Último hermano penitente del país dejará Osorno tras 35 años de servicio a la comunidad
MISIONERO. El holandés Humberto Ploumen retornará a su país el próximo año, por lo que su orden desaparecerá en la zona y su representación quedará en manos del sacerdote capuchino Adrián de Vet. Actualmente se dedica a labores agrícolas y de mantenimiento en la Misión Rahue, además de entregar asistencia espiritual.
Hace 35 años dejó Holanda para seguir el camino de Dios a través de la asistencia espiritual y los trabajos de ayuda social a diferentes organizaciones y establecimientos educativos en Osorno.
Tras la muerte del sacerdote Jaime Wölfs, en septiembre del año pasado, se convirtió en el último miembro de la orden franciscana de los Hermanos Penitentes en nuestro país, la que precisamente tiene su origen en los Países Bajos y que hace varias décadas envió a sus misioneros a diversos rincones del planeta.
Se trata de Humberto Ploumen (74 años), quien se dedicada a labores agrícolas y de mantención del cuidado entorno de la Escuela Rural de Virgen de la Candelaria y el santuario del mismo nombre en el sector de Misión Rahue.
Además se encarga de asistir de forma espiritual en las eucaristías, ya que el al ser hermano no está habilitado para entregar la comunión ni tampoco oficiar misa o sacramento.
Inicios
Ploumen nació en Simpelved, un pequeño poblado ubicado al sur de los Países Bajos, lugar en donde desarrolló toda su infancia y gran parte de su juventud, junto a nueve hermanos.
Tras cursar la enseñanza básica y media, nació su amor por la agricultura y decidió ingresar a estudiar a un instituto de fruticultura, en donde posteriormente llegó a trabajar afuera de su país en Sao Paulo.
"En Brasil nació mi vocación religiosa y al servicio de los pobres. Luego volví a Holanda y entré a un instituto religioso que enviaba hombres a cumplir misiones a diversas partes del mundo", manifiesta el hombre de fe.
Producto de esto fue trasladado a Formosa, Argentina, provincia en la cual estuvo sirviendo como misionero laico junto a los Misionero Oblatos de María Inmaculada, prestando ayuda a los pueblos indígenas entre 1970 y 1972.
En 1979 mientras administraba un jardín botánico en Rolduc, Holanda, ingresó como novicio a los Hermanos Penitentes de San Francisco, lugar en donde mantuvo sus labores religiosas hasta 1983.
Chile
El 8 de octubre del mismo año fue enviado por su orden a nuestro país para cumplir un cometido social, arribando en primera instancia a la Misión Quilacahuín.
Allí desarrolló labores agrícolas en la preparación de huertos que generen alimentos, como también enseñar labores de este mismo tipo a los estudiantes del establecimiento del sector.
En este lugar se mantuvo hasta 1992, ya que fue derivado a la Misión Rahue para desarrollar el mismo tipo de faenas, acompañando al rector, padre Jaime Wölfs, en la tarea pastoral.
Producto de su amplio conocimiento agrícola, a Ploumen se le encomendó la tarea de crear el parque del santuario, plantando diversas especies de árboles y plantas para facilitar una estadía más grata a los peregrinos y realzar el lugar de veneración de la Virgen de la Candelaria.
"También me dediqué a la plantación de huertos y frutales, cuya producción era destinada a los chicos de la escuela misional. Siempre trataba de darles buenos alimentos", relata el hermano penitente.
último penitente
Humberto Ploumen es el último penitente que queda cumpliendo misiones en nuestro país. Junto a él estaba el sacerdote Jaime Wölfs, pero a raíz de su muerte quedó solo.
El religioso agricultor lo recuerda con cariño "juntos celebrábamos la misa. La muerte del hermano Jaime fue una gran pérdida".
Expresa que en estos momentos se está despidiendo del país, ya que en 2019 entregará su trabajo y volverá a su tierra natal.
Con pena reconoce que "los penitentes estamos muriendo, cada vez somos menos, solo quedan nueve vivos en todo el mundo. Vendimos todas las casas, instituciones, predios, etc.".
Después de radicarse nuevamente en a Simpelved, Holanda, Ploumen dejará los hermanos penitentes y se integrará a la orden franciscana de los Hermanos Capuchinos.
"La diferencia entre los Penitentes y Capuchinos es que nosotros no nos dedicamos mucho a la evangelización, sino que a trabajar con las personas, enfermos y realizar labores de mantención, aunque ambos pertenecemos a la misma congregación", detalla.
Legado
Si bien está triste por dejar su trabajo que ejerció por 35 años, se declara satisfecho con lo obrado en nuestro país: "para mí trabajar era un alegría porque lo estaba haciendo por los chicos, ya que ellos quedaban muy contentos con los alimentos que les entregaba. No me dediqué tanto a predicar, sino que hacer misiones más sociales".
Juan Carlos Fuentes, encargado en Osorno de la Congregación de Hermanos Penitentes de San Francisco de Asís, señala que "en 1992 el padre Humberto me invitó a integrarme a la comunidad en Misión Rahue y hasta esta fecha hemos peregrinado juntos, hasta hace unos meses con el padre Jaime que falleció el 2017".
Agrega que "el hermano ha dado testimonio de su fe en Dios, devoto de María y fiel seguidor de San Francisco de Asís, acogiendo a los peregrinos que concurren al santuario y participando en las fiestas, especialmente las dedicadas a la Virgen María", explica.
Humberto Ploumen detalla que luego de volver a Holanda se reunirá con algunos familiares: "me voy a juntar con mis hermanos que aún viven. El contacto con algunos no era bueno ya que hubo disputas por la herencia de mis padres, pero obviamente me visitaré con los que me llevo mejor".
Cuando ocurra esto, Osorno se quedará sin hermanos penitentes y es probable que en el futuro no vuelva a tener a alguno ya que cada vez quedan menos en el orbe.
La persona que tomará las funciones de Ploumen será el padre holandés Adrián De Vet, quien cumplía labores en San Juan de La Costa.
El religioso pertenece a la orden de los Hermanos Capuchinos y el año 2008 fue declarado hijo ilustre de Osorno producto de su meritorio trabajo pastoral, como también el rol social que desarrolló en la zona.
"La diferencia entre los Penitentes y Capuchinos es que nosotros no nos dedicamos mucho a la evangelización, sino que a trabajar con las personas, enfermos y realizar labores de mantención".
Humberto Ploumen, Hermano penitente"
"En 1992 el padre me invitó a integrarme a la comunidad de Misión Rahue y desde ese entonces hemos peregrinado juntos".
Juan Carlos Fuentes, Congregación Hnos. Penitentes"