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Organismos educacionales y religiosos dictan clases de español a los inmigrantes haitianos

AYUDA. El Colegio San Mateo y el templo de la Iglesia Asamblea de Dios se preparan para comenzar en abril con la formación idiomática, donde se les entregarían certificados.
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La llegada de inmigrantes ha crecido de forma exponencial durante los últimos años en Osorno, sobre todo de personas haitianas.

Según datos del Instituto de Previsión Social (IPS), en enero de este año recibieron en Osorno más de 600 solicitudes de trámites de regularización migratoria. Mientras que en el mismo mes de 2017, solo hubo 95 solicitudes de este tipo, lo que representa un aumento de 1.200%.

Del total, un gran porcentaje corresponde a personas provenientes de Haití, para quienes adaptarse no ha sido fácil por la barrera del idioma.

Es por ello que con la idea de ayudar y hacer frente a la situación de vulnerabilidad social a la que muchos haitianos se enfrentan, algunos establecimientos educacionales e iglesias locales optaron por dictar clases de español abiertas a la comunidad.

Colegio San Mateo

El establecimiento particular de la Compañía de Jesús es uno de los que impartió clases de español el año pasado a los haitianos, las que se retomarán en abril.

Esta iniciativa comenzó por un voluntariado externo al colegio llamado "Migrantes Osorno", quienes vieron la problemática con la que debían luchar los jóvenes haitianos que llegaban al país y comuna en busca de mejores oportunidades. Fue en ese momento que decidieron acercarse al colegio y plantear la idea de dictar clases de español.

"Un domingo en julio del año pasado hicimos una reunión donde llegaron 20 haitianos, recuerdo que les preguntamos qué necesitaban y respondieron "trabajo y español". Ahí como colegio decidimos poner a disposición las salas y también el material necesario", comentó Francisco Cáceres, jesuita y encargado de la iniciativa social.

Dicho material, que consistía básicamente en guías de fácil desarrollo que les permiten a los haitianos aprender de la cultura de Chile y el idioma español al mismo tiempo, fueron adquiridas a través del Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados, una ONG jesuita a nivel mundial. Esta entidad laboró un material con el que realizan clases de español para poblaciones de haitianos en distintas ciudades del país.

Al principio solo asistían alrededor de 20 alumnos a la biblioteca del Colegio San Mateo, que luego de un tiempo quedó chica.

"Esto empezó a crecer porque muchas personas se enteraron de esta iniciativa y quisieron venir a ayudar. Partimos con 20 alumnos y terminamos con 120, incluso en los últimos meses comenzaron a llegar familias completas", señaló Cáceres.

El jesuita encargado señaló que esta primera etapa fue bastante improvisada y de prueba. Y tras el aumento de las personas interesadas debieron separarlos por nivel, según su manejo con el idioma. Fue así como crearon tres niveles: muy básico, de personas que no sabían nada de español, que solo hablan creolé y muy poco francés; un nivel medio, para quienes manejaban un poco más el idioma; y en el tercer nivel estaban los que fueron más perseverantes, que tenían estudios universitarios y hablan inglés y francés.

Cáceres comentó que durante las clases pudo conocer un poco más sobre las historias de los migrantes, quienes en su mayoría venían en búsqueda de una mejor calidad de vida. Si bien cuenta que en general se han sentido acogidos por los osorninos, muchos sortearon varias trampas de arrendatarios y jefes aprovechadores en el camino.

Parte dos

Esta experiencia fue satisfactoria para el colegio, por lo cual en abril de este año comenzarán de nuevo todos los domingos, a las 19 horas, pero esta vez de forma más organizada.

"El primer fin de semana de abril, luego de la celebración de Semana Santa, comenzaremos de nuevo, pero esta vez de forma más sistematizada, queremos hacerlo con un sistema de inscripción y abacar tres niveles: inicial, medio y superior, que nos permita entregarle algún tipo de certificado que indique que han cumplido con ciertas horas de preparación en español para cuando busquen trabajo", indicó Alejandro Aguirre, rector del establecimiento.

Cumplir sueños

Dolcine Wildet es un migrante haitiano de 31 años, quien asistió a las clases del San Mateo buscando cumplir un sueño: ser traductor.

Es por ello que este año volverá a asistir para conseguir el tan anhelado certificado.

"Es una buena oportunidad para ir aprendiendo poco a poco el idioma y tener más opciones. En las clases nos dividieron según lo que sabíamos y yo estaba en la más avanzada, fue bastante bueno. En abril comienzan de nuevo las clases y seguiré asistiendo porque quiero tener un certificado. Yo vine a Chile para buscar una vida mejor y más adelante me gustaría volver a mi país para enseñar el español a otros haitianos, ser un traductor para mis hermanos, ese es mi sueño", comentó Dolcine.

El joven migrante lleva 6 meses en Osorno y confiesa que lo que más le ha costado del idioma es que los chilenos hablan muy rápido y con muchos "chilenismos" que aún no logra entender.

En tanto, Jean Withson, amigo de Dolcine, tiene 27 años y lleva más de un año viviendo en la ciudad.

Al igual que su amigo, quiere aprender a hablar español, pero su sueño es diferente.

"Yo tomé las clases porque quiero manejar bien el idioma, ya que no solo vine a trabajar y juntar dinero, sino que más adelante me gustaría entrar a la universidad, aunque me contaron que es muy cara. En Haití estudiaba administración pública y pienso que me gustaría continuar en lo mismo".

Cuenta que dejó su país natal porque habían muchos problemas políticos y por otros amigos había escuchó que Chile era un país muy seguro. Sin embargo, reconoce que ha sido duro, porque trabajan muchas horas y el dinero es poco.

Una ayuda necesaria

Otra institución religiosa que comenzará con clases de español durante el próximo mes es el templo de la Iglesia Asamblea de Dios, en conjunto con la Fundación El Alba, que acogen a varios haitianos.

"Esta iniciativa parte porque nos hemos encontrado con una realidad, por lo bajo, horrible, porque estas personas no se pueden comunicar y están viviendo en un estado de pobreza. Frente a ello, la fundación -que es una institución de beneficencia que atiende las necesidades de las personas- no puede quedar indiferente", comentó el pastor Jenaro Bahamondes, presidente de la Unión de Pastores de Osorno.

Agregó que las clases serán dictadas por el profesor Claudio González y se realizarán a partir del próximo sábado 17, en el templo de la Iglesia, que está ubicada en calle Los Carrera 429. "Comenzaremos las clases a las 19 horas con todos los que lleguen", aseveró.