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Emblemático periodista de los '70 y '80 regresa a su ciudad natal

HISTORIA DE VIDA. Se trata de Julio López Blanco, quien comenzó su carrera periodística en la Universidad Católica de Chile y posteriormente viajó por países como España y Colombia, entre otros. Hoy está de vuelta en Osorno para descansar y empezar algún proyecto junto a su esposa.
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Camila Núñez

Julio López Blanco, de 74 años, quien fuera uno los periodistas más reconocidos en los años '70 y '80 en la prensa escrita y televisión, está de vuelta en su ciudad natal junto a su señora, para realizar nuevos proyectos y compartir con su familia.

Cuarenta y ocho años de trayectoria marcan su carrera periodística, donde se suman un sinfín de historias que vivió en Chile, Colombia, España y muchos otros países, que le permitieron tener una visión de vida y del periodismo bastante amplia.

Durante todo este tiempo fue parte de cambios históricos en Chile, así como también vivió en lugares donde su vida estuvo en riesgo. Tuvo la posibilidad de rescatar historias de vida y de lugares, aunque también fue recriminado en algún momento por sus propios compatriotas.

Su ciudad natal

Sin embargo, toda su historia se remonta a la calle Patricio Lynch 1639 en Osorno, donde su papá descendiente de españoles, Eduardo López Gil, tenía una panadería y una fábrica de helados. Ahí creció junto a sus padres y cuatro hermanos (un hombre y tres mujeres).

De estos tiempos recuerda que su casa quedaba en el límite entre los barrios buenos y los no tan buenos, pero él tenía amigos en ambos lados.

Desde pequeño fue apasionado por el fútbol y se levantaba a las cinco de la mañana para jugar con sus amigos "los Reyes", con quienes se metió en más de un problema por despertar a la gente tan temprano.

Estudió en el Liceo de Hombres de Osorno, donde su profesor de filosofía, Jaime Suárez, le dijo que estudiara filosofía o letras.

Sin embargo, al principio entró a estudiar Construcción Civil en Valdivia, donde reconoce que le fue pésimo, momento en que decidió partir a Santiago, algo que no le hizo mucha gracia a su padre.

Vida universitaria

Entró a estudiar Periodismo en la Universidad Católica de Chile, una de las dos escuelas que existían en aquella época. Había sido creada en una gran casa para hijos de reconocidas familias que querían estudiar periodismo y entre sus aulas contaba con algún Fernández, Pérez y López.

Según sostiene el periodista, sentado en un sillón en su departamento ubicado en Las Quemas, cuando ingresaban a estudiar periodismo su máximo sueño era escribir para el diario El Mercurio o la revista Ercilla, ya que en esos años no existía aún la televisión, que llegó un tiempo después.

Cuando cursaba su segundo año de carrera, Nicolás Velasco, docente de la carrera y director de Las Últimas Noticias, le ofreció trabajo. Al mismo tiempo, otro profesor, Raúl González, le propuso trabajar en la radio de la Universidad Diego Portales, donde ayudaba en un noticiero.

Ahí, su primera nota fue un crimen en un bar de Mapocho, hasta donde recuerda que llegó con su grabadora que pesaba 11 kilos.

Así pasaron los años y en 1965 terminó la universidad. Y tras haber trabajado dirigiendo una radio en la campaña del ex presidente Eduardo Frei Montalva, se fue a Santander, España, donde hizo una beca de Periodismo Científico. Y como le fue bien, se quedó.

Durante un tiempo trabajó en la agencia EFE, lo que no fue fácil, porque en esa época los españoles eran más escritores que periodistas.

Hasta que un día apareció un gran amigo de López, Vicente Pérez, quien lo invitó a participar en un nuevo proyecto de prensa en Canal 13.

El año 1973 Pérez lo dejó como presentador del noticiero, el primero que tenía un periodista como locutor, donde hizo 24 horas.

Luego se cambió a Televisión Nacional, donde condujo el programa Sesenta Minutos junto a Raúl Matta y Raquel Argandoña, entre otros.

En 1982 fue corresponsal de guerra y estuvo en El Líbano y Nicaragua, país donde asesinaron al camarógrafo con el que estaban cubriendo las elecciones presidenciales.

"Entramos a un barrio llamado 'el Mexicano' y comenzamos a sentir balazos, uno de esos le llegó en la yugular a mi amigo y lo mató", relató.

Luego, en 1984 se fue como agregado de prensa durante 3 años a Colombia, experiencia que reconoce fue "un poco difícil, porque allá no querían nada con el ex Presidente Pinochet, porque había muchos exiliados".

Aunque reconoce que muchos de los exiliados eran bueno amigos de él, con quienes tomaba un café en la embajada cada 11 de septiembre e incluso en más de una ocasión intercedió para que volvieran a Chile, aunque fuera por unos días.

En lo sentimental también fue muy complejo, porque en ese entonces su única hija, María Ignacia, de 5 años y que vivía con él en Colombia, debió regresar a Chile luego de que guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) secuestraran a varios niños en la escuela donde ella estudiaba.

Estuvo también en muchos otros países y sin duda todos estos recuerdos vienen acompañados de un sentimiento de pena, porque fue una época en que dejó de lado a su familia.

Incluso, entre medio su hija terminó el colegio y le contaron por teléfono que ella quería ser periodista, igual que él.

El año 1987 volvió a TVN por un tiempo, para luego participar en un proyecto junto con el "Pollo" Fuentes. Y unos años después se cambió al canal Mega, donde se mantuvo durante 19 años.

En Mega tuvo la oportunidad de hacer programas como In Situ y Por el Camino, que ganó premios del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), donde contaban historias y leyendas de distintas ciudades de Chile.

Cambios históricos

Fueron varias las experiencias que lo marcaron en todos los ámbitos de su vida profesional.

Sin embargo, y según reconoce, el tema más difícil y controversial que le tocó enfrentar fue siempre el relacionado con la política.

En este sentido, López se hace hasta el día de hoy la misma pregunta y reflexión: "¿Cómo tocar después el tema que no se tocaba en tiempos del régimen militar?. O era porque para nosotros era totalmente desconocido o porque al régimen no le interesaba dar a conocer los derechos humanos. Pero después del Informe Rettig, ¿cómo tocas los derechos humanos, si todavía los afectados y sus familias no aparecen?. Nadie habla o lo hacen detrás de todo lo que te cuentan. Hay una tremenda verdad y dolor. ¿Cómo lo manejas?".

Y continúo profundizando en una realidad que aún debe enfrentar.

"¿Cómo evito que cuando salgo a la calle en Santiago y me voy a tomar un café, aparezcan 10 personas de las cuales 5 o 6 me saluden con cariño y los otros me pregunten por Pinochet?", dijo.

Quizás lo más difícil, señala, es lograr que las heridas cierren sin pasiones, odios ni venganza, sino de forma sana, sin que su nieto tenga que oír en 20 años más "tu abuelo trabajó para el régimen militar".

-¿Cómo enfrenta entonces estos cuestionamientos?

-Yo los enfrento conversando. Por otra parte, no hay cómo separar la información buena de la mala que suben a internet. Es algo imposible.

-¿Y qué ocurrió cuando lo sancionó el Colegio de Periodistas?

-Cuando me dijeron que me suspendían por un año, fue un momento en que el Comité de Ética estaba formado por cinco personas exiliadas que no podían verme. Pasado ese año me dijeron que habían investigado bien y podía volver, pero les envié una carta diciendo que renunciaba, porque no quería pertenecer a un colegio que estaba formado por gente que en lugar de hacer periodismo, generaba odio y seguí trabajando varios años sin problema alguno.

Actualmente, el periodista está muy tranquilo con su consciencia y sin hacer mucho caso de lo que dicen.

Regreso a Osorno

Hace 7 años jubiló y junto a su señora Carmen Ortega vendieron su departamento en Santiago. Los hijos que ambos tienen por separado crecieron y el espacio les quedó grande.

Por lo mismo, en enero de este año llegaron a vivir a Osorno para descansar, trabajar en nuevos proyectos y disfrutar de los nietos.

La visión que tiene del Osorno actual es bastante particular.

Es enfático al señalar que las calles están repletas de gente, que la ciudad crece, pero que lamentablemente "por un lado, y a pesar del esfuerzo y de la gente joven que está llegando, no veo que despertemos en lo cultural. Pienso que deberían haber tribunas para gente que nos hable de temas que importan a la tercera edad, a la juventud, tener más espectáculos".

Por último, comentó que analizan qué hacer con su señora, porque no quiere estar todo el día en la casa.

"Pasado ese año me dijeron que habían investigado bien y podía volver, pero les envié una carta diciendo que renunciaba, porque no quería pertenecer a un colegio que estaba formado por gente que en lugar de hacer periodismo, generaba odio"."

"Entramos a un barrio llamado 'el Mexicano' y comenzamos a sentir balazos, uno de esos le llegó en la yugular a mi amigo y lo mató"."