Secciones

Río Bueno aporta con la mitad de las juezas de rugby a nivel país

INCLUSIÓN. A la experimentada réferi Lucía Cárcamo se sumaron las nóveles Mia Huiscañanco de 20 años y Génesis Navarrete (29), quienes han actuado en torneos de la liga femenina y masculina.
E-mail Compartir

Ricardo Cifuentes

La comuna ribereña además de ser reconocida por el cauce que da nombre a la comuna, su pasado histórico y las labores agrícolas, también tiene un enorme mérito deportivo: aporta la mitad de las árbitros de rugby acreditadas en el país. La punta de lanza de esta camada es la docente Lucía Cárcamo Vivanche (43 años), quien después de practicar esta disciplina optó por impartir justicia en la cancha. Fue precisamente la ausencia de representantes femeninas en el referato lo que la llevó a incursionar en este ámbito, que la ha llevado a instancias internacionales.

"Al principio no fue fácil abrirme paso en esta actividad esencialmente masculina. Hace 12 años fui la primera árbitro de rugby a nivel nacional, pero recibí el apoyo de muchas personas y me dediqué a estudiar y a trabajar. Ahora hay más mujeres árbitros: somos unas 6 y la mitad son de Río Bueno", afirma.

El año pasado recibió la invitación para asistir al campeonato más antiguo de Sudamérica, el Valentín Martínez, en Montevideo (Uruguay) y que se juega en 12 canchas, con la participación de niños de 9 a 18 años; posteriormente asistió al Sudamericano Femenino, donde fue asistente y juez central. Reconoció que obtuvo una valiosa experiencia y conocimientos que aplica cuando le corresponde dirigir encuentros de rugby damas o varones.

Tres mujeres

La profesora destaca el trabajo de sus asistentes Génesis Navarrete (29) y Mia Huiscañanco de 20 años y que lleva cinco como asistente o guardalínea. "Ellas tienen mucho camino para recorrer, porque son dos mujeres jóvenes que han demostrado mucha capacidad y ganas de aprender y en eso estamos, aprendiendo juntas", añadió esta maestra, originaria de Cachillahue (Río Bueno) y que vive desde hace algunos años en Osorno.

Sostiene que no ha sido difícil realizar la actividad de jueza deportiva, porque existe un reglamento claro que favorece esa labor y porque los jugadores en el campo deben dedicarse a jugar.

Precisamente los rugbier están obligados a acatar las decisiones de la jueza o juez, por faltas se les amonesta o aplican tarjetas amarillas y se les recomienda evitar los roces y, si éstos se repiten, se les sanciona y durante 10 minutos quedan fuera del juego, por lo que dejan a su equipo con uno menos. La tarjeta roja se aplica cuando se propinan golpes considerados alevosos y o que afectan la integridad del rival, aclaró.

Detalló que las zonas "rojas", son aquellas cercanas al lugar donde se anotan los puntos, "y es donde tenemos que estar más atentas para permitir que el equipo atacante juegue con normalidad y no sea frenado con juego sucio".

Transparencia

"Filmamos cada partido para mantener la necesaria transparencia de nuestro actuar y de esa manera nos resguardamos de las dudas sobre la forma cómo arbitramos cada cotejo, los que se caracterizan por el permanente roce para conservar el balón y llegar al arco rival", precisó la riobuenina avecindada en Osorno.

Son asesoradas por un entrenador de árbitros que las va preparando en la técnica para conducir los partidos, que tienen como actores principales a 15 jugadores por cada equipo, con 40 minutos de juego por lado.

Menciona a Génesis Navarrete que juega rugby en la liga femenina y que integró la selección del sur en el Campeonato Nacional de Arica, hace poco más de dos meses, quien ejerce como su asistente y también como jueza principal.

Navarrete integra el club riobuenino de Los Potros y hace dos años arbitra y ya tuvo la oportunidad de ser juez central en Loncoche. Recalcó que le gusta lo que hace, estuvo en Arica como parte de la selección del sur junto a la también riobuenina Fernanda Pinuer de 15 años. Explicó que en la zona central y norte el nivel de este deporte es mucho mayor, pero que en el sur se avanza y aumenta el interés entre los jóvenes para practicarlo.

Mia Huiscañanco, de 20 años, le encanta esta disciplina por lo que está feliz con su labor de asistente que ejerce desde hace 5 años, prácticamente desde los 15. La joven tiene la personalidad necesaria para dirigir o ayudar a arbitrar cotejos de varones, que en ocasiones no están muy de acuerdo con las decisiones que adoptan.

Un trío arbitral femenino que con mucha personalidad demuestra sus condiciones y conocimientos para dirigir los cotejos de damas y en especial de varones, como sucedió el fin de semana, cuando los locales superaron por un punto al elenco de Puerto Montt por la liga regional sur de rugby varones.

"Hace 12 años fui la primera árbitro de rugby a nivel nacional, pero recibí el apoyo de muchas personas y me dediqué a estudiar y a trabajar"

Lucía Cárcamo"