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La historia de esfuerzo del grupo de haitianos que egresó de 4° medio

EDUCACIÓN. En marzo ingresaron al Liceo Manuel Baquedano y esta semana obtuvieron su título. Tres protagonistas cuentan por qué quisieron volver a estudiar y cómo conjugaron las clases con sus responsabilidades laborales.
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"Me gusta mucho estudiar y tengo amigos que son hermanos de mi iglesia acá en Osorno. Ellos me ayudaron para llegar hasta este liceo y continuar con mis estudios, aun cuando en Haití ya había terminado el colegio", relata Alix Der, ciudadano haitiano de 38 años sobre la satisfacción que significó obtener su título de cuarto medio en la ciudad.

Y es que como él, otros 11 migrantes de la isla caribeña fueron los primeros en licenciarse de cuarto medio en el Liceo Manuel Baquedano, donde en su mayoría destacan que la experiencia fue positiva, pero difícil al comienzo.

"Empezar no fue fácil porque hay que acostumbrarse a una forma de vida muy diferente, además del idioma, pero todo ha ido bien. Lo que se me ha hecho más fácil es inglés y matemáticas. Y pese a que me gustó, lo más difícil fue lenguaje e historia", agrega.

Alix es el mayor de su curso, está casado y tiene dos hijos de 4 y 7 años que viven en Haití. Trabaja en una empresa forestal y llegó a Chile en busca de mejores oportunidades. En el futuro le gustaría seguir estudiando Ingeniería Civil Industrial, aunque por un tema de recursos aún no tiene nada seguro.

Otro de los protagonistas de esta historia de esfuerzo y sacrificio es Spencer Pierre, quien tuvo que pedirle permiso a su mamá para venir a Chile. Y es que a sus 21 años es el más joven del curso. Llegó a Osorno el 4 septiembre de 2017, porque según cuenta, lo invitó un amigo.

Quiso volver a estudiar porque "soy muy joven y tengo toda la vida por delante, y sé que tengo las capacidades para aprender lo que yo quiera, entonces por eso después me gustaría seguir Informática, porque me gusta mucho la tecnología".

En su caso también se sumó la dificultad de conjugar el trabajo y los estudios.

"Estoy en una empresa de salmones, por lo que trabajar y estudiar ha sido difícil, porque tengo un turno de 12 por 9, entonces cuando salgo con mi día libre me vengo para acá", relata.

Igual valoró los aspectos positivos de insertarse en el ambiente académico local: "mis compañeros de cursos son muy simpáticos y he conocido muy buenas personas, entonces eso hace que sea menos duro", remarca.

Muy aplicados

Al igual que Alix, a Pierre le costó mucho aprender el idioma, pero matemáticas se le hizo muy fácil. Además la profesora jefe del curso, María Angélica Cumillaf, comentó que se destacaron en Ciencias Naturales.

"Debo recalcar que son chiquillos bastante respetuosos, con alguna excepción, bien responsables, bastante humildes y muy esforzados. Matemáticas e Inglés fueron los ramos más fáciles para ellos, en cambio la comprensión lectora fue bastante difícil, una realidad que se acentúa entre los chilenos", detalla.

La docente agrega que "me llamó mucho la atención que demostraron gran interés cuando estábamos viendo Biología. Muchos se mostraron interesados en áreas como la salud", añade.

Para la profesora del liceo, esta experiencia es nueva y muy enriquecedora para ella como académica, para los alumnos y para la comunidad estudiantil porque es conocer una cultura totalmente distinta. "Me encantaría que esto se siguiera repitiendo con el tiempo, porque sentí una linda acogida de parte de ellos".

Y, de lo que pudo llegar a conocer a sus estudiantes, destaca que "vinieron buscando un mejor futuro y eso obviamente que debe estar relacionado con la educación, hay alumnos muy sacrificados, casi todos viven solos y vinieron a tratar de ganar dinero para enviar a las familias".

El mateo del curso

Reconocido por el director y por la profesora del curso, Charlonet Joseph, de 30 años, se destacó siempre por sus buenas notas.

Joseph llegó a Osorno el 29 de mayo de 2017 desde Santo Domingo, donde vivió durante 7 años trabajando como vendedor en la playa. En la comuna fue recibido en la florería de Don Tito, a quien reconoce como un padre en Chile.

"Trabajé con él durante 6 meses, luego se terminó mi contrato y don Tito me ayudó a hacer mi curriculum. Tenía experiencia como vendedor y, al par de semanas, llegué a trabajar a Carrasco Créditos, donde sigo actualmente", cuenta.

Charlonet Joseph siempre tuvo la inquietud de seguir estudiando, esto porque nunca ha olvidado las palabras que un anciano le dijo: "En cualquier país donde llegues debes hablar bien el idioma y hacer cosas más grandes, para lo cual debes estudiar y sacrificarte". Ello lo motivó a buscar un lugar donde estudiar y preguntando llegó al liceo.

En este sentido, el más aplicado del curso destacó que "personalmente me gusta estudiar y espero poder hacerlo durante toda la vida. Este año ha sido una experiencia inolvidable, porque me siento como si estuviera en Haití, estoy con mi familia; el director, la secretaria, los profesores y los compañeros, todos me han hecho sentir muy bien. Es un buen equipo".

En Osorno vive con su hermanito pequeño y en Haití tiene dos hijos, que asegura son su motor para seguir adelante, por lo mismo no sabe si continuará estudiando porque debe enviarles dinero todos los meses.

Un largo proceso

Junto con la masiva llegada de migrantes haitianos a la comuna durante el año pasado, en marzo de este año el Liceo Manuel Baquedano recibió explosivamente jóvenes buscando información acerca de cómo podían regularizar sus estudios, tomando en cuenta que entre Haití y Chile no existen convenios como para reconocer los ya cursados.

Fue entonces cuando César Parraguirre tomó contacto con el Ministerio de Educación para ver qué posibilidades tenían. "Al principio fue complejo porque en el Mineduc tampoco tenían líneas claras en relación con qué hacer, porque había estudiantes que estaban en un año, otro estaban un poco más abajo y otros en enseñanza superior, entonces no había cómo medirlo".

No obstante, rendirse o dejar a los entusiastas jóvenes sin estudios no era una opción. Fue así que casi finalizando marzo, el Mineduc hizo entrega de los lineamientos más claros y pudieron concretar una forma de nivelar y de cómo poder ayudar a estos estudiantes y matricularlos.

Acto seguido, desde el establecimiento generaron un calendario para validar sus conocimientos, porque si bien llegaron para cursar tercero y cuarto medio, tenían que validar lo que había para atrás, es decir, enseñanza básica, primero y segundo medio, a pesar de que la mayoría traía documentos de Haití.

Este proceso se llevó a cabo en agosto, para lo cual tuvieron que elaborar pruebas de acuerdo a lo que establece el Mineduc, previo a una etapa de reforzamiento y preparación para rendir dichas pruebas. Los 12 alumnos lograron superar esta etapa.

Aunque no siempre fueron sólo 12, esto porque según contó el director del establecimiento, "empezamos con 18 jóvenes haitianos, entre los 20 a los 38 años, de los cuales 16 eran hombres y dos mujeres, todos con hartas ganas e intenciones de estudiar y terminar. Gran parte de ellos estudiaba de noche, de 19 a 23 horas, por razones laborales".

Pero terminaron 12, porque "de los seis que se retiraron, están las dos mujeres que se fueron de la ciudad por motivos laborales. De los cuatro restantes, tres se fueron a Santiago, Brasil y Argentina. El último de ellos sigue en Osorno, pero dejó los estudios por un tema laboral a pesar de la flexibilidad".

Mutuo aprendizaje

Tanto para el establecimiento como para los nuevos alumnos el proceso de entendimiento fue de largo aliento.

"Para nosotros fue un tema complejo porque si bien todos entendían, no todos manejaban el idioma, entonces tuvimos que generar, en conjunto con los profesores, espacios de conversación y reflexión en torno a cómo poder evaluarlos y en el transcurso del primer semestre, los primeros meses el lenguaje se trabajó harto con ellos", destaca Parraguirre.

A ello, el director añade que la mayoría de los estudiantes haitianos que están en el liceo piensan quedarse de forma definitiva. Algunos ya están pensando en estudiar en educación superior y hay varios que están interesados en continuar estudios en carreras técnicas, que sean a corto plazo y les permitan trabajar.

"Eso nos ha demandado cierto trabajos en temas administrativos y pedagógicos, pero ha sido una buena experiencia para aprender en conjunto a ser tolerantes, respetar y para aprender de su cultura", dice.

Si bien este jueves 15, los alumnos del liceo finalizaron las clases, el establecimiento les brinda una serie de cursos extra programáticos que les permitan tener conocimientos y realizar trabajos en verano.

"Estamos realizando cursos de capacitación en tres áreas; electricidad básica, para lo cual hicimos un convenio con Iprosec; gasfitería básica y peluquería, que son carreras del centro de formación técnica que nos presta ayuda. En tanto, antes de fin de mes vamos a hacer un curso de televigilancia con una Otec de Santiago", la idea es entregarles algún oficio reconoce.

"En cualquier país donde llegues debes hablar bien el idioma y hacer cosas más grandes, para lo cual debes estudiar y sacrificarte".

Charlonet Joseph"

"Empezar no fue fácil porque hay que acostumbrarse a una forma de vida muy diferente, además del idioma, pero todo ha ido muy bien".

Alix Der"

"Soy muy joven y tengo toda la vida por delante, y sé que tengo las capacidades para aprender lo que yo quiera".

Spencer Pierre"

18 haitianos entre los 20 y 38 años ingresaron en marzo al Liceo Manuel Baquedano para terminar tercero y cuarto medio. Finalmente terminaron los estudios 12 hombres. El resto se fue.

12 marzo fue el rango de edad de los alumnos extranjeros en el liceo, los cuales reconocen que hicieron buenos amigos y agradecen el compromiso del establecimiento.