Apilados en tres cajas de plátanos, cubiertos por aserrín y sin ninguna consideración hacia sus especiales necesidades de temperatura y alimentación, fueron halladas esta semana 45 crías de loros choroy al interior de una camioneta que se dirigía hasta Santiago, en un operativo realizado por Carabineros que se desplegó gracia a un llamado telefónico anónimo. La diligencia, desarrollada la semana pasada en las cercanías de la Ruta 5 Sur, en la ciudad de Purranque, ha develado el oscuro mundo del tráfico de las especies animales que se encuentran protegidas por la ley, y que en el mercado negro pueden llegar a representar significativas ganancias para quienes participan en las capturas y su comercio.
Lamentablemente, el sur del país, dada su rica diversidad en flora y fauna, a la que se puede allegar de modos relativamente fáciles en los parques nacionales, es un terreno fértil para quienes sin conciencia alguna ni respeto por el medio ambiente, deciden lucrar con el tráfico de especies protegidas. En el pasado ha sucedido, por ejemplo, con los bosques de alerces, y más recientemente pasa con animales de distinto tipo, como los loros choroy, por los cuales hay gente dispuesta a pagar 200 mil pesos por ejemplar, con tal de contar con uno en su hogar.
En este mercado negro hay varios culpables, muchos de los cuales terminan sin sanción alguna por las dificultades que tienen los organismos competentes para desbaratar esta cadena que comienza en la naturaleza y que termina en las casas. Es responsable quien va a los bosques a cazar los loros choroy, quien se da el trabajo de trasladarlos a sus puntos de destino, y quien, muchas veces conociendo que aquello es un delito, paga montos significativos para hacerse con uno de ellos.
En el caso conocido estos días, sólo la advertencia de un desconocido permitió rescatar a los 45 loros choroy para llevarlos luego a un centro de rehabilitación. Es muy probable que ocurran muchos episodios similares a este que sí consiguen cerrar el negocio. Para acabar con esta práctica, se requiere de un mayor compromiso ciudadano y de la acción efectiva de las entidades llamadas a preservar el medio ambiente.