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El rocket y mini "chulengo": las nuevas ideas para asados en el "18"

EMPRENDEDORES. Diversas opciones encuentran los parrilleros para preparar el tan apetecido asado en familia. Esto, gracias a la inventiva y destreza que artesanos osorninos ofrecen al fabricar parrillas, discos y asadores en variados tamaños y para todos los presupuestos.
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Jessica Leal

"Mini chulengo" es el nombre que recibe una pequeña parrilla con tapa, provista de un cañón y tiraje en dos posiciones. Por su tamaño, el artefacto resulta fácil de transportar y es la opción preferida entre quienes van de camping.

"Comencé a fabricar los mini chulengos este verano que pasó, porque los clientes querían parrillas más chicas para llevar a sus viajes", comenta Víctor Maripán, quien confiesa que debió reinventarse cuando luego de trabajar por casi veinte años como administrativo, quedó sin empleo.

Un momento difícil que superó fabricando parrillas y una variedad de implementos en fierro. Su experiencia forma parte del ingenio y perseverancia de muchos osorninos que hoy alistan parrillas y asadores para los amantes de los buenos cortes de carne.

En cada temporada previa a Fiestas Patrias, la demanda crece al doble. Tres emprendedores revelan que la calidad en materiales y precisión en los "remaches" hacen la diferencia a la hora de ofrecer un producto. "Con eso, los clientes vuelven y además te recomiendan", aseguran.

Veta artística

Sólo siete minutos demora en preparar una merluza frita el "rocket" (cohete) que fabrica Alfredo Velásquez, una parrilla en forma de torre que muchos usan a este y al otro lado de Los Andes.

"Vi este modelo en un video en YouTube que subieron unos argentinos, pero lo mejoré: coloqué dos tomas de aire con tapas y le hice una base donde se puede montar disco, sartén o plancha", explica.

Su rocket y todos los artefactos que fabrica "son funcionales y tienen un toque de arte a la vez", dice "el poeta ferroviario". Así lo nombraron sus compañeros en la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE). Desde niño comenzó a escribir inspirado en el paisaje de la desaparecida estación Pichirropulli, ubicada entre Paillaco y La Unión.

Velásquez -cuyo padre era operario de las vías- emigró de su pueblo a los 18 años para trabajar como guardia en EFE, donde escaló posiciones hasta jubilar como maquinista.

Escribió su primera poesía en 1986, faceta artística que dice surge en "todo lo que hago". Es así que en 2001, mientras aún trabajaba en EFE, empezó a forjar fierros con chatarra en la maestranza San Eugenio, en Estación Central.

"En Santiago hice unas 300 parrillas de diferentes medidas y modelos, con asador y tabla de madera nativa", relata. Como detalle, en las manillas reciclaba clavos rieleros y para los asadores empleaba tirafondos con fierros que sujetaban los rieles de los puentes.

Al jubilar en 2011 regresó a Osorno. Hoy vive en calle Chaihuín en Portal Osorno y es supervisor en una empresa que presta servicios al municipio, trabajo que comparte con la poesía (ganó el segundo lugar en un concurso de La Araucana) y la fabricación de parrillas, asadores, braseros, planchas y discos, además de ceniceros para terraza, atizadores y leñeros.

Ahora también recicla rodamientos y depósitos de frenos de camiones. Aclara que trabaja "sólo a pedido". Vende las parrillas a $75 mil, los discos con arado antiguo a $42 mil, planchas para cocina a gas de 2,4 y 6 platos a $28 mil, $45 mil y $60 mil, respectivamente, y los asadores a $22 mil con mango giratorio en madera nativa.

Un rocket cuesta $45 mil. "Ahorra energía: con dos cajones de tomates puedes hacer dos disqueadas", asegura.

En acero inoxidable

"Disfrute una rica parrillada sin sufrir por el humo" es la promesa que hace Luis Orlando Rosas, quien fabrica campanas para quincho con parrilla.

Junto a su sobrino Hernán Pailahueque llevan diez años fabricando campanas, luego de una crisis en la maestranza que Luis inició en 1985, en calle Los Pumas de Francke.

"Primero hacíamos azadones, palas derechas, etcétera, para las ferreterías, pero después que llegaron las herramientas chinas, nos vimos obligados a hacer otros trabajos como rejas, hojalatería, máquinas para cortar madera y forja", explica Héctor, quien llegó al negocio familiar en 1990. Hoy también colaboran su hermana Margot y su cuñado Marcelo Wenderdell.

"El mejor secreto es hacer las cosas bien y con responsabilidad", enfatiza Héctor acerca de un set de parrilla que es ejemplo de la calidad.

Fabricada en lata de 2 milímetros, la campana va soldada en todas sus juntas, lleva parrilla y asador en acero inoxidable para una cocción más limpia. Tiene un sistema de levante, herramientas para el carbón y la opción de un motor con velocidad controlable para el asador, además de un leñero para cocinar a las brasas. Todo va montado en un fogón con ladrillos reflectantes. El fogón mide 1,40 metro de largo por 70 centímetros de fondo y 95 centímetros de alto.

El costo del proyecto oscila entre un millón y un millón y medio de pesos. También fabrican en fierro panchos con motor para el asado a $350 mil, panchitos a $160 mil y braseros para terraza a $90 mil.

Asados en chulengos

Medio tambor de aceite que le regaló "un conocido" sirvió para que Víctor Maripán fabricara su primera parrilla.

"Luego me pidieron otras más y ahí vi esto como alternativa de trabajo", comenta el vecino del pasaje Don René en Parque Artesanal, Rahue Alto.

Hace cuatro años comenzó a fabricar varias parrillas al mes y mantiene dos en stock. "Hay que estar preparado, sobre todo en verano, porque viene gente que está de vacaciones, llegan por referencias", señala.

Como otros emprendedores usa Facebook (Jav Mat Mar, parrillas braseros) y YouTube. "Las redes sociales son buen apoyo", enfatiza.

Fabrica leñeros, atizadores y parrillas. Un set completo con tambor, parrilla y asador cuesta $40 mil; parrilla mediana a $20 mil y una más pequeña a $15 mil; un disco a $45 mil; brasero a $8 mil; y el mini chulengo a $25 mil, "sirve para 3 o 4 personas, es muy usado en Magallanes y el sur de Argentina", explica.

"La idea es entregar un producto con buenas terminaciones para competir con las tiendas; se siente satisfacción porque muchos clientes regalan las parrillas y uno ve la alegría de quien las recibe", indica.

En pocos minutos, el rocket permite cocinar platos como merluza frita (foto) y carnes a la parrilla, al disco o la plancha.

"El mejor secreto es hacer las cosas bien y con responsabilidad".

Héctor Pailahueque, Maestranza Luis Orlando Rosas, de Francke"