El acuarelista Mario Barrientos expone su última colección que incluye dos paisajes de la provincia
ARTES VISUALES. El pintor, nacido en la Isla Huar y con 56 años de trayectoria, dice que las obras transmiten silencio. La exhibición estará abierta hasta el 28 de agosto en el Centro Cultural.
"Tarde de cordillera" y "Pico cordillerano", son las obras que reflejan a la provincia de Osorno en la muestra "Donde habita el silencio", la última colección que el acuarelista Mario Barrientos expondrá hasta el 28 de agosto, en el Centro Cultural de Osorno.
Su autor, con 56 años de trayectoria, adelanta que los asistentes podrán ver paisajes y flores, pero en ninguna está el ser humano. Y explica que ello tiene como objetivo que "la exposición trasunte silencio y ese es el origen del título (de la muestra)".
Barrientos pinta lo que tiene cerca, su tierra y los alrededores. "Siempre he pensado que un pintor es una especie de cronista de su lugar y de su tiempo. Debo pintar mi realidad y lo que me toca ver todos los días que, como es maravilloso, sería un crimen no reflejar en una obra", manifiesta.
Inicios
Originario de la Isla de Huar, en la comuna de Calbuco, Mario Barrientos casi aprendió a caminar y a pintar al mismo tiempo.
"Mi abuelo era profesor en esa isla. Por eso nací y vivíamos ahí. Él pintaba bien y, seguramente, vio alguna condición en su nieto. Por eso me incentivó, me compró materiales y permitió que dibujara y pintara desde que era muy pequeño", recuerda.
Acota que si bien debió emigrar a Puerto Montt para cursar los últimos años de enseñanza, no ha parado de pintar hasta hoy.
Empezó con acuarela y durante un tiempo muy corto incursionó en el óleo junto a algunos de sus amigos. Sin embargo, luego retomaría la acuarela con la cual sigue trabajando hasta ahora.
"Uno tiene que insistir con un solo material, ya que eso es fundamental para mejorar la técnica", dijo.
Trayectoria
El acuarelista desarrolló parte de su trayectoria en San Carlos de Bariloche, Argentina, donde vivió durante 15 años.
Y tal es su cercanía, que adelanta que es muy probable que a fines de este año exponga en la ciudad trasandina.
Añade que en el país vecino recibió algunos premios, pero confiesa que no es muy amigo de concursar.
"Cuando he concursado no me ha ido mal. Sólo en dos oportunidades mandé obras al Concurso Nacional de Acuarelas Hardy Wistuba, a quien conocí y teníamos cierta cercanía. En los dos quedé seleccionado y en ambos gané menciones, cosa que me satisface, pues sólo se entrega un premio y dos menciones", explica.
Y si bien muchos lo consideran uno de los mejores acuarelistas del país, con una sonrisa Mario aclara que "algunos dicen eso, pero yo no lo he dicho nunca".
En esta línea, recalca que "este es un oficio en el que tenemos que aprender todos los días. No nos podemos quedar estancados pensando que lo estamos haciendo bien".
E insiste en que la obligación primera de un pintor es aprender, sin competir con nadie, aunque sí consigo mismo, porque la idea es que lo que pinte mañana sea mejor que lo que pinté hoy.
"Esa es una premisa fundamental del artista. Tiene que ser así, porque como es un oficio que hacemos por gusto, no por obligación, con mayor razón tenemos que ir perfeccionándonos ...me parecería una falta de respeto seguir mostrando las mismas cosas siempre", enfatiza el pintor.
Vida
Sobre qué tan factible es vivir de la pintura, el acuarelista sostiene que "es difícil, pero se puede. Uno se acostumbra a vivir de otra manera. Eso lo van enseñando los años, porque uno lo va haciendo mejor y la gente lo va conociendo más", acota.
Y explica que no hay nada más placentero que vivir de lo que a uno le gusta.
"Tenemos a muchos profesionales frustrados, porque buscan una profesión lucrativa, que les de mucho dinero, y no son felices. Los pintores y los artistas en general somos más felices, porque hacemos lo que nos gusta desde el primer día", reflexiona el acuarelista.
Asimismo, pudiendo haber partido a la capital, donde las obras se pueden vender a un mayor precio, Barrientos optó por quedarse en la Región. "Radicarse en Santiago es perder la calidad de vida que hay en estos lugares", afirma tajante.
años tiene Mario Barrientos, considerado uno de 74