¿Cuántas veces hemos regalado algo a nuestros hijos que en principio les gusta, pero un momento después y para nuestra desazón, nos confiesan que lo hubiesen preferido de otro color?
El paso vertiginoso del tiempo nos convierte en prisioneros de nuestras funciones, lo que nos hace muchas veces difícil planificar el orden de nuestras prioridades. Así las cosas, en algunos casos nos convertimos en simples proveedores, creando en nuestro subconsciente una careta de amigo, "partner", que nos da la falsa sensación de que todo marcha bien en nuestro rol de tutores.
Los medios tecnológicos pusieron el mundo en nuestras manos. En su cara amable, podemos estar virtualmente en cualquier parte del globo. Por contrapartida, podemos suplantar y crear identidades inexistentes, con oscuros fines.
Es de pleno conocimiento los papeles protagónicos que tiene Facebook, Instagram, WhatsApp, Twitter, Linkedln, Pinterest, etc., que a pesar de ser herramientas de gran aporte comunicacional, son verdaderas bases de datos en línea, ya que lo que se "sube" a la red viaja casi tan rápido como la luz. Es aquí donde aparece el adulto, -entiéndase padres o símiles-, quienes son responsables de la praxis del concepto de "autocuidado", para evitar que sus niños entreguen su vida a los soportes virtuales, ejerciendo su misión de formadores y tutores responsables. Deben procurar espacios de interrelación, a fin de compartir y conocer inquietudes y disipar dudas, fomentar y cimentar principios, teniendo claro que el tiempo no está supeditado sólo a la cantidad, sino que a la calidad.
En el mundo de hoy no hay que olvidar la máxima que señala "nada se destruye, sólo se transforma", o mejor dicho en informática, "nada desaparece en forma absoluta".
En Inacap, la Red de Apoyo Estudiantil, RAE, ha tenido un papel preponderante respecto a la temática en cuestión, no obstante, su valor no es absoluto, considerando que la formación de base está en el hogar.
Por todo lo anterior, la invitación está hecha: no aguardemos a que ellos sean parte del noticiero policial, como víctimas. Dialoguemos, compartamos, conozcamos, que las diferencias de tiempos y niveles de formación no sean impedimentos para tomar la mano y caminar juntos. La formación base es nuestro hogar (¿lo aprendió en casa…o no?).
Víctor Contreras González, académico de la Universidad Tecnológica de Chile-Inacap Sede Osorno