La problemática del agua en Chile se ha centrado, o en la zona norte, haciendo énfasis en la falta del recurso, o en la zona sur, subrayando las grandes fuentes de agua dulce y los conflictos asociados. En la provincia de Osorno, el agua es un tema invisibilizado que sólo resurge durante los meses estivales. No obstante, son varios los municipios de la provincia que destinan parte de sus recursos para costear el traslado de agua a través de camiones aljibes.
El agua amerita una mirada pública, graficada en las siguientes cuestiones, ¿cuáles son los factores claves que promueven un adecuado proceso de toma de decisiones sobre el uso, acceso y disponibilidad del agua?, ¿qué limita la gobernanza del recurso agua? Si bien el control sobre el agua y las formas de distribuirla entre los habitantes estaba en el pasado en manos de la comunidad, hoy en día la dependencia asistencial hacia el Estado aumenta. El aumento de la población demanda un mayor consumo de agua, y en aquellos territorios con procesos de urbanización o industrias, esta demanda también aumenta. Se suma a ello problemas de malas prácticas, como agua escurriendo en casas o malas instalaciones. Gran parte de las soluciones en los sectores rurales se sustentan en las APR (agua potable rural), lo que implica justificar dicha condición para su implementación.
También se observan limitantes en la retención de aguas, dado que la deforestación dificulta el abastecimiento familiar, institucional (escuelas, sedes) y privado (centros de ganadería y lechería). Lo anterior, fuerza la necesidad de generar estrategias de gestión territorial en torno al recurso hídrico. Más allá de las limitantes estructurales, es necesario acotar que una mirada pública en torno al agua nos lleva a visibilizar dos problemáticas a la hora de identificar soluciones para la gestión hídrica en la provincia.
Por un lado, se evidencia un desconocimiento local sobre deberes y derechos, es decir, no se sabe a quién pertenece el agua y quién debe asumir la responsabilidad de administrarla. Esto dificulta la gestión de la misma y plantea especulaciones que entorpecen acuerdos locales. Por otro lado, se evidencia un creciente fenómeno de externalización de responsabilidades, que provoca que la población local demande soluciones sin sentirse parte del proceso.
Francisco Ther Ríos, Ceder ULagos