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"Me encomendé al Señor, porque pensé que no saldría con vida de la situación"

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Sergio Silva

La hora de colación en medio de su trabajo como instalador de sanitarios, fue el tiempo que Bernardo Agoni, de 28 años, se tomó para conversar con El Austral de Osorno sobre los difíciles momentos que vivió cuando estuvo secuestrado y fue torturado por siete personas en marzo de 2017 en Río Negro.

El joven está inquieto y preocupado actualmente, ya que debió enfrentar a la justicia en calidad de víctima y relatar las casi 16 horas que estuvo retenido en contra de su voluntad en una casa de su ciudad natal.

El 3 de marzo de 2017 fue protagonista junto a otra víctima, de uno de los hechos más violentos que se recuerden en la tranquila comuna rural.

En aquella ocasión, siete personas -entre ellos dos mujeres- lo agredieron con golpes de pies, puños y elementos contundentes, además de mutilarlo y causarle agresiones sicológicas que difícilmente podrá borrar.

-¿Por qué lo atacaron estas siete personas?

-A fines de 2016 un amigo sostuvo un altercado con una de las detenidas. Durante el Año Nuevo de 2017 yo estaba con mi amigo en Río Negro, cuando apareció ella junto a su pareja y comenzó agredirlo. Le encararon el problema que ocurrió días antes. De pronto me percaté que lo iban a atacar con un cuchillo, ante lo cual intervine y le dije que ya era suficiente con los golpes, que si trató mal a la mujer con los golpes bastaba y que ya había aprendido la lección. Pensé que había quedado en eso, ya que días después la persona que agredió a mi amigo me pidió disculpas. Di por terminado el problema, pero no fue así.

-¿Ellos cobraron venganza por ayudar a tu amigo?

-Sí. El 3 de marzo de 2017 estaba junto a unos amigos tomando cervezas en una plazuela ubicada cerca de la calle Buschmann, cuando de pronto llegaron dos mujeres y un hombre, quienes dispararon una escopeta hechiza. Mis amigos escaparon y yo me quede ahí. De inmediato me di cuenta que eran las mismas personas que tuvieron problemas con mi amigo para el Año Nuevo. Me pegaron y llevaron a una casa al frente de donde estábamos y ahí comenzó la tortura. Me golpearon mucho, pero ya me estoy recuperando de ello. Hay secuelas que trato con profesionales, pero la principal ayuda en todo esto es Dios.

El joven egresado del Liceo Industrial de Osorno, de la carrera Instalaciones Sanitarias, proviene de una familia religiosa y expresa que volvió a la Iglesia tras haberse alejado por casi una década.

"Estoy de regreso en la Iglesia, me salí del camino de Dios, pero todo lo que viví me hizo recapacitar y ver la vida distinta. Cualquier persona que hubiese estado en mi situación comprendería que esto no era para salir vivo, pero el Señor dicta la vida y la muerte. A él le daremos la respuesta de nuestro actuar en la tierra. Recuerdo, además, que cuando llegó carabineros a esa casa, uno de los policías comenzó a llamarme por mi nombre y dijo 'que te hicieron hijo'", señala.

Agoni fue torturado con golpes de pies y puños, y además atacado con fierros. Hoy tiene una cicatriz en el antebrazo izquierdo, donde recibió el corte propinado con un hacha por una de las mujeres.

"De no haber puesto mi brazo, habría muerto, ya que el golpe con el filo iba directo a mi cabeza. Uno de los delincuentes me tenía tomado de los brazos, pero logré zafarme y poner el antebrazo como defensa. Perdí mucha sangre con el corte, luego ellos me pusieron mucha sal y cocieron la herida con hilo y aguja de costurera. Me estaba muriendo en la cocina de la casa. Me golpearon la cara y fracturaron dientes. Recuerdo que apoyé mi cabeza en la mesa y me puse a orar en silencio (... ). Me encomendé al Señor, porque pensé que no saldría con vida de esta situación.

-¿Conocía a la otra víctima de secuestro y tortura, Alberto Maldonado?

-Por lo que recuerdo, era ex pareja de una de las mujeres y les llevó comida y vino la tarde del 4 de marzo. Se pusieron a beber y comenzó una discusión. Tras ello lo atacaron con elementos contundentes. Le cortaron parte de la oreja y le quemaron el pelo también. Fue un grito muy espantoso, como si hubiera estado ingresando al infierno. Además, le hicieron cavar dos fosas donde nos enterrarían para que no los delatáramos. Recuerdo que a él le hicieron beber su propia sangre que estaba en el suelo.

Bernardo Agoni observa su reloj y sabe que debe regresar a su trabajo. Explica que ahora debe pedir ayuda para realizar labores que antes hacía solo, debido a las lesiones sufridas. El corte de 10 centímetros en su antebrazo izquierdo le generó incapacidad que no le impide trabajar al 100 por ciento y eso muchas veces le molesta.

No se ven arrepentidos

El pasado 3 de enero comenzó el juicio en contra de sus agresores y cómplices, el que se extendió hasta el pasado viernes, cuando el tribunal estableció las respectivas responsabilidades de los acusados por los diverso delitos por los que fueron investigados, que van desde secuestro, homicidio frustrado, porte ilegal de arma de fuego, porte ilegal de municiones, además de porte ilegal de arma blanca y mutilación de miembro menos importante, ya que le cortaron los lóbulos de ambas orejas a los dos secuestrados.

Agoni declaró por más de una hora en el juicio donde pudo estar frente a sus agresores. Aquellos que sin piedad lo atacaron y torturaron.

"Los vi y me di cuenta que no tienen ningún rasgo de arrepentimiento. Supuestamente ellos no se acuerdan de lo que hicieron. No fue algo espontáneo, lo que hicieron fue planeado. No tienen sentido de arrepentimiento, su vida es así y nada se puede hacer por ellos. Siempre han actuado con violencia, están acostumbrados a enfrentar a las personas en grupos de dos o tres para imponer respeto o miedo", indicó.

Agoni dijo que las pruebas que llevó a juicio el Ministerio Público reflejan el nivel de peligrosidad de este grupo rionegrino, liderado por una mujer que encabezaba todas las acciones. Espera que los jueces apliquen la justicia como corresponde, con buen criterio.

El joven se muestra inquieto al finalizar la entrevista y fue cauto al referirse a los acusados, ya que teme ser nuevamente víctima, o alguien de su familia, una vez que se sepa la sentencia que apliquen los jueces del Tribual Oral en lo Penal de Osorno a los acusados.

"Cualquier persona que hubiese estado en mi situación comprendería que esto no era para salir vivo".

Bernardo Agoni, Víctima de secuestro y tortura"

Sentencia final

La tarde del pasado viernes, los jueces del Tribunal Oral en lo Penal de Osorno condenaron a Jacqueline Yáñez por dos delitos de secuestro, uno por homicidio frustrado, dos casos por lesiones graves y por tenencia de arma blanca. Por su parte, María Eugenia Inayado debe enfrentar sentencia por dos delitos de secuestro y uno por lesiones graves. Mientras que Rodrigo Gallardo fue encontrado responsable del delito de secuestro, tenencia y porte ilegal de arma de fuego y arma blanca, mientras que Cristián Bahamondez enfrenta cargos por dos delitos de secuestro y dos por lesiones graves. En tanto, Alex Dumenes, Juan Gallardo y Ángel Ojeda quedaron absueltos de toda responsabilidad penal.