Secciones

Vandalismo obliga al municipio gastar unos $20 millones al año en luminarias

OSORNO. A pesar de que varios de los "globos" de vidrio en las pagodas o faroles han sido reemplazadas por lámparas de policarbonato, los equipos siguen siendo dañados.
E-mail Compartir

Alexander Hopkinson

Más de $20 millones al año gasta el municipio osornino sólo en reponer las luminarias de plazas, calles y espacios públicos de la comuna, dinero que sale de las contribuciones, patentes e impuestos que son pagados por todos los ciudadanos.

Una situación que se ha transformado en un problema, ya que la oscuridad ahuyenta a quienes frecuentan estos lugares invitando a un tipo de público poco deseable, mientras que quienes buscan caminar, pasear a la mascota o simplemente hacer ejercicio se quedan en sus casas por miedo, porque no están las garantías mínimas para hacerlo.

Ángela Villarroel es la directora de Obras Municipales y explica que el dinero invertido en reposiciones se debe principalmente a daños de terceros y que una vez a la semana se le realiza mantención a las luminarias.

Lo que se está haciendo al respecto, comenta, es reemplazar paulatinamente los globos de vidrio por otros de policarbonato, que si bien son más caros, ofrecen mayor resistencia frente a ataques vandálicos.

La luminaria de vidrio de 30 cm. de diámetro cuesta $16 mil, mientras que los de policarbonato alcanzan un valor de $24 mil. En la ciudad existen alrededor de 400 luces de este tipo instaladas en distintos espacios públicos, además de los llamados domos que son luces terrestres protegidas por estructuras metálicas que igualmente son castigadas cada fin de semana.

"A pesar de que se cambian, como son pagodas de vidrio les tiran piedras y se rompen. Entonces, aquí no es que no se haga mantención de parte del municipio, yo te puedo asegurar que nosotros tenemos una tremenda preocupación por la seguridad de los espacios públicos y en la noche eso pasa por la iluminación", dice Villarroel.

Soluciones

El arquitecto Ismael Rivera, ex presidente del gremio a nivel provincial, plantea a modo de solución, imitar lo que se ha hecho en ciudades como Puerto Varas, Frutillar y Concepción donde junto con fortalecer el uso de iluminación con energías alternativas se han construido techumbres en las calles aledañas que permiten hacer un circuito público que además protege de la lluvia.

Si bien desconoce si esto se aplica en las plazas del país, Rivera apunta que la propuesta serviría para invitar a que las personas hagan uso cotidiano de este tipo de lugares. Respecto de la iluminación, manifiesta que "es un tema complejo debido que los proyectos urbanos por lo general se financian con fondos regionales, pero el costo de la mantención es del municipio, entonces debería pensarse tal vez en iluminación con energías alternativas para plazas, considerando que el valor de la energía eléctrica es altísimo".

Mirada ciudadana

Rodrigo Rivera, vive en calle Zenteno, muy cerca de la plaza Suiza y tiene una opinión bastante crítica al respecto, ya que piensa que el mejoramiento de espacios públicos "va de la mano con la calidad de vida de las personas".

"En las plazuelas y paseos da la impresión de que podrías estar en cualquier lugar del país, no hay diferencia. Además, se podría revisar en detalle a las empresas que se adjudican estas instalaciones porque compran sus productos al mismo proveedor", expresa el vecino que frecuenta la Plaza Suiza de día.

En terreno, lo que se puede observar a primera vista es que muchas de las luminarias no están necesariamente rotas, sino que simplemente no funcionan, porque se encuentran en mal estado. Además, la intensidad o capacidad lumínica de las mismas es baja y no alcanza para cubrir grandes áreas, aunque el vandalismo, sobre todo los fines de semana, sigue siendo el factor determinante.

En el caso de las plazas Suiza y de Armas, esta situación salta a la vista y tal como indicaba el ex presidente del Colegio de Arquitectos de Osorno, sería interesante reforzar el sistema de iluminación actual con otras fuentes de energía que no sólo permitirán recuperar la inversión a corto plazo, sino también ahorrar y dar un valor agregado a una comuna que aspira a consagrarse destino y eje turístico del sur.

Explicación

Según la directora de Obras de la municipalidad, Ángela Villarroel, los faroles que no funcionan y que todavía están instalados corresponden, justamente, a los globos de policarbonato que han sido reemplazados por los de vidrio, que si bien no se rompen con facilidad al ser maltratados también se dañan.

"Dentro de los medios posibles, hemos tratado de ir reponiendo con globos plásticos que nos aseguran un poco más de durabilidad para que cuando sean apiedrados no se rompan (con tanta facilidad), pero si insisten, el globo igual se termina averiando o rompiendo", explica Ángela Villarroel.

"Arreglamos los días lunes, pero los viernes, sábados y domingos lamentablemente personas ebrias y vándalos las rompen. Con las luces redondas de las pagodas pasa los mismo".

Ángela Villarroel, directora de Obras Municipales"

luminarias 400

están instaladas en distintos espacios públicos de la comuna. $24 mil