El renacer laboral del "Tata" Guillermo, el premiado albañil aún vigente a los 85 años
EXPERIENCIA. El trabajador fue distinguido en una ceremonia organizada por la Cámara Chilena de la Construcción sede Osorno. Durante sus casi seis décadas de experiencia en el rubro ha participado en importantes obras de la ciudad.
El trabajo lo devolvió a la vida, confiesa Guillermo Gómez Sandoval, de 85 años, albañil con 57 años de experiencia en estas labores, que esta semana fue premiado en el marco de la ceremonia del Día del Trabajador de la Construcción.
Aún irradiando felicidad por el reconocimiento recibido en la actividad organizada por la sede local de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), este hombre sencillo y locuaz cuenta que es jubilado, pero como el dinero que recibe es tan poco, apenas le alcanza para pagar sus cuentas y la leña para calefaccionar el hogar.
Esa es una de las razones por las cuales, al igual que muchos pensionados del país, se ve en la necesidad de seguir trabajando. Y sin dudarlo, agradece tener la salud para ello.
"Aquí estaré hasta que me pidan que me vaya. Por mí seguiría, porque uno se acostumbra a trabajar y volver me ha hecho muy bien, conversamos con los muchachos y eso me entretiene. Prefiero eso antes que quedarme encerrado en la casa", enfatiza Gómez.
Duelo
Con lágrimas en los ojos, este hombre nacido el 23 de enero de 1932 en Llifén, comuna de Futrono, relata que estuvo un año sin trabajar luego del fallecimiento a fines de 2016 de su esposa Hilda Herrera Silva, con quien estuvo casado 58 años y tuvo tres hijos: Javier, Maritza y Cynthia. De ellos nacieron tres nietos y dos bisnietos que le roban el corazón y llenan la casa cuando van.
"Fue un golpe terrible. Cuando llego a mi casa está vacía y los fines de semana y días feriados son los más amargos, porque echo mucho de menos a mi esposa. Agradezco a Dios haberla conocido y eso me ha sostenido", expresa emocionado este hombre que logró levantarse luego de volver al trabajo.
Esfuerzo
El "Tata" Guillermo, como lo conocen sus colegas, se formó a pulso en la vida, luego de la muerte de sus padres cuando era niño.
En su juventud trabajó como junior en un hotel de su pueblo y en faenas madereras.
Después de años de esfuerzo formó una familia y en agosto de 1960, tres meses después del terremoto, se vinieron a Osorno donde comenzó a desempeñarse en labores de este rubro en empresas como la Constructora Amérika, de la familia Kauak, y desde hace cerca de 15 años cumple funciones en la Constructora Marín de esta ciudad.
"Al principio no conocía nada de construcción, pero me instruí en alcantarillado. Fue lo que me gustó y uno se acostumbra en un área. En la albañilería no se ocupan tantas herramientas de trabajo y ofrece mejores remuneraciones que otras labores, como carpintería por ejemplo", acota.
Con nostalgia recuerda que en sus casi seis décadas de trabajo en Osorno ha participado, por ejemplo, en la construcción de la población García Hurtado de Mendoza y en el Edificio Kauak, además de obras en otras localidades como Hornopirén.
Incluso, en 1970 se fue a trabajar a Santiago, pero sólo duró un año porque no se pudo acostumbrar.
"Es muy agitada la vida allá, hay que andar corriendo y todo queda muy lejos. Vivía en Conchalí y me levantaba a las 5 de la mañana para llegar a las 8 a la pega en Lo Curro. Prefiero la vida de acá", sentencia.
fue el año en que Guillermo Gómez llegó a Osorno, ciudad donde comenzó a trabajar como albañil. 1960
años estuvo casado con Hilda Herrera, cuya partida lo alejó del trabajo durante un año. 58