"Lo importante es que todo el mundo tenga conciencia de lo peligrosa que es la Marea Roja"
Los graves efectos sociales que tuvo el episodio de Marea Roja de 2016, siguen presentes tanto en la pesca artesanal como entre los recolectores de orilla, quienes por meses se vieron impedidos de extraer mariscos bivalvos, los que al ser filtradores del agua del mar, son además principales portadores del temible Veneno Paralizante de los Moluscos (VPM).
A ellos se sumaron comerciantes de mercados, que se quedaron sin mercadería para ofrecer a sus clientes.
En todos ellos se produjo un importante efecto económico, al caer abruptamente sus ingresos, lo que derivó en protestas y manifestaciones, que fueron atendidas por el Gobierno de la época, con la entrega de un bono solidario.
La posibilidad que este verano llegue la Marea Roja desde Aysén fue advertida por el doctor Leonardo Guzmán, jefe de la División de Investigación en Acuicultura del Ifop (Instituto de Fomento Pesquero), al observar que altas temperaturas en esa zona, acompañadas de viento sur, podrían empujar aguas con la microalga Alexandrium catenella, hacia el norte.
Ante ese probable escenario, la seremi de Salud, Scarlett Molt, afirmó que "seguimos haciendo muestreos a todos los desembarcos, aunque no estamos ante un evento declarado". Especificó que ello permite mantener un trabajo intersectorial continuo con Sernapesca, Subpesca, la Armada y el propio Ifop, que participan en el Comité Regional de Floraciones Algales Nocivas (FAN), "que nunca ha dejado de sesionar. Eso asegura que las áreas libres de extracción se mantengan con concentraciones de VPM bajo la norma", apuntó.
-¿Cómo observan las condiciones climáticas y oceanográficas para los próximos meses?
-Hay pronósticos que sugieren que se pudiera presentar un nuevo evento, no como el de 2016, porque viene un verano más lluvioso. La temperatura de las aguas tampoco ha arrojado un aumento relevante, lo que sí sucedió en 2016 y que generó que la magnitud del evento fuera tan grande y que afectara a la zona del Pacífico, hasta el límite con la Región de Los Ríos.
-Por eso mantienen la vigilancia.
-No se ha bajado la guardia. Seguimos con un trabajo intersectorial permanente y monitoreando las áreas marcadas de seguimiento, que es nuestro plan estratégico de Marea Roja. A la vez, seguimos haciendo muestreos de mariscos; seguimos hablando con la comunidad y haciendo capacitación, para una detección temprana de los síntomas. Lo importante es que todo el mundo tenga conciencia de lo peligrosa que es la Marea Roja. Por eso tienen que seguir comprando mariscos en lugares establecidos y exigir el certificado que entregamos como Seremi de Salud. Desde el punto de vista sanitario, estamos preparados y en trabajo permanente para enfrentar cualquier evento de esta naturaleza.
-¿Qué trabajo hacen con los pescadores artesanales?
-Aquí hay un tema que tiene que ver con la responsabilidad. Hemos logrado un acuerdo con ellos, porque sabemos que hay declaraciones falsas y apozamientos. Por eso trabajamos con la Seremi de Salud de Aysén. Estamos haciendo resoluciones para declarar a Quellón como zona obligada de desembarco, para que declaren de dónde vienen y nosotros muestrear ese cargamento, para garantizar que lo que va a ingresar a la región viene muestreado y está libre de toxina. Trabajar en forma coordinada, transparente y responsable, nos permite garantizar que la Marea Roja no se propague, porque desde el punto de vista económico, los que más pierden son ellos.
-¿Cómo están preparados para enfrentar mañana mismo un eventual FAN?
-Lo primero es que sesiona el Comité de FAN. Se distribuye nuestro equipo humano en las áreas donde se haya identificado esa floración, para hacer mediciones y cerrar la zona que pudiera ser de riesgo. Además, de un plan comunicacional para hablar con los pescadores, la comunidad y los municipios. Hay una cadena de información técnica, desde los cierres de áreas, con seguimiento y monitoreo; pero también hay que hacer que los pescadores sepan que el área queda cerrada para la extracción y lograr que la población no consuma esos mariscos y que exija la resolución de la Seremi.
-¿Cómo están preparados en infraestructura?
-La alerta sanitaria que se declaró a inicios de este año, nos generó recursos para ampliar el personal y equipos técnicos. Esa alerta se ha ido prolongando y nos ha permitido tener un sistema muy bien armado, con laboratorios de salud pública en Osorno y Puerto Montt; y oficinas en Quellón y Castro. Tenemos una red y equipos humanos capacitados, implementados como si tuviéramos Marea Roja.
-¿Hay capacidad para detectar el VPM en el día?
-Cuando hay eventos de floraciones, tomamos muestreos y se informa dentro de 24 horas. Incluso hemos entregado resultados en tres horas, que es la capacidad de respuesta más rápida.
Diversificación y asociatividad
En una reciente entrevista concedida a El Llanquihue por Alex Winkler, gerente general de la Fundación Chinquihue, planteó que este fenómeno "siempre es un drama (para los pescadores artesanales) y es bastante impredecible. Tampoco está tan claro cuáles son las causas". Ante una eventual aparición de la toxina paralizante de los mariscos en la zona, planteó que se debe avanzar hacia la diversificación de la actividad. "Tal vez uno pueda anticiparse en el momento que venga Marea Roja y vamos a hacer tal cosa. Pero es un desafío importante". Como alternativa propuso que el turismo y la asociatividad son vías probables de acción. Y apeló a que "en determinados eventos fuertes (de Marea Roja), uno podría tener cooperación". En ese sentido, mencionó que la industria salmonera "podría ser un soporte más potente", apelando a su responsabilidad social empresarial, tras consolidar su crecimiento y aporte al desarrollo regional.