Rusia inauguró ayer su Mundial de fútbol, el primero que se disputa en Europa del Este, con una breve pero intensa ceremonia presidida por el jefe del Kremlin, Vladimir Putin, quien mostró una emoción contenida.

"Deseo éxitos a todos los equipos y emociones inolvidables a los aficionados", proclamó desde la tribuna del espectacular Estadio Luzhnikí, en Moscú.

El recinto, con capacidad para 81 mil espectadores, vistió sus mejores galas para disfrutar de esta ceremonia con ritmos latinoamericanos, ya que fueron los aficionados peruanos, colombianos, mexicanos y argentinos los que animaron la jornada.

El acto, que cumplió el lema de que el Mundial de Rusia no dejará frío a nadie, fue una mezcla de los principales exponentes del alma rusa -la música clásica, las bellas artes y el ballet- y los nuevos ritmos de la cultura popular.

La estrella del pop británico Robbie Williams fue la encargada de animar la fiesta con canciones como "Let me entertain you", "Feel" o "Rock DJ", mientras que el alma rusa estuvo representada por bailarines, pianistas, violinistas y un arpa, además de la soprano Aida Garufillina, quien cantó junto a Williams.