Accidentes carreteros
Exceso de velocidad, conducción en estado de ebriedad, maniobras imprudentes son causas reiteradas de gran parte de los accidentes. Si las malas conductas persisten de poco o nada valdrán los mejoramientos solicitados, que desde luego se justifican.
La continua ola de accidentes carreteros en nuestro país llama a la reflexión acerca de las causas que provocan estas tragedias, muy ligadas por lo general al comportamiento humano, sin desconocer que varias de las carreteras podrían necesitar algunos reacondicionamientos.
Al revisar tales accidentes se constata a vehículos que aparecen intempestivamente desde caminos laterales; otros que adelantan en lugares y circunstancias cuestionables; se agrega la presencia de alcohol en los conductores; maniobras claramente prohibidas y el tradicional exceso de velocidad.
En el caso de nuestra Región, es evidente que la falta de bermas, por ejemplo, la inexistencia de señalización o la mala calidad de una ruta conspiran en contra de un mejor manejo, pero es el factor humano lo fundamental para evitar estos dramas. Así lo indican las respectivas crónicas de estos hechos, desgraciadamente muy reiterados.
Si la calidad de una ruta fuera la única condicionante para evitar siniestros, no cabe la menor duda que la Ruta 5 Sur no sería escenario de ellos; sin embargo, se producen ante maniobras impropias de algunos conductores y un desapego absoluto de las normas del tránsito, entre ellas el máximo de velocidad. Tal cosa ocurre también en otras diversas vías del país, modernas y absolutamente bien implementadas.
Resulta natural pedir mejoras, como ocurre en forma insistente con la Ruta Internacional 215 -en proceso a convertirse en doble vía-, o ahora en la ruta hacia el mar U400 que sí las necesita. Pero son los conductores, básicamente, quienes deben mostrar un manejo más responsable, en especial en lo relativo al consumo de alcohol y el exceso de velocidad. Si estas conductas persisten de poco o nada valdrán los mejoramientos solicitados, que desde luego se justifican.
Estas irregularidades se observan también en las calles y avenidas de Osorno, sobre todo en las noches, y de ello hablan las crónicas policiales con excesiva frecuencia. El factor humano, entonces, es clave para evitar estos hechos.