En los últimos años se aprecia un aumento de las noticias referidas a la violencia y abusos sexuales contra menores. Lamentablemente, la pedofilia es una práctica más extendida de lo que se cree, lo que explica que -por ejemplo- periódicamente se dé cuenta de casos donde se desmantelan redes de pornografía infantil.

La Fiscalía Nacional ha informado que 28.481 menores fueron víctima de algún delito entre enero y el 5 de mayo del presente año, lo que se traduce en 226 registros al día, en todo el país. De acuerdo con las cifras del organismo, el promedio de los últimos años bordea los 89 mil casos, de los cuales casi la mitad corresponden a lesiones o abusos sexuales a niños o adolescentes menores de edad.

El abuso es una forma de maltrato que incluye un amplio espectro de acciones contra un niño. Es un delito condenable que parece ir en aumento, por el cual se le roba la inocencia y se marca su vida, ya que se corta su línea de desarrollo sicológico y el daño se observa en la etapa adulta. Algo anda mal en nuestra sociedad y por eso ha sido necesario ir adecuando las leyes a las nuevas exigencias, pero a la vez es necesario prevenir estas situaciones.

La pedofilia y sus actividades anexas son más frecuentes de lo que se cree. Basta recordar el bullado caso Spiniak, que salió a la luz pública en 2003. En 2012 se puso en marcha un paquete de medidas para combatir los abusos contra adolescentes y niños, por lo que se puede solicitar de forma gratuita información acerca de personas que hayan estado involucradas en este tipo de delitos, a través de la página web del Registro Civil. La legislación inhabilita de por vida a los condenados por esos delitos a ejercer cualquier empleo relacionado con niños.

El gobierno presentó en mayo una indicación a un proyecto de ley para que los delitos sexuales contra menores no prescriban. Con la legislación actual, hay un plazo de cinco años para investigarlos y diez años cuando se trata de crímenes. Hay que considerar que cuando las víctimas son niños, sienten temor de denunciar y sólo se atreven a hacerlo cuando han pasado años y el delito ha prescrito.

Hablar de patrimonio, es hablar de identidad. Por ello, aunque la asociación más recurrente entre los habitantes de Osorno conlleve a relacionar lo patrimonial con las casas antiguas que embellecen nuestra ciudad, y las áreas de interés tales como la plaza de Armas o el Fuerte Reina Luisa; patrimonio es también un recuerdo, una historia o una vivencia que nos invita a reflexionar sobre el pasado y que junto a más recuerdos, más historias y más vivencias de los demás, forman un relato colectivo que crea una visión compartida y representativa de la ciudad en la que habitamos.

Al recorrer Osorno, la historia es todavía tangible.

Con su interior ordenado y pequeño que aún posee un tamaño urbano grato de habitar, los edificios, de arquitectura alemana y otros modernos, se entremezclan para hablar de un territorio que fue forjado con espíritu emprendedor y apostó siempre por un mejor futuro. Hoy, conocer y valorar nuestro pasado resulta fundamental para repensar la ciudad en la que queremos vivir dentro de 20 años, y también, aquellas que deseamos para nuestros nietos.

Actualmente, nuestro patrimonio cultural, que se refleja en el patrimonio arquitectónico urbano de la comuna, no se ha potenciado de la forma correcta debido a la obsolescencia y también la poca información que existe en relación al tema. Lamentablemente, no se ha generado un consenso pertinente entre los organismos públicos que fomente esta oportunidad de desarrollo que nos entregan los lugares de la memoria de nuestra ciudad. En este contexto, la Comisión de Desarrollo Urbano y Patrimonio de la CChC Osorno trabajó en la creación de un proyecto que buscará aportar a la identidad local a través de la realización de un Catastro de Inmuebles Patrimoniales y creación de Sistemas de Recorrido de Interés Patrimonial y Cultural para la comuna, cuya primera etapa comenzó en julio.

Este proyecto pretende catastrar, a través del levantamiento de la mayor información posible, la situación patrimonial de Osorno, para así desarrollar rutas patrimoniales y reactivar algunos barrios y áreas de la ciudad. Se espera también generar interés entre los turistas, visitantes y la ciudadanía en general, pero sobre todo aportar a la retroalimentación de los diversos instrumentos de planificación territorial durante su ejecución. Invitamos a todos los actores a participar en esta iniciativa.

Paulo Arce Moreno Arquitecto y presidente CChC Osorno