Constantemente analizamos la situación de nuestro rubro, apuntando a las correcciones que debieran generarse para volver a un estado de equilibrio, en el que producir bajo esquemas tradicionales nos puedan reportar una rentabilidad adecuada.
Es también parte de nuestro afán el discutir sobre alternativas de mercado. Sin embargo, cabe preguntarnos si estamos poniendo atención a los cambios crecientes a nivel internacional que bien pueden marcar una diferencia competitiva, o también dejarnos atrás en carrera de mercado alimentario.
El alto y creciente consumo de productos de origen animal ha comenzado a generar inquietud, sobre si los ritmos productivos y su eficiencia son suficientes para responder a requerimientos de una población mundial en expansión. En este contexto, corrientes culpan a la carne de poseer sistemas ineficientes respecto de uso de suelo, agua y materias primas, además de bienestar animal. Carnes artificiales son hoy foco de I+D.
Entonces, debemos avanzar pronto antes que un problema importante pueda estrellarse en nuestras narices, sin dar mucho tiempo para reaccionar.
Podemos trabajar con nuestras autoridades en el rotulado de sustitutos artificiales de la carne con acuciosidad, ya que de acuerdo a nuestro Código Sanitario, en el artículo 268, se denomina carne como "la parte comestible de los músculos de los animales de abasto como bovinos, ovinos, porcinos, equinos, caprinos, camélidos y de otras especies aptas para el consumo humano".
Por otra parte, debemos potenciar el trabajo de nuestra academia y centros de investigación. ¿Cómo destacar las ventajas nutricionales de la carne chilena y sus derivados funcionales? Porque no basta con reproducir una proteína o depurar un micronutriente. Nuestra carne y nuestra leche poseen componentes que poseen un comportamiento único. El rumen bovino sintetiza ácidos grasos como Omegas a partir de precursores del paso. Acelerar la investigación para el reemplazo de plásticos para envases de productos agrícolas y alimentarios nos dará una buena herramienta para competir en el mercado. Hoy más que nunca debemos rentabilizar, pero también mejorar la eficiencia de producción ganadera.
Sergio Willer Daniel, presidente de Corpcarne