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Director de "Dragon Ball": "No entiendo el Hollywood actual"

CRÍTICA. El dibujante Masaki Sató dice que no le "gustó nada" la adaptación al cine del clásico anime japonés.
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El dibujante japonés Masaki Sató, director y animador clave de los animes "Dragon Ball" y "Dragon Ball Z", asegura que no entiende muy bien el Hollywood actual y que la adaptación norteamericana con actores reales de la serie creada por Akira Toriyama fue bastante irregular.

En entrevista con EFE, Sató afirma: "Mi Hollywood es el de películas como 'Top Gun' o la saga 'Volver al futuro', pero el actual es distinto de esa imagen que tengo y no lo entiendo muy bien". De hecho, añade, no sabe si aceptará una oferta del cine norteamericano.

Balance positivo

Sató comenzó su carrera de animador al unirse al famoso Studio Junio ("Mazinger Z") y aprendió junto al famoso animador Minoru Maeda ("Dragon Ball" y "Dragon Ball Z").

Su primer trabajo como profesional en la animación fue la lucha entre Krilin y Bacterian en el episodio 21 de "Dragon Ball" (1986) y continuó su trabajo en él y en "Dragon Ball Z" hasta el episodio 164 de la serie de televisión, en la que dibujó el mítico combate entre Trunks y Cell.

Desde esos inicios, dice Sató, "el balance personal no puede ser más positivo, porque 'Dragon Ball' fue mi primera obra, mi primera implicación en la animación, pero aún no soy suficientemente bueno en el mundo de la animación".

Sató, presente en el Salón del Manga de Barcelona, se siente "más próximo del dibujante que del anime" y en treinta años de profesión cree que "el dibujo ha cambiado", mas no sabe "si para mejor o para peor". En cualquier caso, él siempre se ha adaptado al dibujante original del manga a la hora de hacer las animaciones.

Sató confiesa que no le "gustó nada" la película 'Dragonball Evolution', que se presentaba de antemano como la gran adaptación al cine con personajes reales. "Dragonball Evolution" fue dirigida por James Wrong, responsable de "Final Destination", y fue un absoluto fracaso de taquilla.

Para Sató, "Dragon Ball es eso -dice indicando el dibujo- y no un live-action (acción real con actores o elementos reales), y de ahí la respuesta negativa de los fanáticos".

Netflix apuesta por el legado de Orson Welles, el genio frustrado del cine

ESTRENOS. Desde este mes, exhibe "Al otro lado del viento", obra póstuma del director, y un documental sobre su producción.
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Amelia Carvallo

Complaciendo a los cinéfilos, desde el 2 de noviembre la plataforma audiovisual por streaming Netflix se luce con "Al otro lado del viento", una película póstuma que Orson Welles (1915 - 1985) empezó a filmar en 1970 en Estados Unidos, luego de dos décadas de exilio en Europa, y que lo retrata en su condición de genio frustrado.

Para completar y profundizar sobre esta etapa de uno de los cineastas más influyentes del siglo XX, también está disponible en Netflix "Me amarán cuando esté muerto", documental que sigue los vericuetos, amistades y traiciones que rodearon a este filme que estuvo inconcluso, recluido en la bóveda de un banco parisino.

De vuelta a casa

A los 55 años de edad, cargando con más fracasos que éxitos comerciales y con el cartel de haber dirigido la mejor película de todos los tiempos a los 26 años, cuando dio a las audiencias "Ciudadano Kane" con un manejo de la cámara nunca antes visto y una amplia estela de simbolismos, Orson Welles decidió terminar su ostracismo en Europa y retornar a Hollywood para filmar una idea que lo obsesionaba: el relato del día del 70° cumpleaños de un director de cine como él, rodeado de su equipo de filmación, un grupo de críticos, fans, detractores, enfrentado a los avatares por los que transita la película que está rodando y que ha quedado empantanada por problemas financieros.

Para encarnar al protagonista, J.J. Hannaford, Welles acudió a uno de sus más entrañables amigos: el director John Huston, quien dio vida a este crepuscular sujeto que entabla una relación de maestro con un joven y exitoso cineasta que lo idolatra, Brooks Otterlake. Este rol lo toma otro realizador, Peter Bogdanovich, admirador de Welles. También hay pequeñas actuaciones de otros cineastas haciendo de tales, como Claude Chabrol y Paul Mazursky, y de un joven Dennis Hopper ("Easy Rider").

Filmada en una casa grande en Arizona, en lugares abandonados de estudios en Hollywood y en los alrededores de Los Ángeles, la cinta de Welles mira irónica y nostálgicamente una industria fílmica que estaba mutando y cediendo el lugar a otras visiones, con críticos y admiradores que también circulan por zonas donde el cineasta incomprendido no quiere desplazarse. Resuena siempre el cariz biográfico de la propia vida de Welles en esta ficción, algunos recados a sus traidores y denostadores, una inédita mirada al sexo, el erotismo y las mujeres, y un buen humor a prueba de balas para enfrentar lo terrible.

Pelicula imposible

El otro platillo que ofrece Netflix a los amantes del cine es "Me amarán cuando esté muerto", documental de Morgan Neville sobre Orson Welles y sus últimos quince años de vida, centrado en la producción y el rodaje de "Al otro lado del viento" y los múltiples inconvenientes que vivió al hacerla, junto a un grupo de incondicionales que demuestran con su lealtad el aprecio que suscitaba el vehemente director de "Sed de mal".

Neville, el mismo director premiado con un Oscar en 2014 por "A 20 pasos de la fama", se adentra con simpatía y admiración por el mundo de Welles y sus paradojas, escarba en el niño insoportable y el adolescente atormentado, encaja con precisión observaciones de corte psicoanalítico y entrevista a los protagonistas del filme maldito, hundiéndose en aquellos días vertiginosos y terribles, pero de los que ninguno de ellos manifiesta arrepentimiento.

horas de filmación acumuló "Al otro lado del viento", película que dura 2 horas y 2 minutos. 100

es el año en que Welles empezó a filmarla, cansado de los bajos presupuestos que conseguía en Europa. 1970