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Gratuidad: tres casos de jóvenes que estudiarán gracias al beneficio

SUPERACIÓN. Miles de personas han podido ingresar a la educación superior tras la aprobación de este aporte estatal. Quisimos conocer las historias detrás de algunos protagonistas, que con esfuerzo se preparan para su primer día de clases en marzo.
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Ignacio Vera

Previo al inicio de lo que será el año académico 2018, más de 257 mil estudiantes de la educación superior cursan sus carreras con el beneficio de la gratuidad en el país.

A partir de marzo serán miles más los que ingresarán a las universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica sin pagar arancel. Muchos de esos jóvenes (y a veces no tan jóvenes) serán de nuestra provincia, con la Universidad de Los Lagos (ULagos) acaparando a una buena cantidad de éstos.

Acceden al beneficio de la gratuidad las familias correspondientes al 60% de menores ingresos de la población, cuyos miembros estudien en instituciones adscritas. De este modo no deberán pagar el arancel ni la matrícula en su institución durante la duración formal de la carrera.

Para definir la clasificación socioeconómica de los estudiantes se considera la información entregada por los jóvenes a través del Formulario Único de Acreditación Socioeconómica (FUAS) al Ministerio de Educación, datos que son validados con las bases de distintos organismos del Estado.

Casos

El rector de la casa de estudios estatal en Osorno, Óscar garrido, señaló que tiene altas expectativas respeto a este beneficio, ya que en 2017 el 64% de los alumnos lo consiguió.

En cambio para este año proyecta que al menos 7 de cada 10 alumnos se verá beneficiado.

Quisimos conocer las historias de tres estudiantes, desde los 17 hasta los 30 años de nuestra provincia, que ingresarán en marzo a la Universidad de Los Lagos para estudiar bajo este beneficio.

Paula Higueras tiene 30 años. Su familia vive en Osorno, sin embargo ella residió hasta hace poco en Tarapacá, en la comuna de Alto Hospicio. Hasta allá se trasladó debido al trabajo de su entonces pareja.

Previamente estudió Gastronomía, pero no llegó a titularse, y justamente fue eso lo que permitió que hoy ingrese gratis a la universidad. Previamente entró a Pedagogía en Lenguaje, pero debió retirarse por motivos económicos.

Y es que en esa época Paula fue madre, y muy poco tiempo después volvería a serlo. Ya con dos hijos pequeños, su vida comenzó a girar en torno al cuidado de su familia; sin embargo, la vida da muchas vueltas y nunca es tarde para volver a estudiar.

"En 2016 me separé, volví a Osorno, me preparé para la PSU, la di de nuevo y no me fue mal", relata.

Pero además de su situación de madre, los padres de Paulina no son de grandes recursos económicos. Su madre es profesora a punto de jubilar y su padre un funcionario de la Inspección del Trabajo. Necesitaba un "empujoncito" final y ese sería la gratuidad.

"Yo ahora estoy viviendo con la pensión alimenticia. No es poco, pero me alcanza justo. Y es complicado, porque son doce años sin estudiar y nunca pensé que era tanta pega. Ahora, respecto a la época en que fui a la universidad por primera vez, veo mucha más competencia", explica Paulina.

No era seguro que pudiese obtener el beneficio, sin embargo, esta joven madre postuló y lo consiguió: "Tenía mucho miedo, pensaba que no iba a quedar. Un día mi hermano fue y me insistió que revisara el resultado. Cuando vi que tenía la barrita llena y que podría estudiar fue una felicidad enorme. Sin la gratuidad no hubiera podido estudiar de ninguna manera", recalca.

Paulina ingresó a Educación Diferencial, una opción que le motiva debido al déficit atencional que ella y sus dos hijos tienen: "Fue a partir de eso. Poder ayudarlos más directamente, y ayudar a otros con problemas de aprendizaje me motiva", relata esta joven, quien no se detiene ahí.

"Me gustaría ahorrar y algún día poder instalar una aldea comunitaria pensada para recibir a inmigrantes recién llegados. Un espacio equipado con todo lo necesario, pero donde también se produzcan y trabajen cosas cooperativamente", agrega.

Sus planes inmediatos son lograr compatibilizar su carrera con el cuidado de sus dos pequeños, además encontrar un trabajo de medio tiempo que le ayude a complementar la manutención que recibe.

Respecto a la gratuidad como política pública, Paulina es clara: "Debería ser para todos. Hay que terminar con la brecha entre los que salen de un colegio público, uno subvencionado y uno privado. Tiene que haber gratuidad universal para que eso cambie".

Conocerse

Ricardo Pradines Antillanca viene del sector rural Champel, entre Río Bueno y La Unión. Su madre es dueña de casa y su padre un obrero que trabaja en un fundo cercano.

Antes de él, su hermano mayor logró llegar a la universidad y se tituló de diseñador gráfico. Sin embargo, no todo fue alegre; quedó con una importante deuda producto del crédito estudiantil, la que hasta el día de hoy cancela.

Al llegar a cuarto medio Ricardo no tenía claro lo que quería hacer. "Pensé en trabajar y estudiar, o incluso trabajar y postergar un tiempo mis estudios", cuenta. En ese instante fue fundamental su hermano: "Me dijo que no, que el momento era ahora, que lo aprovechara".

Y así fue. Postuló a la gratuidad, de la que no tenía mucha idea, y quedó. "A mi familia se le quitó un peso de encima. Mis papás no sabían cómo hacerlo, iban a tener que pagar matrícula, mensualidad, quizá hasta algo en Osorno para poder quedarme. Por eso la gratuidad les quitó un gran peso de encima", relata.

Ahora, y luego de haber egresado del Liceo Adolfo Matthei, estudiará Sicología en la Universidad de Los Lagos. No fue una decisión al azar: "en cuarto medio después de todo un intenso proceso ya lo tenía claro". Su idea es cursar dicha carrera para conocerse a sí mismo y ser más consciente respecto a su propia persona.

Para él "la educación es un derecho, no debe ser un privilegio y ojalá se amplíe. Es un derecho fundamental para cualquier persona".

Primera generación

Juanita Pozas tiene 17 años, egresó del Instituto Comercial y está haciendo ahora su práctica. Sin perjuicio de lo anterior, se matriculó para estudiar Educación Diferencial en la ULagos. Justamente su especialidad en el liceo fue la de técnico parvularia.

"Me llama la atención. Me encanta estar cerca de los niños, sobre todo de los que son especiales", cuenta esta chica llena de vocación: "Me gusta ayudarles, enseñarles y apoyarles", detalló.

Juanita vivió 14 años en el campo con sus abuelos, hasta que por un tema de estudios se vino a Osorno. Su abuela es pensionada y su abuelo trabaja en un fundo agrícola. Ella será la primera de su familia cercana en ir a la universidad.

"Si no obtenía la gratuidad yo tenía pensado estudiar y trabajar. Iba a ser un sacrificio enorme, pero iba a hacerlo por estudiar. Ahora no será necesario", explica Juanita. Su carrera vale $2.350.000 al año, los que su familia se ahorrará. "Mi familia no hubiera podido pagarlo", señala.

"Mis abuelos llegaron a llorar cuando supieron que tendría gratuidad. Para ellos el mejor regalo es que yo estudie", cuenta Juanita.

La directora provincial de Educación, Eliana Theil, destaca la importancia de esta política pública que permite un acceso más igualitario a la educación superior.

"Hemos tenido testimonios muy cercanos de los estudiantes beneficiados, que nos han señalado que para muchos de ellos hubiera sido imposible estudiar sin la gratuidad", dice.

Agrega que "sabemos que muchos chicos no hubieran podido lograr su sueño de estudiar sin este apoyo del estado de Chile, porque muchas familias no tienen la capacidad de endeudarse".

Theil explica que no son sólo los jóvenes de sectores rurales o de origen indígena los beneficiados: "Aquí en la ciudad también hay muchos beneficiados. Hemos hecho desayunos con ellos y nos ha sorprendido la cantidad, de todos los sectores de la provincia".

La directora resalta también que la gratuidad "nos permite dar un salto cualitativo y cuantitativo hacia el desarrollo. Si queremos realmente apuntar hacia eso, lo esencial es asegurar una educación de calidad gratuita y sin ningún tipo de discriminación".

Igualmente, Theil destaca que "independientemente de las opiniones que pueda haber, quien inició esta política de estado fue la Presidenta Michelle Bachelet, quien fue criticada y denostada por sectores que no veían con buenos ojos la gratuidad de la educación".

Rodrigo Márquez, director de docencia de la ULagos, opina en el mismo sentido, y aborda también la dimensión simbólica y social del asunto.

"Esta es una política pública en la que muchos jóvenes, que han sido beneficiados por ella, cumplen una función vicaria de sus familias; es decir, hoy los hijos de las familias de los habitantes de la Región, están cumpliendo los sueños que sus padres no pudieron concretar".

"Hoy, las familias sienten que los hijos que tienen gratuidad, vivan la oportunidad que ellos no tuvieron. Producto de este mismo fenómeno, muchos de estos estudiantes son primera generación en ingreso a la universidad", detalló Márquez.

A la vez el académico dice que "tenemos una región desde el punto de vista de su conectividad y accesibilidad compleja. Y a pesar de esto, los estudiantes se trasladan, están motivados a llegar a la educación superior y tomar esas oportunidades".

El experto se refiere también a un dato que llama la atención, y que es la baja tasa de deserción entre los estudiantes beneficiados por la gratuidad: "Las oportunidades se han tomado y se han cobijado. Hemos visto que los estudiantes que están en segundo o tercer año han persistido, por lo que los niveles de deserción han sido bajos".

"Hay que terminar con la brecha entre los que salen de un colegio público, uno subvencionado y uno privado. Tiene que haber gratuidad universal para que eso cambie".

Paulina Higueras, Estudiante"

"Sabemos que muchos chicos no hubieran podido lograr su sueño de estudiar sin este apoyo del estado de Chile".

Eliana Theil, Directora provincial de, Educación"

257 Mil alumnos en Chile estudian con gratuidad en la educación superior, tras la reforma llevada a cabo durante el último gobierno.

60% más vulnerable de los estudiantes tiene hoy derecho a la gratuidad en la educación superior, y la idea original es que esta cifra se vaya ampliando. Dependerá de las autoridades entrantes.

7 de cada 10 alumnos de primer año de la Universidad de Los Lagos se prevé que obtengan el beneficio, según las proyecciones del rector Garrido.