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ENTREVISTA. jorge muñoz sougarret, historiador de la ULagos y autor de "Empresariado y política" aún por estrenar en librerías:

"Debemos revalorizarnos y así reconstruir la historia regional entre todos"

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Jessica Leal

"Empresariado y política" es el nombre del libro que en 264 páginas expone datos, fechas, documentos y fotografías de época, que retratan cómo la clase empresarial de la zona, entre los años 1891 y 1914, movió su influencia no sólo en la escena local, sino en el Congreso pleno, "donde logró una serie de leyes a su favor", asegura el historiador Jorge Muñoz Sougarret.

El investigador del Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas de la Universidad de Los Lagos (Ceder) y académico de la misma casa de estudios, acaba de publicar un libro cuya tesis echa por tierra la idea que el Chile del siglo XIX estaba dominado por la clase política de la zona central.

"La idea era imaginar al empresariado no sólo como un sujeto económico sólo interesado en maximizar sus ganancias, sino que en esta Región asume acciones políticas y sociales a escala regional y nacional", explica el doctor de la Universidad Católica, quien presentó su tesis en 2016 y la defendió en abril de 2017.

Una propuesta tan bien acogida por la academia, que marca el estreno, por cierto, del acuerdo entre la ULagos y RIL Editores para llegar con nuevos textos a las librerías nacionales.

Jorge Muñoz, cuya familia es oriunda de la zona, nació en Santiago, pero hace 20 años vive entre Osorno y La Unión. Durante más de tres años recorrió lugares en Argentina, como Bariloche, Neuquén y Chubut, revisando archivos sobre acuerdos comerciales, además visitó Valparaíso y Santiago para corroborar los contactos de los empresarios con la banca. Lo próximo es visitar Alemania, vía beca de la fundación holandesa Slicher van Bath de Jong.

"Mi idea es presentar a la sociedad de Llanquihue como una sociedad viva, no como una postal donde aparecen las comunidades de alemanes todos muy amigos, sin fisuras, frente a la comunidad de chilenos segregados", enfatiza.

-¿Cuáles son las claves del libro?

-Se había dicho que el empresariado no tuvo impacto en la política chilena hasta la segunda mitad del siglo XX, que sólo habían financiado, pero no intervenido directamente. En eso yo me instalo en el debate: primero viendo cómo las comunidades de alemanes en el sur de Chile otorgan a sus empresarios representatividad a nivel local, municipal y parlamentaria, lo que provoca fisuras en la sociedad osornina y les deja "un sabor amargo". Es decir, cuando participaron en política no les fue muy bien. El segundo ejemplo es el de los hijos de los colonos, que no se involucraron en política, sino que desde las empresas generaron mecanismos de presión o "lobby" tanto con parlamentarios como agentes de gobierno en Chile, Argentina y Alemania. Y en eso sí les fue muy bien.

-Siempre se habló de los intereses de las salitreras en el norte, ¿qué sucedía en el sur?

-Ni Chile ni Argentina podían ejercer soberanía en estos espacios, por lo cual hay un desconocimiento de lo que sucede en esta zona. El Estado depende de los actores locales y del empresariado, no es que legisle para ellos, sino que son quienes entienden la dinámica social, tienen la fidelidad de las personas y entonces llegan a pactos o consensos: en el norte con las concesiones a salitreras y acá en el sur está la entrega de terreno a grandes empresas, territorios donde vive gente, lo que derivó en conflictos. Ello se entiende en un contexto de lobby político en un momento en que el Estado no tenía capacidad para plantar una bandera y decir "este espacio es mío".

Historia local

-¿Faltan investigadores que trabajen en la historia local?

-Hay mucha gente en Osorno y Puerto Montt interesados en escribir sobre historia regional, pero no encuentran los espacios. Y ahí viene el debate eterno en torno al investigador profesional y el "de fin de semana". Ocurre que hay cierto desprecio de la universidad por el trabajo de investigadores no universitarios y un resquemor de esos investigadores hacia la influencia de la universidad. En ese sentido, yo siempre he tratado de leer y citar a autores locales, su investigación es importante. Creo que en este "no diálogo" nos acabamos ocultando unos a otros y finalmente la historia no llega al público.

-¿Somos etnocéntricos?

-Tenemos la traba de repetir parámetros centralistas: si viene alguien de fuera y nos lo dice, entonces sí es correcto, versus las personas que son de la Región. Tenemos que revalorizarnos; yo puedo revisar 200 mil documentos, pero nunca entenderé los "códigos finos" de una cultura, sino participo en ella. Vivir casi 20 años en Osorno te permite leer la fuente, entender, observar ciertas actitudes que todavía persisten, entonces dices "ah, ya sé para dónde iba esta situación". Con eso doy un significado diferente a la fuente histórica y no simplemente cito indicando tal fecha; la colocación del contexto sólo puede hacerla alguien que vive en la Región.

-Uno de los pocos estudios donde se abarca Osorno, al menos en su historia colonial, es en un texto elaborado por la historiadora Ximena Urbina. ¿Cree que falta investigación a nivel local?

-Lamentablemente, uno puede realizar una investigación de una riqueza excepcional, tal como lo hizo Ximena, pero se publica en Estados Unidos ó Europa. Todos lo hacemos porque no existen incentivos para hacer trabajos como este libro, que tiene poco valor dentro de Conicyt, que otorga los fondos.

-¿Es un criterio de Conicyt?

-Sí, lo es. Este libro pasó por un comité editorial y un arbitraje de tres personas, con la idea de que sea mejor reconocido por Conicyt. Es una política que ya se consolidó, al punto que uno entra en el juego. Mediante la beca de Holanda y la Universidad de Amsterdam podré ir a buscar información a Alemania. Lo que quiero decir es que a veces en la historia regional aparece un libro muy interesante y el autor desaparece, pero siguió escribiendo. Y si uno no está en la academia, visitando las bases de datos de revistas indexadas, finalmente no puede rearmar esa historia.

- Al final es un conocimiento para una elite…

-Exacto. Por eso, en la carrera de Historia y Geografía de la ULagos, trabajamos en una nueva malla curricular que busca que los futuros profesores reconozcan sus propios conocimientos y desde sus mismas bases, puedan reconstruir la historia regional.

-¿Cree que falta más difusión de la ciencia?

-Me gustaría imaginar que impulsar una línea editorial abierta al público en librerías, nos obliga a pensar que la difusión de la ciencia es un elemento fundamental de la universidad. Pensar que el esfuerzo que hacemos muchos de investigar, dialogar y viajar, si no tenemos la capacidad de presentarlo de forma amable para el público no especializado, se pierde. Este puede ser un nuevo espacio para reconocer a las personas que viven en la Región, que queremos la Región y que nos sentamos a pensar la Región.

"Siempre he tratado de leer y citar a autores locales, su investigación es importante. En este "no diálogo" nos acabamos ocultando unos a otros y finalmente la historia no llega al público"."

a 1914 es el periodo que abarca el libro, época en que Osorno integraba la Provincia de Llanquihue. 1891

2018 es el lanzamiento de la alianza Ulagos-RIL Editores para llevar a librerías proyectos editoriales. Agosto