del turismo de compras por parte de argentinos en el territorio nacional, que se prolongó por un par de años hasta 2018, fue otro botón de muestra de la imperiosa necesidad por dotar a Samoré de estándares más elevados de habitabilidad y atención de público. Las largas esperas que se forman allí en las épocas de mayor flujo, además de las naturales incomodidades, son un ineludible recordatorio de la tarea pendiente.

Afortunadamente, esta semana las autoridades han puesto fechas para la concreción de la remodelación y habilitación de la aduana integrada. En voz de autoridades regionales y nacionales, ya comenzaron los trabajos del diseño del nuevo complejo fronterizo, los que deberían estar concluidos en el primer semestre de 2020. Luego, vendrá la construcción misma por un lapso de tres años, período en el cual la aduana será reubicada en instalaciones temporales.

Por su importancia y montos es una obra de marca mayor. Será una inversión de $20 mil millones que dejará a Samoré muy bien posicionado para seguir erigiéndose como el segundo principal paso fronterizo del país. ¿Qué se espera ahora? Pues que se cumplan los plazos y los montos comprometidos.