Se considera prematuro a todo niño que nace antes de completar su maduración completa en el útero materno, considerado por la OMS como aquel que nace antes de las 37 semanas de edad gestacional. Se estima que a nivel mundial nacen alrededor 135 millones de niños al año. Alrededor de un 10% lo hace antes de término y un 1% del total corresponde a prematuros extremos, que son los que nacen antes de las 32 semanas de edad gestacional.
En la provincia de Osorno, nacen 3.000 niños al año, de ellos 210 son prematuros y 30 son prematuros extremos. Si bien todos requieren de cuidados especiales, son los prematuros extremos, menores de 32 semanas de edad gestacional, los que más demandan del sistema de salud y los que más influyen en la tasa de mortalidad infantil. Con el desarrollo de la medicina, específicamente de la medicina perinatal, la sobrevida de estos niños prematuros ha ido aumentando, en especial de aquellos con menor edad gestacional (24 a 26 semanas) y con pesos inferiores a 1.000 gramos al nacer. Estos niños requieren de grandes esfuerzos por parte del sistema de salud con la participación de un equipo multidisciplinario de técnicos y profesionales, con apoyo tecnológico avanzado, y por supuesto con el acompañamiento de sus padres que entregan el amor y el cariño tan fundamentales. Estos niños presentan múltiples patologías en la primera etapa de su vida derivadas de la inmadurez de sus órganos y sistemas, más graves y complejas a menor edad gestacional.
Aquellos que sobreviven a la primera etapa de hospitalización presentan en muchas oportunidades secuelas de diversa índole, por lo que deben continuar con controles durante su infancia. Para esto se implementó el "Policlínico de seguimiento de niños prematuros menores de 32 semanas y/o menores de 1.500 gramos".
Estos prematuros extremos son apoyados en nuestro hospital desde el nacimiento por médicos, enfermeras y técnicos de enfermería de nivel superior capacitados en neonatología, nutricionistas, kinesiólogos, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, sicólogos, asistentes sociales, tecnólogos médicos, administrativos y auxiliares. También cabe señalar la participación de médicos y obstetras y matrones, que juegan un rol crucial intentando evitar o postergar el parto prematuro como, si no hay forma de evitarlo, lograr que ese nazca en las mejores condiciones posibles.
Todos estos profesionales y técnicos, junto con los padres de los niños prematuros extremos, se abocan con todo su conocimiento y corazón a estos pequeños.
Andrés Fuchslocher Lavielle, jefe del Servicio de
Neonatología del Hospital Base San José de Osorno