Las últimas encuestas no han sido portadoras de buenas noticias para el Gobierno. El 37% de aprobación consignado por CEP y Criteria para una gestión que llegó con la promesa de tiempos mejores para todos es, a toda vista, una evaluación deficiente.
No se trata de solazarnos ante el precario resultado obtenido por el Gobierno. No podríamos hacerlo, pues tenemos claro que la disconformidad de la población también apunta a los poderes Legislativo y Judicial y, como no, también al desempeño de la oposición.
No obstante, hay indicadores bastante nítidos que explican el juicio crítico expresado en las encuestas frente a la gestión gubernamental. El primero de ellos es la pérdida de credibilidad de la promesa de campaña. Los tiempos mejores no han llegado, al menos no para la inmensa mayoría de los chilenos que sigue viviendo el día a día con dificultades y con la sensación, a veces amarga, de que no hay cambios positivos y favorables para ellos.
Las reformas al sistema de salud que no tocan a las isapres, los cambios al sistema previsional que no se hacen cargo del negocio de las AFP, la mal llamada modernización tributaria que reduce los impuestos de los más ricos y la porfía por limitar el alcance de la ley que despenaliza el aborto, son sólo algunos de los aspectos que demuestran el desinterés del Ejecutivo por provocar cambios de impacto positivo para las mayorías.
El descontrol en las Fuerzas Armadas, la incapacidad para establecer diálogos generativos con La Araucanía, con los pescadores artesanales, con las trabajadoras de Integra -la lista es larga- se suman a la lista de asignaturas pendientes del Presidente.
Pronto se cumplirán los primeros 12 meses de Gobierno. Y si algo tenemos claro es que los tiempos mejores no pueden ser los tiempos de antes. El Gobierno parece no comprenderlo, y por eso ha centrado sus esfuerzos en horadar las reformas realizadas en años anteriores y en desprestigiar la obra del gobierno de Michelle Bachelet, aunque ello signifique debilitar nuestro sistema institucional y poner en entredicho la imagen del país en el concierto internacional.
Más allá de las encuestas, la gestión del Gobierno será juzgada sobre la base de sus obras y sus avances, a partir de la mirada de futuro y de la capacidad para generar progreso, prosperidad y unidad. Por ahora, los tiempos mejores parecen diluirse en el horizonte, porque no son más que un espejismo.
Rabindranath Quinteros Lara, senador por la Región de Los Lagos