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Osornino cuenta su nueva vida tras estar postrado por grave enfermedad

ESPERANZA. La distonía secundaria tardía truncó los sueños de Pablo Navarro cuando tenía 18 años. Hoy, con 26 años y ya rehabilitado, terminó sus estudios y comenzará a trabajar.
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Camila Núñez

Sentado en el living de su casa en Ovejería, y con una amplia sonrisa que deja ver su buen estado de ánimo, Pablo Navarro Núñez, de 26 años, recibió al equipo de El Austral de Osorno en compañía de su tía y abuelos.

"Mi vida cambió 100%, porque ahora me valgo de forma independiente y hago todas mis cosas solo, tal como lo hacía antes de que me diera la enfermedad y tuviera que depender del resto", comenzó el relato del joven osornino.

El cambio al que se refiere se registró luego de que fuera operado del cerebro para tratar una extraña enfermedad llamada distonía secundaria tardía, que le provocaba trastornos motrices involuntarios.

Nueva vida

Dos años de su vida debió cargar con la enfermedad y sus consecuencias, hasta que fue intervenido en el Hospital San Borja de Santiago, donde se le introdujeron implantes electromagnéticos en el cerebro.

Hoy, con 26 años, Pablo Navarro acaba de cumplir uno de sus sueños: terminar tercero y cuarto medio en el Liceo Baquedano, proceso que según comentó, no fue fácil.

"Hacía mucho tiempo que no tomaba un lápiz y un cuaderno, entonces de a poco tuve que ir trabajando el tema de la motricidad. Además, materias como matemática e inglés también me costaron un poco, pero los profesores siempre me apoyaron", añadió agradecido por el respaldo.

Pero ese fue sólo el primer paso para lo que ha definido como su nueva vida y sus desafíos, porque actualmente está enfocado en el que será su primer trabajo.

"En este momento estoy juntando mis papeles para entrar a trabajar al Frigorífico. Un tío me hizo el contacto y luego ellos me llamaron; además, como se trabaja con alimentos, me están haciendo exámenes, porque si tengo algún virus o bacteria debe ser tratado con remedios", agregó.

Con el dinero que ahorre de su nuevo trabajo, más otro que recibe de una pensión, en el futuro le gustaría tener una casa propia para llevar una vida independiente.

El joven aseveró que "no estoy pidiendo que me la regalen, por el contrario, quiero juntar los 800 mil pesos que me piden para la vivienda básica solidaria, para lo cual estoy trabajando y ahorrando".

Pero hay otro sueño que, a pesar de algunas dificultades físicas, Pablo no quiere abandonar: volver a estudiar.

"Actualmente tengo complicaciones en los dedos. En el liceo de a poco volví a retomar la motricidad fina, pero me cuesta aún y en Osorno no me han dado mucha solución, porque los médicos no me quieren operar y no tengo ayuda", lamentó.

Aún así, sostuvo que en dos años más espera comenzar a estudiar alguna carrera, aunque no ha definido cuál.

Mientras tanto, su vida no ha parado con las actividades, ya que al poco tiempo de ser operado, comenzó a andar en bicicleta y constantemente asiste al Centro de Recuperación Amore de Rahue, donde realizan diversos talleres como repostería, que reconoce le han servido mucho para mejorar.

Una historia de lucha

Pero el camino para llegar hasta donde está no ha sido fácil y así lo reconoce, hoy con más alivio, su tía Patricia Núñez.

Esto, porque recuerda con angustia cómo comenzaron las enfermedades de su sobrino Pablo.

"A los 15 años le detectaron esquizofrenia y producto de los medicamentos, se le produjo distonía secundaria tardía a los 18".

Según recuerda Núñez, primero fue una cojera, que se fue acrecentando con el pasar de los días, hasta "el extremo de que Pablo estaba tirado en el suelo. En esa época bajó 45 kilos y estuvo un año y tres meses hospitalizado, fue terrible. Luego supimos que existía la operación, pero era carísimo, algo a lo que no teníamos acceso, inalcanzable".

Pero eso no fue impedimento para materializar la operación. Fue así que la familia tocó puertas y realizó diversas campañas, hasta que lograron juntar un pie de $8 millones. Luego, durante un año, estuvieron pagando $315 mil mes a mes, hasta que Pablo recibió una pensión.

"Me dieron un pensión de alrededor de $350 mil, que es sólo para pagar las cuotas de la operación y, además, recibo otra de $107 mil, por mi discapacidad. Quizás muchos pensarán que ambas pensiones quedan en mi bolsillo, pero no es así, porque debo seguir pagando la operación. Y una vez que termine esas cuotas (en septiembre de 2019), me quitarán la pensión, pero fue un alivio para todos", explicó.

En tanto, su tía Patricia y su abuela Olinda Villarroel se mostraron felices por el avance y la recuperación de Pablo.

"Estoy muy feliz y contenta de ver a mi nieto así de bien. Doy gracias a Dios y al doctor que lo operó, además de toda la gente que nos ha colaborado, porque fue un proceso muy doloroso, donde todos sufrimos", dijo Olinda.

Teletón e inclusión

Quedan pocos días para que comience la versión número 40 de la Teletón, reconocida a nivel mundial por recaudar altas cifras de dinero para la rehabilitación de niños y jóvenes de todo el país.

Y si bien la rehabilitación de Pablo Navarro se llevó a cabo en el Centro de Salud Familiar de Ovejería y no en la Teletón, aún así el joven valoró la instancia con algunas críticas.

"Encuentro que es bueno el tema de la Teletón, porque ayudan a personas que no tienen los recursos para rehabilitarse, no obstante, debería ser para todas las edades y no para algunas", comentó el joven osornino.

Además, se refirió a la inclusión en la comuna de Osorno, donde si bien reconoce que se ha avanzado mucho en el tema, lamenta que las oportunidades en términos laborales no sean iguales para todas las personas.

"En este momento estoy juntando mis papeles para entrar a trabajar al Frigorífico. Un tío me hizo el contacto y luego ellos me llamaron".

Pablo Navarro"

años tenía Pablo cuando le dio distonía. Dos años después consiguió ser operado y su cambió fue total. 18

años tiene Pablo Navarro, quien desde los 15 sufre de esquizofrenia, enfermedad que le produjo distonía. 26