La joven que con sus dulces preparaciones es un ejemplo de inclusión
EMPRENDIMIENTO. Catalina Bidegain es una joven con síndrome de Down que tiene un emprendimiento de pastelería, tortas y otras preparaciones que vende en el hospital y a pedido.
"Chinita, dulces hechos con amor" se llama el emprendimiento de repostería desarrollado por Catalina Bidegain, una joven de 30 años con síndrome de Down que gracias a su talento y habilidad para las preparaciones dulces como pasteles, wafles, alfajores y tortas ha ido cumpliendo sus sueños, logrando metas y desarrollado una vida independiente siendo un ejemplo de inclusión escolar, laboral y social que no han estado definidas por su condición sino por sus capacidades y sentimientos.
El amor por elaborar cosas dulces y el cariño que recibe de sus clientes impulsaron a Catalina a participar en el concurso de la mejor torta realizado el sábado 22 de junio en el marco de Osorno Dulce 2019, organizado por el municipio local.
Si bien no logró estar entre los tres primeros lugares, fue sin duda la gran ganadora de los aplausos, cariño y admiración de los cientos de asistentes a la actividad realizada en el Centro Cultural.
La joven diariamente vende wafles, alfajores o pasteles en el Hospital Base San José de Osorno, donde es conocida y querida por quienes trabajan y visitan el recinto de salud. Además entrega tortas a pedidos en restaurantes y clientes que la contactan a través de sus redes sociales: Instagram dulces_chinita, y su Facebook Dulces Chinita Osorno.
Dulces hechos con amor
Catalina cada mañana se levanta muy temprano para preparar las delicias con que agasajará a sus fieles clientes del sector Lavandería y Farmacia del hospital, donde se instala de 9 a las 12.30 de lunes a viernes.
"Me pone feliz ser una persona independiente y ganar mi plata gracias al trabajo que realizo, por eso mis redes sociales dicen dulces hechos con amor, porque amo cocinar tortas, pasteles, wafles o cualquier cosita rica dulce", explicó la joven la mañana de ayer mientras entregaba wafles a unos funcionarios del recinto de salud.
Catalina cursó la educación básica en la Escuela España y la media la realizó en el liceo técnico Santa Teresa de los Andes, donde comenzó su acercamiento a la repostería al elegir en tercero medio la especialidad de Gastronomía.
"Todo la pastelería la hago con el mismo cariño, pero creo que mi especialidad es la torta de mil hojas rellena con crema, manjar y mermelada de mosqueta. Con esa torta participé en el concurso y la verdad me puse triste cuando no gané, pero tanta gente me saludó que me animé y el otro año volveré a estar", comentó sonriente "Chinita" como le dicen cariñosamente.
Su emprendimiento se llama "Chinita, dulces hechos con amor", justamente por su apodo de infancia, además de ser una fanática del insecto conocido.
"Mi gran meta es juntar plata para tener mi casa propia donde vivir sola y poder recibir muchas visitas a quienes siempre les tendré un rico pastel. Mi gran sueño es participar de un concurso en la televisión de preparaciones dulces. En todo este tiempo he recibido tanto cariño en el hospital, la gente que me conoce y mi mejor amiga Genoveva Ojeda que ha estado junto a mi desde octavo básico apoyándome, al igual que mi mamá que es muy buena y la amo", dijo emocionada la joven, que reconoce que el camino a la inclusión ha estado marcado por sus dulces preparaciones.
Experiencia
Ignacio Caveros, subdirector de Recursos Humanos del Hospital Base de Osorno, explicó que a Catalina la conocieron al interior del recinto donde se hizo famosa por sus deliciosos wafles, entre otras preparaciones, las que comparte siempre con una sonrisa siendo muy popular entre los funcionarios.
"Un día nos enteramos que pasó un mal rato dentro del recinto, por lo que en conjunto con los directivos del hospital le entregamos una credencial para que pudiera ingresar. Como recinto estamos agradecidos de poder contar con la "Chinita" dentro de nuestro equipo, ya que creemos que su talento y perseverancia es un ejemplo para toda la comunidad", reconoció el directivo.
Catalina potenció y desarrollo su talento gracias a que durante cuatro años (2011 a 2014) participó como alumna oyente en clases de Inacap, donde fue incorporada gracias a la solicitud de su madre Sandra Peña, quien luchó por una oportunidad para su hija.
Jorge Ojeda, director de Gastronomía en Inacap, explicó que se le permitió participar de las clases en una época donde por capacidad de los cursos era posible. Admitió que la experiencia con Catalina fue muy enriquecedora para todos quienes compartieron con ella ya que es una joven muy talentosa y carismática.
"Catalina era muy autoexigente y siempre fue una más respondiendo perfectamente a las exigencias y siendo parte del grupo, por eso sus profesores y los que fueron sus compañeros la recuerdan con cariño. Es muy satisfactorio saber que con todo lo que aprendió pudo desarrollar un emprendimiento y compartir su talento con quienes prueban sus pasteles. Es un ejemplo de inclusión del cual debiéramos aprender y replicar de forma habitual", explicó Ojeda.
Amor de madre
Sandra Peña está orgullosa de su hija y cómo ha logrado desarrollar su vida, donde la pastelería es un camino a la inclusión la cual para muchos niños con síndrome de Down o con capacidades diferentes tarda en llegar.
"Catalina es una mujer intensa con sus emociones, tiene muy buenos sentimientos, se lleva bien con todas las personas, es responsable, una persona llena de virtudes y mucho amor. Ser su madre ha sido una experiencia de vida buena, donde como familia hemos trabajado duro para que ella logre sus metas", explicó la amorosa madre mientras observa a su hija rellenar una torta.
Reconoce que como padres siempre existen aprensiones respecto a los hijos, las que vivió con su hija Bernarda de 33 años y su hijo Sebastián de 26 años.
"En el caso de Catalina las he tenida aún más, pero es clave no ser egoísta y pensar en ella, en su felicidad. Para quienes sean padres de un hijo con síndrome de Down, o lo serán en futuro, les puedo decir que no es fácil pero tampoco difícil. Recibes un amor maravilloso y volvería a repetir feliz mi historia y que mi "chinita" me volviera a elegir de mamá", comentó Sandra.
La progenitora, quien trabaja de forma independiente, es la gran compañera de su hija a quien diariamente va a dejar al hospital o donde deba entregar sus preparaciones sin interferir en el desarrollo personal de su joven hija que disfruta de compartir con sus amigas, ir la cine, de compras, entre muchas otras actividades cotidianas.
"Como sociedad vamos en camino a la inclusión real, pero nos falta mucho, principalmente en oportunidades reales en educación, laboral y social. En mi caso nunca he sentido que mi hija sea discriminada, pero porque yo tampoco ando pendiente de las mala onda. Pero si queremos inclusión también las familias debemos aplicarla, que en muchos casos no ocurre", enfatizó la madre.
"Mi gran meta es juntar plata para tener mi casa propia donde vivir sola y poder recibir muchas visitas a quienes siempre les tendré un rico pastel"
Catalina Bidegain, Emprendedora.
"Ser su madre ha sido una experiencia de vida buena donde como familia hemos trabajado duro para que ella logre sus metas"
Sandra Peña, Mamá de Catalina
30 años tiene Catalina Bidegain Peña, quien tiene síndrome de Down lo que ha sido un motor para desarrollar una vida independiente siempre apoyada por su familia.
1° concurso en que participó fue en la "Mejor Torta" realizado el sábado 22 en el marco del Osorno Dulce 2019 donde con una preparación de mil hojas fue una de las 80 concursantes.
3 tipos de base de torta como bizcocho, merengue y mil hojas prepara la talentosa joven. Luego busca los rellenos que tendrá siendo su favorita la de mil hojas con crema, manjar y mermelada de mosqueta.