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El profesor rural que utiliza las tecnologías para enseñar a sus alumnos

RÍO NEGRO. Mario Sandoval lleva casi 40 años formando estudiantes. Una labor donde ha visto el cambio en los alumnos, ahora más críticos, lo que exige "una clase más creativa y dinámica".
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Jessica Leal

"Cada niño tiene su tablet", dice el profesor Mario Sandoval de 65 años, quien detalla que el moderno artefacto junto con el celular son sus grandes aliados a la hora de enseñar las materias a los cinco pequeños que hoy asisten a sus clases en la escuela de Casa de Lata, sector rural en la comuna de Río Negro.

"La tecnología llegó a la sala de clases para mejorar la educación. Tengo un proyector multimedia, y si usamos internet bajamos programas, los niños aprenden a usar Power Point para preparar una exposición; es decir, del antiguo profesor ya no queda nada, tuvimos que modernizarnos", enfatiza el docente.

Por eso también motiva a sus colegas a usar los nuevos recursos. "La tecnología nos ha llevado a ser consumistas, pero si los profesores orientamos a los niños, a esa misma tecnología la podemos encauzar hacia el aprendizaje".

También, lejos quedaron los años en que copiaba guías y pruebas primero con gelatina, esténcil y luego con dito (hojas con calco). Ahora dispone de computador e impresora. Eso sí, desde marzo ya no cuenta con WiFi porque "el proyecto de internet duraba sólo diez años". Ello lo obliga a ir actualizando los programas informáticos en cada tablet durante los fines de semana.

Pero no todo es tecnología. Cada día abre el colegio a las 8 de la mañana, y media hora después, a las 8.30, lee un cuento mientras los niños desayunan. Así comienza una rutina diaria que ha cumplido por décadas.

Llegó desde Osorno a Río Negro para trabajar por dos años "porque lo exigía el Mineduc" y terminó quedándose a vivir.

"Iniciamos el día leyendo un cuento, lo analizamos, porque no se trata de leer por leer, para mí un niño tiene que aprender a leer durante el primer mes, ellos desarrollan una lectura rápida y pueden codificar aunque nunca antes han tomado un lápiz, eso es un gran logro para mí", describe.

Los inicios

El próximo 2019 cumplirá 40 años en el aula, 38 de ellos en Río Negro. Nació en Victoria (La Araucanía) y llegó a vivir con su familia a Osorno. En esa época, uno de sus hermanos no podía aprender a dividir.

"Me gustó enseñarle y que pudiera comprender", dice. Y fue tal el impacto de esa experiencia que, en 1973, ingresó a estudiar Pedagogía con mención en Ciencias Naturales en la sede de la Universidad de Chile (luego Instituto Profesional de Osorno, y hoy Universidad de Los Lagos).

Se tituló en 1977. Dictó sus primeras clases en la Escuela España de Osorno. Luego ejerció en escuelas de Purranque y Río Negro, donde llegó hasta Quisquelelfún y de ahí lo enviaron al sector cordillerano de Parrones, donde ejerció desde 1981 a 1983.

"Estudiaban sólo ocho niños, había harto por hacer y cuando me fui, la escuela tenía más de 35 alumnos", detalla.

Tras su paso por Parrones, comenzó su labor en Casa de Lata para niños de primero a sexto básico. "Teníamos sobre 60 niños y éramos dos profesores; después de 30 años , tuve 30 alumnos y me quedé solo", relata Mario Sandoval.

En el intertanto, se casó con Zulema Maldonado, con quien tiene dos hijos y tres nietos. Junto a su esposa, también ayudaron a formar la junta de vecinos del sector, logrando mejoras en la escuela, la instalación de electricidad y un pozo profundo para toda la comunidad mediante Indap, talleres laborales, y la creación del club deportivo "Almirante Latorre".

Una labor social que permitió al docente conectarse con la comunidad educativa y avanzar en su trabajo con los niños y niñas. "Nunca hemos sufrido el bullying porque trabajamos cerca de los apoderados", dice.

Desde 1998 cuenta como madrinas a las damas de la "Sociedad Protectora de la Infancia". También creó un grupo folclórico. Polkas, cuecas sajurianas y chilotas forman parte del repertorio que aún enseña. "Los niños rurales llegan sin saber nada, apenas hablan, no saben posicionarse de un espacio, entonces con los bailes folclóricos aprenden movilidad y sirve de apresto".

Tan bien le fue al conjunto folclórico que incluso doce años atrás, en una gira a la Escuela Naval en Puerto Montt, bailaron en la cubierta de un barco, recibiendo las felicitaciones de los oficiales.

Menos niños rurales

Viviendo los cambios que introdujo la reforma educacional, en 1996, Mario Sandoval se transformó en coordinador del microcentro rural de Casa de Lata. Instancia donde participaban ocho escuelas, pero la baja en la matrícula hizo que subsistieran dos establecimientos. Y si la comuna contaba con cuatro microcentros, hoy sólo existe el microcentro Río Negro.

"De 36 colegios, ahora quedan 10, pero sigo siendo el coordinador; en el microcentro cada colega comparte su clase y lleva lo aprendido a su aula, es un espacio que nos ha sacado de la soledad", dice.

Es crítico en señalar que no entiende a los apoderados cuando envían a sus hijos a la ciudad. "¿Cuál es la idea de llevárselos, si en las escuelas rurales entregamos una clase más personalizada, en la ciudad hay 35 ó 40 niños en una clase, acá el aprendizaje es más auténtico", enfatiza.

Pese a las dificultades, Mario Mella logró formar generaciones de estudiantes, muchos lo visitan para contarles que son técnicos o profesionales. "Siempre trato de inculcarles que ellos pueden, que no se queden en el campo, el mayor desafío es orientar al niño a que sea feliz", revela.

Como anécdota, el día de esta entrevista, su nieto Marco está en clases porque su colegio en la ciudad se encuentra en huelga. "Él tenía tres meses cuando llegó acá porque sus papás trabajan y no podían hacerse cargo, entonces aquí cursó hasta el sexto básico y ahora viene a vernos ", relata.

Mientras, su consejo a los docentes es estar atento porque "hoy día el niño es más crítico; enseñar es una labor con amor, creativa, con mucha participación del alumno".

"Es tan hermoso recibir a un niñito que no sabe nada y después despedirlo en sexto básico, ver que se emociona porque deja su escuela, por eso realizamos una ceremonia de fin de año, se despiden ellos y también los apoderados. En ese sentido, digo que no envejezco porque cuando se van, ellos dejan una huella imborrable", acota.

"Si los profesores orientamos a los niños, esa misma tecnología la podemos encauzar hacia el aprendizaje"

Mario Sandoval, Profesor rural"

como profesor cumplirá en 2019, Mario Sandoval. Lleva 38 años en Río Negro y casi 35 en Casa de Lata. 40 años