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La invisible realidad de las personas que transforman la calle en su único hogar

POBREZA. En Osorno hay mas de 150 casos de quienes no cuentan con recursos ni familias que los amparen. Algunos se refugian en improvisadas viviendas construidas con nylon, otro al interior de un automóvil e incluso debajo de una antigua micro en desuso.
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Sergio Silva

Bajo un microbús acondicionado como camarín por los miembros del Club Deportivo Estrella Juvenil de los Viejos Crack de Ovejería, vive desde hace tres meses Juan Carlos Ancapichun.

El hombre de 54 años llegó hasta la cancha de fútbol Alberto Duhalde, al interior del Parque Hott, debido a su necesidad de contar con un espacio para dormir. Y es que él, como otros cientos de casos en la ciudad, deben sobrevivir a diario ya que se encuentran en situación de calle. Una realidad invisible para muchos, pero que cobra mayor dramatismo cuando se acercan los meses más helados.

Su hallazgo lo realizó hace unas semanas el personal de la Oficinas de Integración Comunitarias, denominada MICC (Modelo Integración de Carabineros con la Comunidad).

Ancapichun forma parte del grupo de más de 150 personas en situación de calle de Osorno que contabiliza la Secretaría Regional Ministerial de Desarrollo Social. Su nombre lo conocen ya que previamente estuvo pernoctando en el Hogar de Cristo, donde él mismo señala no quiere volver porque algunos residentes le robaban las pocas cosas que lograba guardar en su mochila.

Problema de alcohol

El hombre que según comenta realiza labores de construcción, señala que desde hace seis años abandonó el hogar que compartía en Francke con su conviviente, quien se hizo evangélica y le pidió que lo siguiera en el tema de la fe, lo que rechazó y por lo que tuvo que dejar la vivienda.

"Debo reconocer que bebo, esto me ha enseñado a dimensionar los diversos efectos que trae esta enfermedad, y quiero dejar, pero necesito ayuda. No tengo casa donde vivir y no quiero regresar al Hogar, aquí me autorizaron para hacer mi cama bajo los camarines", manifestó Ancapichun.

El hombre dice que no le ha sido fácil estar ahí, pero con suficiente ropa de cama logra enfrentar las frías noches.

"Se me filtra viento, pero voy a pedir autorización a los dirigentes para ver si puedo poner unas latas a un costado de la estructura de esta micro usada como camarín y así cerrar un poco para que no entre el frío. Hay noches donde lloro por todo lo que he tenido que pasar en este último tiempo ... debo estar pagando mis errores", reflexiona con voz entrecortada.

Su caso ya está en conocimiento de la seremi de Desarrollo Socia, Soraya Said, quien dijo que se van a activar las redes para analizar su situación.

"Su caso es muy particular. De algún modo uno tiene que hacerse responsable que él no quiere recurrir a la red de apoyo que existe para personas en situación de calle, pero quiere tramitar su pensión de invalidez, por tanto, teniendo sus datos vamos a hacer su informe y ver cuál es su condición y en qué etapa está para ir en un apoyo concreto", sostuvo.

Otras realidades

Los sargentos Raúl Ruiz y José Canales, integrantes de la patrulla MICC, expresaron que los lugares que ellos han detectado y visitado coinciden con las que trabaja el Hogar de Cristo.

"La labor de nuestro cuadrante ha permitido realizar un seguimiento a estos casos. Hay diversas realidades, como por ejemplo quienes duermen en la calle, pero durante el día realizan diversas trabajos, pero algunos por determinación propia han hecho la calle su hogar", expuso Ruiz.

Los funcionarios recorren con regularidad las "caletas" o lugares donde viven las personas, a quienes les brindan un café caliente y un pan, gesto que es bien recibido por todos.

En calle Lastarrias con Errázuriz, donde funcionó un restaurante, viven en una antigua construcción sin luz ni agua Ana Arenas (58 años) y Julio Antipa (63 años). Durante el día cuidan vehículos en las inmediaciones de Lynch o la feria PAC.

"Estamos acá hace más de seis años, tenemos nuestras cosas y el recinto está prácticamente abandonado, así que estamos viviendo el día a día, tenemos una casita que nos permite estar seguro", indicó Antipa.

A la vuelta de ese lugar, pero por Los Carrera y durmiendo al interior de un auto abandonado frente a una vivienda, se encuentra Sergio. Se trata de un adulto mayor, quien en medio de frazadas levanta su cabeza para mirar quién le abre el nylon que usa como cortina.

"De día trabajo en un supermercado de calle Errázuriz, ayudando a limpiar el patio o estacionando vehículos. Es algo que me entretiene y ya al término de la jornada me vengo a mi ranchita en el auto, sin molestar a nadie. Hay gente que se preocupan de mí y ese gesto se agradece", expresa el hombre que bordea los 60 años.

Un café sorpresa

Al final de calle Paula Jaraquemada, y tras pasar la noche en dependencias del Hogar de Cristo, un grupo de personas -entre ellos una mujer-, son ubicados por carabineros.

Se miran entre sí y quedan sorprendidos al escuchar de uno de los funcionarios si quieren tomar café. Esa frase rompe la tensión y se relajan.

Elisabeth Cárdenas de 41 años, reconoce que desde los 24 años consume alcohol, por lo que no puede regresar a su casa en esa condición.

"Mi madre me recibe si dejo de beber, pero hay días donde estoy sobria, pero no quiero ir para allá para no causarle problemas a ella y a mis hijos que están a su cargo. Yo cuido autos en la feria y como en el hogar no reciben mujeres hay una persona que me permite dormir en su casa", comenta Elisabeth, quien le manifestó a los sargentos su admiración por la labor social que realizan.

"Uno está acostumbrado a verlos en otras funciones, esto me descoloca y nunca pensé que me iban a dar un café caliente y se lo agradezco, esto me hace verlos con otra mirada", reconoció.

Plan de invierno

Con la llegada del invierno, el Hogar de Cristo experimenta un aumento de personas que arriban en busca de techo y comida.

Gerardo Bello, uno de los encargados del recinto, señaló que la mayor cantidad de los residentes son adultos mayores y postrados, pero se las ingenian para dar cobertura a quienes llegan al recinto.

"En invierno tenemos un sobrecupo y recibimos la ayuda del Gobierno para enfrentar la demanda de usuarios, pero hay quienes simplemente no dejan la calle y siguen viviendo en su "caletas", expresó.

Soraya Said añadió que "vamos a poner todas las redes de apoyo, desde la Gobernación, municipio y nosotros por brindar ayuda. Acá hay más de 150 personas en situación de calle, y durante mayo vamos a habilitar un hogar para ellas, y apoyar la Ruta Calle, además de los que son permanentes del Hogar de Cristo, quienes refuerzan su trabajo en este periodo", dijo la autoridad.

"No tengo casa donde vivir y no quiero regresar al Hogar, aquí me autorizaron para hacer mi cama bajo los camarines"

Juan Carlos Ancapichun, Persona en situación de calle"

tiene el hombre que duerme bajo una micro en la cancha Alberto Duhalde en Ovejería. 54 años

personas estarían en condición de calle en Osorno, según la Seremía de Desarrollo Social. 150