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Padres de Carla Oyarzún recuerdan a su hija a 10 años del crimen que le quitó su vida en la Villa Olímpica

RECUERDO. Juan Carlos y Gloria mantienen en su casa dos lugares especiales donde conservan la imagen de la niña que fue asesinada cuando tenía 16 años. Su fe católica los mantiene unidos y dicen que eso les permite amortiguar el dolor de la pérdida de la joven atleta a manos de Cristian Rogel, quien cumple condena por este hecho en la cárcel de Puerto Montt.
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El 29 de octubre Carla Oyarzún Palma habría celebrado sus 26 años de vida y, quién sabe, quizás estaría trabajando en algo relacionado al turismo, la naturaleza o el atletismo. Precisamente la disciplina que practicaba en un circuito que la llevó a cruzarse con su fatal destino: la muerte en manos de otro deportista, Cristian Rogel -hoy de 45 años-, quien fue sentenciado hace nueve años a cadena perpetua por el homicidio de la entonces menor de 16 años que cursaba tercero medio en el Colegio Santa Marta.

Han pasado 10 años de este crimen que conmocionó a la Región. Sus padres Gloria Palma y Juan Carlos Oyarzún compartieron su experiencia con este medio, en su hogar en el acceso a Francke, vivienda que estaba en proceso de construcción a la fecha del crimen ocurrido la tarde del 17 de diciembre de 2008 en la Villa Olímpica.

Ambos concuerdan que la unión que los ha mantenido 35 años junto como matrimonio y familia se lo agradecen a su fe, que han cultivado juntos, y no a los duros momentos que comenzaron a vivir desde la fatídica tarde cuando Carla no regreso a su hogar de calle Visviri.

Gloria Palma expresa que el vacío que dejó la partida de su hija y ese dolor que generó lo mezcla con su cercanía a Dios y sus actividades en la Iglesia Católica.

"Él (Dios) nos da la fuerza para mitigar ese dolor, pero hay momentos en que sí me gustaría tener a Carlita para abrazarla y sentirla físicamente con nosotros. Esa parte es fuerte, pero después uno dice 'ella está bien'. Yo estoy feliz porque ella está con Dios... esa es la parte buena que yo veo, ya que lo malo lo trato de olvidar y no pensar en ello. En estas fechas yo saco fuerza rezando y esa tremenda fe me da la fuerza para seguir adelante y que lo malo no me nuble el corazón", sostiene.

Juan Carlos, por su parte, señala que han aprendido a sobrellevar la partida de la menor de dos hijas.

"Nuestra familia y nuestros cercanos nos dan una fuerza espiritual que nos permite seguir adelante. Es un dolor inmenso que no se lo doy ni a mi peor enemigo. Alguien dice que la vida se encarga de curar las heridas, pero no es así. Desde el fallecimiento de Carlita y en esas condiciones no es fácil", comentó.

Una década

Carla Oyarzún desapareció la tarde del 17 de diciembre en la Villa Olímpica. Pasadas las 9 de la mañana del día 18 fue encontrado su cuerpo en medio de un pastizal con signos de violencia física.

Su padre reconoce que el primer año fue doloroso, más aún con el desarrollo del juicio oral donde el también atleta Cristian Rogel fue condenado. Incluso, él había participado en las labores de búsqueda.

"Entregó detalles y versiones falsas para librarse de la cadena perpetua que pidió la Fiscalía y que luego los jueces se la dieron. De ahí en adelante vino todo un proceso, donde gracias a Dios como matrimonio no pasamos por una depresión o estrés. No necesitamos ayuda de profesionales. Este tema doloroso lo enfrentamos como familia junto a nuestra fe y es ella la que nos blindó y nos permite estar unidos, de lo contrario quién sabe, podríamos haber estado separados", añade Juan Carlos Oyarzún, quien junto con creer en la resurrección, indica que "Carlita es nuestro angelito que nos da la fuerza y nos permite salir adelante. Ella está siempre presente en nuestra familia".

Detalla que la niña, pese a no estar físicamente, "nos acompaña a todos lados, le celebramos su cumpleaños y su imagen va con nosotros en nuestros viajes", detalla.

Gloria y Juan Carlos tuvieron dos hijas, Andrea, hoy de 35 años, y Carla. La mayor, de profesión nutricionista deportiva, trabaja en Temuco junto a su pareja y sus dos hijos.

Gloria explica que vivió situaciones donde lamentablemente recibió consultas morbosas de parte de personas que junto por preguntar cómo estaban, pedían detalles del caso y lo que habría vivido su hija.

Juan Carlos agrega que su entorno fue distinto y que muchos de sus cercanos no se atrevían a preguntar por respeto, pero sabía que las personas siempre le demostraban un cariño y un apoyo, con un abrazo o sólo una mirada.

"Una palabra de aliento acompañada de un abrazo o simplemente una mirada ya expresaban un apoyo para nosotros, eso nos daba la fuerza que necesitábamos. Pero hubo ciertas personas por ignorancia o nerviosismo que te hacían recordar el caso, pero eso ya pasó y aquí estamos enfrentando el día a día. Nosotros tras la sentencia cerramos una etapa y comenzamos a vivir otra fase, lo que ocurrió fue doloroso, pero había que tomar la fuerza para enfrentar todo esto", expresa el papá de Carla.

Perdón

Gloria Palma reconoce que logró perdonar a Rogel: "Si yo amo tanto a Dios, no puedo contradecirme. Él nos dejó libre para actuar y todos podemos caer en tentaciones. Hay gente que hace cosas malas y lamentablemente nos tocó a nosotros experimentar este dolor. Compartíamos con él por el deporte y era un atleta bueno. Si todos supiéramos lo que va a pasar sería distinto, podría haberle dicho 'no salgas Carlita'. Pero estoy tranquila porque ese día antes de irme a trabajar conversé con ella y nos despedimos y le dije cuanto la amaba. Esa tarde se perdió y al día siguiente logramos encontrar su cuerpo", recuerda.

Sin embargo, su padre respeta el parecer de su esposa que lo ve de manera espiritual. Manifiesta que para él si hubiera existido la pena de muerte con el fusilamiento lo habría dejado conforme, pero está tranquilo con la sentencia perpetua se aplicó de perpetua.

"El máximo de pena en la ley chilena se le dio. Por mí hubiese sido 100, 200 y más años de cárcel. Se usaron todos los mecanismos y se logró la máxima sentencia y con ello comenzamos un nuevo luto, no del sufrimiento, había que buscar la forma de estar bien. Para uno como papá no es fácil perdonar lo que hizo porque duele hasta los huesos recordar. Creo que a los dos años recién vi esto de una forma distinta. La idea no es recordarse de lo negativo porque lo que consigues es enfermarte", sostiene.

El matrimonio mantiene en la sala de estar diversas fotos de Carla bajo la ventana principal, mientras en el comedor mantienen en alto la imagen de su hija.

Además, tras el proceso de cambio de casa acontecido meses después del crimen, la pieza que la joven había elegido guarda varias de sus pertenencias y en su clóset un pequeño altar con su imagen.

Rogel

El pasado 11 de diciembre se cumplieron nueve años desde que la fiscal Leyla Chahín logró la condena perpetua.

Actualmente Cristian Rogel está recluido en la cárcel de Puerto Montt en el modulo 54. Ahí realiza tallados en madera y según Gendarmería, nunca ha tenido una falta y mantiene buena conducta. Todas las mañanas realiza actividad física en el patio del penal.

"me gustaría tener a Carlita para abrazarla y sentirla físicamente con nosotros. Esa parte es fuerte, pero después uno dice 'ella está bien'. Yo estoy feliz porque ella está con Dios... esa es la parte buena que yo veo, ya que lo malo lo trato de olvidar y no pensar en ello"

Gloria Palma, Mamá de Carla"

17 diciembre de 2008 los padres de Carla Oyarzún comenzaron su búsqueda por las inmediaciones de la Villa Olímpica luego que la menor no regresara a su casa.

18 de diciembre de 2008 fue encontrado el cuerpo de la niña de 16 años. La causa de muerte fue estrangulamiento con su propio pantalón de buzo. Además presentaba signos de un ataque sexual.

11 de diciembre 2009 El tribunal Oral en lo Penal de Osorno sentenció a cadena perpetua al entonces reconocido atleta local, quien pasa sus días en la cárcel de Puerto Montt trabajando en artesanía.