91 familias indígenas implementan deshidratadores solares en Río Negro
AGRO. Han participado en talleres para aprender a alargar la duración de frutas y verduras producidas en sus huertos.
Las frutas y hortalizas deshidratadas son una opción saludable y en ello han pensado las 91 familias insertas en el Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI) de la comuna de Río Negro, perteneciente al Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), quienes han participado en una serie de talleres de otoño e invierno.
Y uno de ellos aborda la construcción de su propio deshidratador solar artesanal, bajo la guía de los profesionales a cargo de la estrategia en la comuna, el médico veterinario Jaime Ortiz y su colega el ingeniero de ejecución en agronomía, Derwing Paredes.
El deshidratador es uno de los métodos más antiguos de conservación de alimentos.
El principal propósito es extender la duración de los productos por la reducción del agua contenida en ellos; de esta forma, se inhibe el crecimiento microbiano y la actividad enzimática.
Ventajas
Los métodos de conservación son clave para alargar el tiempo de las frutas y hortalizas que se producen en las cosechas del verano. Por lo tanto, la deshidratación es una forma de dar salida al exceso de producción del huerto familiar o para ahorrar dinero comprando y conservando las manzanas, cerezas, duraznos, ciruelas y hasta las frutillas de temporada.
Los especialistas afirman que la deshidratación se produce al eliminar el agua de la fruta, que impide la proliferación de bacterias y mohos. Un método sencillo, que con poco trabajo mantiene los nutrientes mejor que las confituras o conservas.
El desecado se genera cuando la temperatura interior se sitúa entre los 38° C y 60° C, pero cada alimento tiene una temperatura ideal de deshidratación. Luego se almacenan en recipientes, ojalá herméticos o al vacío si es posible, en un lugar seco y oscuro.
Derwing Paredes explicó que el deshidratador de frutas, hierbas y hortalizas, se construye para usar energías renovables y ayudar a conservar alimentos para contar con ellos en periodos de escasez. Y a la vez también se crea un producto para comercializar con diferentes prácticas agroecológicas de las comunidades indígenas de Río Negro.
El deshidratador es una estructura básica de bajo costo y también se puede construir con diferentes materiales reciclados. En este caso, se construyó con terciado estructural, madera, vidrio y pintura negra. El sistema de deshidratación consiste en la entrada de aire frío por la parte inferior, que una vez calentado sube y pasa entre la fruta, provocando la deshidratación y evacuación de ese aire y humedad en la parte superior.
Fases del proyecto
El Programa de Desarrollo Territorial Indígena asesora a 91 familias rurales de Río Negro, que pueden construir su propio sistema con proyectos de inversiones de Indap este año.
Paredes manifestó que este sistema igual está destinado a la recuperación del huerto indígena.
Los talleres, según dio a conocer el director de Desarrollo Económico Local, Elier Rivas, se llevan a cabo en la Casona de la Cultura de Los Castaños y forman parte del plan de mejoramiento de la calidad de vida de las familias rurales.
La primera etapa consistió en capacitar en siembra de hortalizas en invernadero, donde se enseñó el uso del almácigo y la construcción de tablones o platabandas, para luego realizar los trasplantes.
En esta fase también se sumaron estudiantes del Liceo Agrícola Vista Hermosa, a cargo de la ingeniero agrícola Daniela Paz Caileo.
Mientras que la segunda parte del proceso de perfeccionamiento consideró la construcción del deshidratador solar mismo, con muy buena aceptación de las familias rurales de Río Negro.
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