Navidad y Derechos Humanos
Difícilmente podemos sustraernos a las demandas y ecos que se multiplican en estos días previos a la Navidad. Creyentes o no; cristianos a tiempo completo, medio o de nombre, estamos envueltos en los afanes y apetencias "mundanales" que, por cierto, opacan el sentido religioso y espiritual que representa, en grado sumo, el nacimiento de Jesús. En este contexto existencial y social, celebramos el nacimiento del Hijo de Dios; así de simple, de grande, bello y misterioso.
Han pasado dos mil años y todavía la humanidad celebra la venida de Jesús con especial entusiasmo y generosidad. Entonces , entre los cánticos, la luminosidad de los arreglos, la abundancia de la mesa y la alegría de compartir, escuchamos esos hermosos versos: Noche de paz, noche de amor... ¡Qué tremenda conjuntación de valores y anhelos y qué mensaje más profundo para hacer justicia y honor a quien estamos recordando!
Pero no podemos olvidar que apenas hace setenta años, un diciembre de 1948, se firmó en París, Francia, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en esencia expresa que los seres humanos, por el sólo hecho de ser tales, deben vivir dignamente sobre la base de la libertad, la justicia y la paz, sin discriminación de ninguna naturaleza.
Fue un acto grandioso, firmado con muchas esperanzas, cuando todavía se evaluaban los desastres de la segunda guerra mundial. Triste es afirmar que en estas pocas décadas y hasta la hora presente, los derechos humanos siguen en el papel para millones de ciudadanos, incluidos millares de nuestro propio territorio.
Cabe preguntarse, sobre todo quienes nos declaramos cristianos, si Jesús nos plantea o no en su doctrina, comprometernos con estos derechos. Sobre la base de sus declaraciones, parece que no existe duda alguna sobre esta materia: ¿No es más que suficiente escucharlo decir. "ama a tu prójimo como a ti mismo", "bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia". ¿Acaso su pensamiento y acciones no son vinculantes con el deber ser de los comportamientos públicos y privados de quienes aceptan su palabra? ¿Cómo se puede ser luz en este mundo si no están en nosotros la fuerza de su doctrina, de su fe, de su verdad, de su esperanza y del amor a nuestro prójimo?.
Las tareas que nos legara el niño venido a salvarnos de nuestras propias calamidades, van mucho más lejos que proclamar derechos humanos: es un compromiso insoslayable, un imperativo ético, que nos obliga a trabajar para que jamás tengamos que estar reconstruyendo lo que destruimos.
Gabriel Venegas Vásquez
Cancha en Maicolpué
Ya pronta a iniciarse la temporada estival, el popular deporte osornino tambalea en la playa de Maicolpué, San Juan de la Costa, donde la única cancha existente de baloncesto presenta un lamentable estado de conservación de ambos tableros, con la madera prensada completamente podrida. Pronto serán los aros de fierro los que caerán. Ojalá los encargados de la municipalidad de La Costa hagan algo frente a este tema.
Fernando Barrientos Anastasi
Alzheimer
Considerada la principal causa de demencia en el país y el mundo, el Alzheimer afecta a 5 de cada 100 personas sobre 65 años de edad.
Con un componente hereditario, el Alzheimer se caracteriza por la pérdida de neuronas y, por tanto, la comunicación entre ellas, haciendo que la persona se deteriore cognitivamente con el pasar de los años y la evolución de la enfermedad.
Diversos factores han sido considerados como facilitadores para el desarrollo del Alzheimer. Sin embargo, poco se comenta sobre el efecto de la Diabetes tipo 2, dislipidemia, hipertensión arterial, obesidad y dieta no equilibrada como predisponentes para la enfermedad.
Múltiples estudios han intentado encontrar el método más eficaz para la prevención de esta enfermedad, dentro de las que encontramos actividades recreativas, ejercicios de la memoria, lectura constante, etcétera. Sin embargo, en los últimos años se ha planteado la dieta mediterránea como uno de los grandes protectores del tejido cerebral.
El alcohol y las carnes rojas han sido consideradas factores predisponentes de la dieta para producir placas de ateroma en los vasos sanguíneos y, por consiguiente, aumentar el riesgo de padecer infartos, accidentes cerebrovasculares y enfermedades como el Alzheimer.
Una dieta mediterránea, rica en Omega 3, Vitamina C y E, disminuiría el riesgo al tener un efecto de desinflamación en los tejidos y antioxidante celular.
María Francisca Fernández Académica Facultad Enfermería Universidad Andrés Bello