Accidentes en el trabajo
Hay normas para cuidar la vida de los trabajadores, pero la desidia de unos y la falta de rigor en el control por parte de otros son un déficit.
Indudablemente que el número de accidentes laborales en la zona sur -Región de Los Lagos- levanta un legítimo y justificado ánimo de preocupación, más por cierto si eso conlleva un número significativo de víctimas fatales, que pudo y puede evitarse con un comportamiento responsable en aquellas labores de mayor peligro y que lideran estas dramáticas estadísticas.
Es naturalmente necesario, ante este negativo panorama que afecta al país, modernizar las mismas políticas de Seguridad y Salud en el Trabajo, adecuarlas a la realidad de hoy y tender a que sean eficientes.
Sin embargo, la sola existencia de una mejor y actualizada legislación no asegura mejores resultados si en ello no se incluye la actitud humana.
Es por lo anterior, de acuerdo a expresiones de la autoridad, que el objetivo fundamental es crear conciencia en todo lo que significa la prevención de las enfermedades profesionales y los accidentes, trabajando en colegios y liceos con niños a temprana edad para que vayan midiendo la trascendencia de tener -y cumplir- medidas de seguridad.
Lo anterior es el punto clave. En opinión de la Asociación Chilena de Seguridad entre los aspectos principales a cuidar figuran el poner atención a los riesgos y dar aviso sobre irregularidades, así como practicar y promover el autocuidado.
Nadie puede argumentar que no existen reglas claras para cuidar la vida en los trabajos, tampoco que -en líneas generales- no haya elementos de protección para cumplir con ese objetivo, pero sí es de conocimiento público que las normas muchas veces no se cumplen, tanto por falta de rigurosidad en los sistemas de control de las empresas como por la desidia de los propios trabajadores, que deciden por sí y ante sí no emplear los elementos de seguridad indispensables.
Eso se aprecia, en ocasiones frecuentes, en trabajos junto a la vía pública, con el triste saldo de accidentes fatales.