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Vecinos acusan daños por exceso de velocidad en caminos rurales

SEGURIDAD. Familias de distintos sectores de la provincia de Osorno coinciden en su preocupación y molestia por la alta velocidad en la que circulan camionetas y camiones que transitan a diario por las vías campestres, sin ninguna consideración por eventuales piedrazos a transeúntes e inmuebles. Ni siquiera en los sectores de escuela, recalcan, disminuyen por precaución.
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Sandra Barría

"Nos quebraron la reja con una piedra más grande que un pomelo, porque la fuerza del golpe es enorme, ya que andan demasiado rápido. Nuestro jardín está lleno de piedras y también nos han roto los vidrios de la casa. Para uno es tremendo el susto con el ruido de un vidrio roto por una piedra ¿y quién responde?. Cuando uno sale, con suerte, se ve la polvareda a lo lejos".

Con estas palabras describe Isaías Alvarado, adulto mayor del sector de Casa de Lata, la impotencia y preocupación de quienes viven en zonas rurales, ya que se ven afectados a diario por la alta velocidad con que circulan los conductores (agricultores, trabajadores y profesionales del rubro), especialmente en camionetas y camiones con carga.

La normativa actual en Chile establece que los límites de velocidad permitidos son de 50 kilómetros por hora en zonas urbanas; mientras que, en áreas rurales, es de 100 kilómetros por hora en caminos con una pista de circulación por sentido, como es el caso de la mayoría en nuestra provincia. Además, en zonas urbanas y rurales, los vehículos no deben circular a más de 30 km/h en puntos donde hay escuelas, en los horarios de entrada y salida de alumnos.

Los vecinos plantean testimonios coincidentes y algunas personas, incluso, aseguran haber sufrido lesiones al desplazarse a pie y ser golpeadas por piedras lanzadas desde alguna camioneta circulante a exceso de velocidad.

La presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos Rurales de Osorno, Mirta González, es enfática: "en los caminos rurales, especialmente las camionetas, parece que volaran. Evidentemente andan a más velocidad que la permitida por la ley, a 120 km/h incluso; y en el caso de los camiones, igual andan rápido y aunque se desplacen a 80 km/h, es muy riesgoso para quienes transitan a pie, no sólo porque tiran piedras, ya que en el invierno dejan a la gente llena de barro y en el verano llenos de tierra. Uno tiene que bañarse hasta 6 veces al día, si es que se puede".

La dirigenta, que vive en el sector Las Carretas, agrega que en el caso de los camiones, "generalmente llevan cargas pesadas, lecheros, de forestales o transportan bolos. Aparte de que rompen los caminos y los puentes, nos preocupa mucho el hecho de que no bajan la velocidad frente a los colegios. Por ejemplo, la escuela de Forrahue sufre con el tema de las piedras, la cantidad es impresionante, rompen vidrios y eventualmente podrían herir a un niño".

El director de la escuela de Casa de Lata, Mario Sandoval, subraya que "aunque aquí hay un letrero que dice 'zona de escuela', para que los conductores transiten con precaución, no disminuyen la velocidad ni porque hay niños".

El docente detalla que se ve en la necesidad de cambiar, al menos 7 vidrios al año, por los piedrazos que impactan el frontis del establecimiento.

"Los niños salen de clases a las 16.30 y los vienen a buscar las mamás, ellas caminan hacia sus casas con los pequeños siempre de la mano porque, en un abrir y cerrar de ojos, aparece una camioneta a toda velocidad. Los trayectos deben hacerlos con mucho cuidado y si viene un vehículo, detenerse y subir al pasto, aunque eso no los exime del riesgo de impacto de una piedra. Independiente de cuál sea la velocidad permitida, falta más conciencia por parte de los conductores, consideración, ponerse en el lugar de quien va caminando".

Eva Alvarado, de Chahuilco, muestra el cruce ferroviario al lado de su casa y exclama: "aquí no respetan nada, no se detienen en el disco Pare, como si todo el camino fuera de ellos. Una vez nos rompieron algunos vidrios por las piedras, pero mi nieto plantó muchos árboles, entre el camino y la casa, que hacen de barrera".

La vecina agregó que "cuando esperamos la micro en el camino, los que son conocidos del sector disminuyen la velocidad, pero los que no pasan a toda velocidad, sin ningún cuidado. Uno a esta edad no tiene tanta agilidad y de alguna manera hay que buscar la forma de protegerse".

Edith Ñirril señala que ellos tienen auto y por eso está segura de que las camionetas y camiones suelen circular a más de 100 km/h.

"Por las piedras, todas las ventanas de mi casa que dan hacia el camino tienen vidrios rotos y tengo dos hijos -de 6 y un año y medio- si les llegara una, sería una tragedia. El otro día estábamos en el corredor y una tremenda piedra chocó en el palo, por suerte, sino le hubiera pegado a mi hija chica".

Mayor potencia

Hoy día, tanto las camionetas como los camiones, tienen mayor potencia y mayor velocidad en relación a hace algunos años atrás. Así lo explica el académico del área de Mecánica de Inacap Osorno, Luis Andler, quien detalla que "en las camionetas, las transmisiones han ido variando y eso hace que tengan mayor velocidad. Los motores son más rápidos, antiguamente llegaban a 2.000 RPM (revolución por minuto) y ahora están llegando a 3.000 y 3.500 en el caso de las Diesel".

En cuanto a los camiones, también ha habido una evolución en el tiempo. "En su tipo de caja de cambio, antes tenían 4 o 5 velocidades y hoy las automáticas pueden tener 9 o 10 velocidades o más", señala el docente universitario.

Autocuidado

Por su parte, la capitán de la Sección de Investigación de Accidentes del Tránsito (SIAT) de Carabineros, Milenne Fonseca, aconseja que, además de respetar los límites de velocidad establecidos, al tratarse de vías rurales que, por lo general, no cuentan con un espacio para el tránsito de peatones, "se recomienda a los conductores desplazarse a una velocidad razonable y prudente, que les permita reaccionar ante alguna eventualidad".

Recalca que "es importante que los peatones también tomen conciencia de su responsabilidad y autocuidado.

"Como señala la Ley de Tránsito, deben hacerlo en sentido contrario a los vehículos para ser percibidos con anterioridad por los conductores y utilizar elementos de reflectancia o luminosos en el caso de que su desplazamiento sea de noche".

Respeto

La presidenta de las juntas de vecinos rurales, Mirta González, expresó que "no me imagino cómo se podría hacer más control para que los vehículos no anden tan rápido, porque Carabineros no da abasto para controlar todos los caminos rurales interiores".

La dirigenta hizo un llamado a la conciencia de los conductores, "porque entiendo que todos andan con falta de tiempo, pero deberían ponerse en el lugar de las familias de campo, los que tienen que caminar, los niños que bajan de los furgones, respetar a los demás es básico".

"Estábamos en el corredor y una tremenda piedra chocó en el palo, por suerte no llegó a mi hija chica".

Edith Ñirril, Vecina de Casa de Lata"

"Mi nieto plantó muchos árboles, entre el camino y la casa, que hacen de barrera para las piedras".

Eva Alvarado, Vecina de Chahuilco"

"Al menos 7 veces al año tengo que cambiar vidrios por las piedras que impactan el frontis de la escuela".

Mario Sandoval, Director escuela Casa de Lata"

100 km/hora es la velocidad establecida por la normativa chilena en zonas rurales, en caminos con una pista de circulación por sentido, como es el caso de la mayoría en la provincia.

7 veces al año, al menos, el director de la escuela rural de Casa de Lata debe cambiar los vidrios del frontis del establecimiento, quebrados por piedras lanzadas por vehículos a alta velocidad.

30 km/hora es la velocidad permitida donde se ubican escuelas, en zonas rurales y urbanas, y así está debidamente señalizado con letreros de advertencia.