Cada vez que se publica una campaña de vacunación, nos preguntamos el por qué debemos vacunarnos. La población actual, que vivió en el siglo XX, sabe lo cruel y catastrófico que fue la aparición de brotes de enfermedades, pero las nuevas generaciones no han estado al tanto en su mayoría de las complicaciones de salud pública que dejaron como consecuencia esos brotes de enfermedades que, en virtud de estudios científicos, se lograron controlar a través de las vacunas.
Pero, ¿qué son las vacunas? Las vacunas son productos biológicos, que estimulan y fortalecen el sistema inmunológico, aumentan las defensas (anticuerpos) en nuestro organismo y actúan protegiendo a quienes son vacunados de enfermedades graves y sus secuelas, contribuyendo a la disminución de la mortalidad infantil y generando una activación del sistema inmune, que es nuestro gran ejército contra microorganismos nocivos para los seres humanos.
El país cuenta desde 1978 con un Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI), el cual ha evolucionado de acuerdo al comportamiento epidemiológico nacional e internacional, y en virtud de ello es que genera un control epidemiológico de las enfermedades que previene.
El Programa Nacional de Inmunizaciones está destinado a prevenir morbilidad, discapacidad y mortalidad por enfermedades infecciosas transmisibles inmunoprevenibles, utilizando un conjunto de vacunas destinadas a proteger a la población a lo largo de todo el ciclo vital, las cuales se constituyen en bienes públicos. Su fin es contribuir a mantener y mejorar la salud de la población y su propósito es controlar la morbilidad y mortalidad por enfermedades transmisibles prevenibles por vacunas (inmunoprevenibles) que han sido definidas como parte del PNI, en concordancia con recomendaciones internacionales.
El plan ha permitido el control, eliminación y erradicación de enfermedades prevenibles por vacunas. Entre sus logros más destacados están la erradicación de la viruela (1950), de la poliomielitis (1975) y eliminación del sarampión (1992). Esto nos mantiene protegidos como país, pero los virus y bacterias continúan en otras regiones continentales.
La manera más efectiva de mantener a la sociedad libre de estas enfermedades es a través de las vacunas, ya que su función es prevenir enfermedades que pueden llegar a ser peligrosas. Y lo más importante es que no sólo lo proteges a ellos, sino también a su entorno.
Sonia Paredes Rodríguez, directora del Área de Salud
de la Universidad Tecnológica de Chile Inacap Osorno