En 1975, la ONU institucionalizó el 8 de marzo como el Día internacional de la Mujer para promover su inclusión en la sociedad, en el trabajo y en su desarrollo íntegro como persona. Según plantea el capítulo "Mujeres: de la discriminación positiva a la equidad de género", del libro "Desafíos políticos para el desarrollo de Chile", de la Cámara Chilena de la Construcción, las mujeres se han ido incorporando cada vez con mayor fuerza a los más variados ámbitos del quehacer nacional. Sin embargo, aún representan un porcentaje relativamente menor de la fuerza laboral, y su presencia en el mundo del trabajo suele darse en condiciones desmejoradas respecto de los hombres. Pruebas de ello abundan, pues reciben un salario un 30% inferior que los hombres por realizar una misma tarea, y están más expuestas a la inestabilidad del empleo.
Un reciente estudio de Comunidad Mujer, en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo, reveló que en Chile las mujeres sólo representan el 43% de la fuerza laboral, por lo que continuamos teniendo una de las tasas más bajas de inclusión en comparación con el promedio de los países OCDE (71,4%).
Desde el punto de vista de la industria de la construcción, la presencia de la mujer ha ido creciendo. Su peak se registró en diciembre de 2015, cuando llegó a 7,3%, y hoy se ubica algo por sobre el 6%. Estas cifras si bien son al alza, aún están muy por debajo de las tasas de incorporación femenina en la construcción en países como México o España.
Las políticas de equidad debieran, por consiguiente, poner el acento en la distribución uniforme de los costos de permisos de prenatal-postnatal y salas cuna, entre otras cargas que le afectan, y que hoy tienen a gran parte de mujeres con vida laboral activa en una posición pasiva, lo que acentúa un marcado sesgo de género.
Sin duda esto puede distribuirse indistintamente entre hombres y mujeres.
Así, y viendo la persistencia de la brecha de género en materia laboral, parece razonable fijar más la mirada en aspectos normativos que, además de los culturales, permitan el aumento de la fuerza laboral femenina en igualdad de condiciones para el desarrollo de un país equitativo y justo.
Paulo Arce Moreno, arquitecto y
presidente de la CChC de Osorno