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Académicos de la ULA desarrollan proyecto que busca disminuir metales pesados del medio ambiente

ESTUDIO. Se trata de la biorremediación, una iniciativa creada el año 2010, que cuenta con un equipo de especialistas de la Usach y Universidad Autónoma de Chile.
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Camila Núñez

Descontaminar ambientes con altos contenidos de metales pesados, como cobre y cromo, que son muy dañinos para la salud, es el desafío que tiene el proyecto de biorremediación que lidera un académico de la Universidad de Los Lagos (ULagos) junto a otros científicos.

La iniciativa nació el 2010 a partir una tesis de pregrado de dos alumnas de la casa de estudios, Carolina Hernández y Paulina Pradel, que buscaba bacterias que estuvieran relacionadas con metales pesados. La primera parte del desarrollo de la investigación se realizó en el canal Tenglo, en Puerto Montt.

Además, el equipo de trabajo está encabezado por Alex Hernández, académico de la ULagos del Departamento de Ciencias Biológicas y encargado del Laboratorio de Microbiología Ambiental y Extremófilos, y cuenta con la participación de Gino Corsini, de la Universidad Autónoma de Chile y Mario Tello de la Universidad de Santiago (Usach).

"Logramos recuperar del ambiente un microorganismo que tiene una capacidad de resistencia atípica para la zona", explicó Alex Hernández.

Además, el ingeniero ambiental destacó que "el impacto estaría relacionado con la descontaminación ambiental. Todos saben que la acumulación de metales pesados son dañinos para la salud, entonces el proyecto apunta a mejorar la calidad de vida y algunos sistemas productivos en el área de la salmonicultura, agronomía, etcétera".

Labor de las bacterias

El descubrimiento del potencial de las bacterias ha sido fundamental para los avances que han tenido los científicos en cuanto a la biorremediación, es decir, descontaminar mediante microorganismos.

El equipo de profesionales está armando un prototipo, en el cual se introduce la bacteria dentro de "pelotitas" de plumavit, que luego pueden ser depositadas en un sistema acuoso o terrestre, donde existan concentraciones de metal, para que estas mismas bacterias lo absorban.

"Luego como el tamaño es grande, nosotros somos capaces de retirarla. Por un lado, tiene la dificultad de que el dispositivo debe estar en contacto con la mayor cantidad de superficie para hacer mejor su trabajo y, por otro lado, la ventaja es que nunca van a contaminar porque son fácilmente removibles", precisó el profesor Hernández.

El académico explicó que la idea es hacer una especie de contenedor, en el caso de los sólidos, donde estén las bacterias inmersas e inmovilizadas y que sean capaces de absorber.

Mientras que en el caso del sistema acuoso, la idea es que sea una especie de biofiltro por donde pase el líquido contaminado con cobre y quede retenido en las bacterias, que luego será retirado.

Impacto en el país

El experto sostuvo que son diversos los beneficios que este sistema podría tener en distintas áreas de producción y zonas del país, ya sea norte, centro o sur.

En la Región de Los Lagos, por ejemplo, el sistema podría aplicarse en los suelos que están cerca de los volcanes, donde se podría mejorar la calidad de los mismos, curtiembres y salmoneras.

Esto porque el cobre es muy tóxico en el ambiente, lo que quedó demostrado con el derrame de pintura en Chonchi, Chiloé, que según dijo el académico de la ULagos "dejó la escoba, ya que la toxicidad en los organismos como microalgas, algunas plantas, crustáceos, peces pequeños, etc., se vieron fuertemente afectados, entonces la diversidad disminuiría considerablemente".

E incluso en el ser humano el efecto acumulativo de metales genera efectos cancerígenos y mutaciones, admitió.

Por lo mismo, la iniciativa apunta a hacer una aplicación, inicialmente hacia la salmonicultura, donde están los talleres de lavado de redes, que son impregnadas con esta pintura, y los riles los deben dejar en un contenedor y luego van al relleno sanitario.

"Esos riles, que son peligrosos por su alto contenido de cobre, tratarlos de alguna manera para recuperar ese cobre y usarlos en aplicaciones electrónicas", dijo.

Igualmente beneficiaría a la fruticultura, porque metales como el aluminio se absorben rápido por las plantas y "no se sabe bien si termina en el fruto o no; entonces si estamos produciendo berries, por defecto el metal dará al fruto y cuando sea exportado y se hagan pruebas en Europa, arrojarán que tienen metales y serán devueltos, entonces la idea es evitar eso", comentó Hernández.

Por otro lado, en el caso de la calidad del agua, el científico sostuvo que en los planteles de salmonicultura que están en tierra, donde poseen sistemas de recirculación de agua que extraen de pozos, tampoco se conocen los niveles de metales y si éstos pueden terminar en el tejido de los salmones, en las branquias o afectar su crecimiento.

"Cuando partimos con el proyecto de biorremediación nos habíamos enfocado en el norte, en la Segunda y Tercera Región, donde lo que fluye de los relaves llega a los ríos y luego a la zona costera, donde se empieza a depositar", dijo Hernández.

Que explicó que como sacaron la bacteria de un sedimento costero, con agua de mar, empezaron a hacer pruebas, ver cómo funcionaba la mezcla de un tóxico con sal y efectivamente tenía el efecto de biorremediar, "entonces nos habíamos enfocado en hacer una aplicación para descontaminar las zonas costeras".

Este sistema también está pensado, por ejemplo, para comunas como Quintero y Puchuncaví, que durante las últimas semanas han estado en la palestra por los altos niveles de contaminación.

En este sentido, Hernández comentó que "hay fundiciones, sistemas pretroleros, entre otros, y el terreno tiene altos niveles de metales como cobre".

Un aporte

Por otra parte, Paulina Pradel, ingeniero ambiental de la ULagos y magíster en Ciencias y Recursos Naturales de la Universidad de la Frontera, enfatizó que lo más interesante es que la iniciativa permite que se puedan sacar contaminantes del ambiente utilizando biomasa. "En el caso del mar se utiliza un biofiltro que permite que las bacterias encapsuladas se vayan 'comiendo' el metal contaminante".

Para la estudiante de diplomado, el mayor impacto del proyecto se relaciona con que el cobre y cromo están catalogados como los metales más dañinos para el medio ambiente, de hecho el cromo puede provocar cáncer, malformaciones en el recién nacido, entre otras consecuencias.

Además, destacó el caso del canal de Tenglo, donde hay un alto desarrollo de astilleros que tienen como desechos principales los metales pesados, entonces la relevancia sería la limpieza de la costa.

Por último, el profesor Hernández comentó que actualmente están en una etapa de prototipo y quieren hacer más pruebas en terreno: "todo lo que tenemos es en laboratorio, pero no lo hemos podido validar en una pruebas de campo que es nuestro próximo paso, enfocados idealmente en el sector acuícola, para lo cual necesitamos mas recursos humanos y económicos", sostuvo. Agregó que están en la búsqueda de financiamiento.

"La acumulación de metales pesados son dañinos para la salud, entonces el proyecto apunta a mejorar la calidad de vida"

Alex Hernández, académico ULagos"

comenzó la investigación por parte de un grupo de científicos de la Universidad de Los Lagos. 2010

metales esperan reducir del medio ambiente, se trata del cobre y cromo, altamente dañinos. 2