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Viven entre pestilencia, ratones, jotes, moscas y agua contaminada

CURACO. Las familias que residen junto al vertedero municipal de Osorno relatan el drama de lidiar con esta problemática ambiental que menoscaba su calidad de vida. Se sienten impotentes y esperan que las mejoras ordenadas por la SMA logren mitigar sus reclamos.
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Felipe Guerrero

La señora Verónica Barría reconoce que hay días en que siente vergüenza de recibir visitas en su casa. ¿La razón? Vive a pasos del vertedero Curaco, en el sector del mismo nombre, donde como ella, quienes residen en torno al recinto municipal de Osorno deben lidiar todo el año con la pestilencia que emana del saturado basural.

Pero no es sólo el hedor, también deben soportar moscas, ratones, jotes, el ruido de los camiones, aguas contaminadas, polvo, barro, líquidos tóxicos, animales muertos, entre otros problemas que menoscaban su calidad de vida.

Ella es la tesorera de la Junta de Vecinos Pucoihue, que representa a todo el sector de Curaco y vive en el área desde 2011. Cuenta que se fue a vivir al campo en busca de tranquilidad, cerca de la ciudad, pero con impotencia y resignación ahora relata que "acá tenemos demasiados problemas, ruidos, olores, polvo en el verano, barro en invierno, la velocidad de los vehículos, moscas, jotes, ratas, porque ha salido una cantidad industrial de ratones; además, vienen a botar perros que la gente no quiere".

Para esta dirigenta vecinal, en el diario vivir lo peor es el olor y las moscas: "da vergüenza recibir visitas porque hay días en que es insoportable el mal olor, lo que depende un poco del viento, pero es todo el año. Es como putrefacción, gases", confirma.

"mala vida"

Como esta residente, sus vecinos se sienten impotentes con esta problemática ambiental que los afecta directamente, a pesar de asegurar que en repetidas oportunidades han pedido audiencias y enviado cartas al municipio local, pero "sin obtener respuesta".

Por ejemplo, Norma Ojeda es una adulta mayor que vive sola y a pocos metros del vertedero. Ella afirma que "el olor es insoportable a veces y para las moscas todos los días tengo que estar echando insecticida, al igual que para las ratas. Anoche no más, ¡Dios mío!, no podía dormir, porque en el entretecho andaban ratas, tengo gato, pero aquí no hay caso... acá estamos llevando una mala vida".

En el caso de los jotes, que se ven cientos y cientos en torno al basural, estos vecinos cuentan que los ven con frecuencia en sus techos, cercos y propiedades. Para ahuyentarlos tienen que recurrir a disparos al aire, pero al poco rato regresan.

Las moscas son otro gran problema. Según sostiene el también vecino del sector, Vicente Ampuero, en el verano no se pueden abrir las ventanas por las moscas, "tuvimos que enmallarlas, pero uno abre la puerta y entran. De hecho, cada dos semanas fumigamos por fuera la casa y eso es un gasto".

Respecto de la fetidez, agrega que "es desagradable el tema del olor, a veces es tan fuerte el gas que hace doler la cabeza y uno tiene que estar adentro de la casa", corroborando también que los ratones se ven pasar como "Pedro por su casa".

Agua contaminada

El agua es uno de los principales escollos para quienes residen en el sector rural. Muchos optan por comprarla afuera para consumo o se las arreglan con el líquido que pasa a dejar el municipio. Juan Romero es un vecino de Curaco afectado por esta serie de cuestiones ambientales.

Comenta que "tengo dos situaciones con el agua, con una noria uso para riego y baños, pero además compro constantemente, porque el agua de la noria no me da confianza tomarla". Y agrega que "en el año 2011 adquirí la propiedad con la convicción de que el vertedero en el 2014, de acuerdo a todos los estatutos, supuestamente sería cerrado. Con esa promesa hice la casa, pero no es calidad de vida convivir con jotes, ratones, moscas y los malos olores".

La señora Verónica afirma que como está todo contaminado, allí no se pueden hacer pozos profundos. De hecho, hace poco encargó un estudio del agua de la llave del patio y que extraen del estero Curaco, y éste arrojó que no es apta para el consumo, porque tiene presencia de coliformes fecales. "El agua la hicimos ver y está contaminada, hay veces que sale terrible. Hace como un mes mandamos a analizarla a la Seremi de Salud y arrojó la bacteria escherichia coli y metales pesados", revela.

Otra cuestión que ya temen y asumen es la devaluación de sus sitios, dada la cercanía con el vertedero y el retraso del paralizado relleno sanitario provincial, un tema que ha sido un verdadero dolor de cabeza para las autoridades y por lo cual están pagando estos vecinos, dada la saturación del actual basural. "Cuando vinimos a vivir acá se suponía que el vertedero se trasladaría a algo súper nuevo", lamenta Vicente. Y de sembrar ni hablar, casi nadie se aventura.

Camiones

"Los camiones pasan todo el día y toda la noche, son de lata y suenan terrible, bajan muy rápido", manifiesta Verónica. Alegan que además del ruido, derraman líquidos percolados en el camino y que por las noches no hay control.

"También tenemos inseguridad, sobre todo en la noche, porque como no hay control de los vehículos que suben uno no sabe si vienen a botar basura o es gente que anda mirando las casas", advierte.

Desde la Dirección de Aseo y Ornato del municipio señalaron al respecto que el horario de funcionamiento del vertedero es de 9 a 18.30 horas, y luego -hasta las 20 horas aproximadamente- ingresan dos camiones de ferias y barridos. Reconocen que durante la noche no hay mayor control de los vehículos que suben por el camino, que por ser vecinal no pueden cerrar, pero que ante las denuncias instalarán prontamente cámaras de televigilancia en el sector.

Sma

Hace poco la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) ordenó al municipio de Osorno una serie de medidas de mitigación tras detectar seis puntos a mejorar, en los que la casa edilicia ya está trabajando.

Estos tienen que ver con control de descargas de líquidos; programa de monitoreo de las aguas superficiales; limpieza del entorno del vertedero, sobre todo el acceso; nuevo plan de control y prevención de líquidos, contaminación de aguas subterráneas, olores y riesgos naturales; cumplir con el cierre perimetral del recinto; y elaborar un informe sobre cada medida establecida.

Acciones que estos vecinos esperan puedan mitigar en algo su drama diario. Y es que tras años de acumular frustraciones, estos osorninos -en total cerca de 30 familias directamente afectadas- sólo piden una cosa: "queremos que el vertedero se vaya de acá de una vez por todas".

"Por las moscas todos los días tengo que echar insecticida y para las ratas lo mismo...estamos llevando una mala vida".

Norma Ojeda, Vecina"

"Supuestamente sería cerrado el vertedero...no es calidad de vida convivir con jotes, ratones, moscas y malos olores".

Juan Romero, Vecino"

"Da vergüenza recibir visitas porque hay días en que es insoportable el olor...es todo el año. Es como putrefacción, gases".

Verónica Barría, Vecina"

30 familias aproximadamente residen en los alrededores del vertedero municipal de Curaco, sufriendo diversos problemas como plagas y malos olores que menoscaban su calidad de vida.

6 puntos ordenó mejorar la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) al municipio de Osorno para mitigar la problemática ambiental, en los que la casa edilicia ya está trabajando.

2015 octubre es la fecha desde que las obras del relleno sanitario provincial, ubicado en el mismo sector de Curaco, están paralizadas, para colmo de estos vecinos.