Redacción / Efe
Los líderes de ambas Coreas pusieron ayer punto final a su cumbre en el Norte escenificando nuevamente su paulatino acercamiento, el cual ha sido fundamental para que Estados Unidos y Piongyang retomen el diálogo sobre desnuclearización.
El Presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norteño, Kim Jong-un, subieron ayer al monte Paektu, el pico más alto de la península coreana, considerado símbolo nacional para ambos países. Este volcán inactivo, que según el folclore es el lugar donde nació el pueblo coreano, es punto obligado de peregrinación pese a que la inmensa mayoría de surcoreanos -que tienen prohibido entrar en Corea del Norte al estar los dos países en guerra- están obligados a viajar a China para ascender por su falda septentrional.
Precisamente Moon, sureño hijo de refugiados norcoreanos que huían de la guerra, le había comentado a Kim que pese a haber tenido muchas veces la oportunidad de subir por el lado chino de la montaña siempre lo había descartado con la esperanza de poder coronarla algún día ascendiendo por la falda norcoreana.
Dicho y hecho: Kim invitó a Moon y su delegación a Paektu, y tras viajar en avión desde Piongyang, ambos líderes acabaron retratándose sonrientes y levantado sus manos entrelazadas frente al Chonji, el idílico lago que hay en el cráter del volcán.
La instantánea sirve como perfecto resumen de lo que fue la cumbre de tres días, que se finalizó con una declaración conjunta en la que Corea del Norte dijo estar dispuesta a desmantelar más instalaciones de su programa nuclear a cambio de que EE.UU. implemente lo acordado en la cumbre de Singapur de junio.
Es un nuevo gesto en favor del desarme por parte de Piongyang, que pide a su vez a la Casa Blanca avances en la firma de un tratado de paz que ponga fin al estado de guerra que aún pesa sobre la península desde la Guerra de Corea (1950-1953) y que le sirva como garantía de supervivencia.
Diálogo con ee.uu.
Tanto el Presidente estadounidense, Donald Trump, como el secretario de Estado, Mike Pompeo, han recibido positivamente el resultado de la cumbre y han dicho que Washington ya está buscando reiniciar el estancado diálogo con Pionyang sobre su desnuclearización.
Pompeo invitó a su homólogo, Ri Yong-ho, a encontrarse con él en el marco de la reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York la próxima semana y Trump parece dispuesto a ver por segunda vez a Kim, tal y como éste le propuso por carta la semana pasada.
Así, la tercera cumbre intercoreana de 2018 sirvió, tal y como se esperaba, para destrabar el diálogo EE.UU.-Corea del Norte.
Washington ha demandado más garantías a Piongyang sobre su voluntad de desarmarse y aunque la última oferta norcoreana de desmantelar Yongbyon, el reactor nuclear del que obtiene combustible para bombas atómicas sigue siendo ambiguo, supone un paso más de cara a iniciar un verdadero proceso de desnuclearización.
"Yongbyon es un paso muy grande para ellos y estoy seguro que va a contribuir al diálogo", aseguró ayer el Presidente surcoreano a su retorno a Seúl.
Acercamiento y trump
El viaje de Moon y sus conversaciones con Kim sirvieron para reducir esa brecha entre ambas partes y ayudaron a que el régimen ponga algo nuevo sobre la mesa, aunque simbólico aún.
"Algunas cosas de las que hablamos (Kim y yo) no están recogidas en la declaración y no debe ser compartidas aquí. Pero de estas cosas hablaré con el Presidente Donald Trump", dijo Moon sobre la reunión que tendrá con el Mandatario de EE.UU. el próximo martes.
"El Norte también quería que le transmitiésemos un mensaje a EE.UU. y es lo que vamos a hacer", añadió, adelantando que Kim quiere "completar la desnuclearización rápidamente" y tener una segunda cumbre con el propio Trump.
Seúl ha defendido que las relaciones intercoreanas deben ser independientes de las conversaciones entre el régimen y la Casa Blanca y que, a su vez, la cercanía entre los dos vecinos es fundamental para poder mediar en favor del entendimiento entre Washington y Piongyang.
Esta cumbre en Corea del Norte se cerró con nuevos y sustanciales progresos para acercar a ambos vecinos.
Además de una declaración conjunta que incide en la necesidad de reforzar los intercambios económicos (los principales empresarios sureños estuvieron en la cumbre) o culturales (ambas Coreas quieren organizar los JJ.OO. de 2032), las dos Coreas firmaron también un histórico acuerdo para rebajar la tensión militar en su frontera.
Y para terminar de certificar el buen momento -probablemente el mejor desde la división de 1945- que viven las relaciones intercoreanas, Kim aseguró que antes de fin de año visitará Seúl a invitación de Moon, lo que lo convertiría en el primer líder norcoreano en pisar jamás la capital del Sur.
veces se han reunido Kim y Moon en lo que va del año. Se espera que la próxima cumbre sea en Corea del Sur. 3
de junio. Trump y Kim se reunieron en Singapur en esa fecha. Pronto podrían tener una nueva cumbre. 12