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Seis personas quedan damnificadas tras un incendio que destruyó su vivienda

POBLACIÓN ALDAY. Tres adultos y tres menores perdieron todas sus cosas. Bomberos tuvo dificultades para acceder debido a que los pasajes son angostos.
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El almuerzo navideño de los vecinos de la población Alday, en Rahue Bajo, se vio alterado la tarde de ayer, con un incendio que destruyó por completo una vivienda ubicada al final del pasaje Atacama.

La emergencia se desató a las 13.40 horas, cuando residentes de la ladera de la población se percataron que desde la casa del vecino Luis Vargas Vargas (de 53 años) comenzaba a emanar humo negro.

"Comenzamos a escuchar gritos y vimos que el vecino de la casa del lado le gritaba al hijo del dueño de la vivienda que saliera (...) , a esa hora la casa ya estaba ardiendo por completo", comentó ayer Paula Morales, de calle Atacama 112, quien observó con tristeza cómo la casa de su vecino era consumida por el fuego.

En la casa siniestrada vivían además los hijos de Luis Vargas -Luis y Fresia Vargas Maripán (26 y 22 años respectivamente), además de tres menores de 8,3 y un mes de vida (hijos de Fresia).

Falla eléctrica

Bomberos tuvo complicaciones para acceder al lugar debido a que las calles son estrechas. Sin embargo, lograron evitar que el fuego se propagara a otros inmuebles cercanos.

Un problema eléctrico figura como posible causa del siniestro que generó la pérdida total de la casa.

"Enfrentamos una jornada difícil, fue complejo llegar, pero aún así evitamos la propagación del fuego, cuya causa habría estado en una falla del sistema eléctrico de la vivienda. Afortunadamente no tenemos personas lesionadas", expresó Marcelo Millar, comandante de bomberos, quien señaló que el primer móvil demoró 4 minutos en llegar al lugar de la emergencia.

Los damnificados quedaron albergados en casa de familiares y de inmediato los vecinos del sector comenzaron a organizarse para ayudar a los afectados.

Quienes deseen apoyar a la familia afectada pueden entregar sus aportes en calle Atacama 72.

Vecinos del centro reclaman por ruido de músicos ambulantes a toda hora del día

DENUNCIA. Freire con Ramírez, Mackenna con Matta y la Plazuela Yungay son los puntos donde se registra el problema.
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cronica@australosorno.cl

"No es que uno sea mala vecina ni que desee causar problemas, pero el nivel de la música es demasiado alto. Yo estoy en el quinto piso y no puedo conversar tranquila con mi familia, no puedo hablar por teléfono, no puedo escuchar la radio o televisión y menos descansar", fueron las palabras de Julia Martin, quien vive en un edificio ubicado en la esquina de Freire con Ramírez.

Para Julia, el sentimiento ya es de impotencia, ya que ella cumple con todas las normas que su edificio le exige, sin embargo, "llego del trabajo cansada y no puedo dormir tranquila. Al final uno termina comportándose de mala manera, porque la falta de descanso pasa la cuenta".

Esta denuncia se ha hecho recurrente las últimas semanas en el sector céntrico de Osorno, debido a que los espacios públicos, como esquinas y plazas, están siendo ocupados por personas, que sin contar con autorización, efectúan una serie de manifestaciones artísticas, culturales, musicales y religiosas que generan ruidos molestos, lo que perturba el derecho a vivir de manera tranquila de los residentes en los edificios del centro.

Entre los reclamos más recurrentes están aquellos con los grupos musicales de estilo andino, los llamados "indios Sioux" y los evangélicos, que son sus parlantes e instrumentos llegan cada día a realizar conciertos callejeros.

Entre músicos

Felipe McEvoy es músico y guitarrista, tiene una academia en el Centro Cultural Sofía Hott y vive en el edificio Plaza hace un par de años.

Para Felipe, la música es lo que mueve su vida, no obstante, en el último tiempo se ha convertido en un dolor de cabeza.

"Estoy consciente de que este lugar es bullicioso, pero resulta que se instala una banda en la semana que toca demasiado fuerte, casi como si estuvieran sentados en el living de mi casa, entonces uno no puede conversar tranquilo y tampoco se puede descansar. Yo he conversado con los vecinos y es una molestia generalizada, porque nuestra calidad de vida es mala, ya que no hay forma de obviar el fuerte ruido que producen", comentó el músico osornino.

Marcia Fester es jefa de administración del Edificio Plaza, ubicado en Matta con Mackenna, donde según relata, la mayor cantidad de vecinos son adultos y adultos mayores.

"En este edificio vive mucha gente mayor y con los ruidos molestos de la plaza no se puede descansar. Algunos están enfermos y otros están con problemas nerviosos, yo vivo aquí hace más de 20 años y si bien hay actividades que son autorizadas, hay otros músicos ambulantes que no nos permiten vivir tranquilos", puntualizó Marcia Fester.

Agregó que para ellos existe desinformación con respecto a este tema, ya que no saben a quién reclamar.

Las autoridades

Hardy Vásquez, director de Asesoría Jurídica de la municipalidad de Osorno, comentó que los músicos populares no son autorizados por el municipio, a diferencia de las actividades que se realizan esporádicamente algunos fines de semana, como las corridas o eventos familiares. "Si hay ruidos molestos, los vecinos deben hacer la denuncia pertinente en carabineros", enfatizó.

Por su parte, el mayor Claudio Landero, de la primera Comisaría ubicada en calle Justo Geisse, señaló que "no hemos recibido denuncias formales, las penas y multas a las que se exponen son las que determinan los tribunales locales. Pueden haber penas que están asociadas a ordenanzas municipales y los montos dentro de la regla general son penas pecuniarias, pero nosotros no los manejamos".

Firmas

Julio Bustos es un joven de 32 años que vive hace un tiempo en el edificio Kauak, ubicado frente a la plaza de Armas. Para él y sus vecinos, los ruidos se han transformado en una verdadera pesadilla.

"En nuestro edificio se están juntando firmas por los ruidos molestos que generan los camiones que limpian las calles, además de las actividades que se desarrollan los domingos en la plaza, como zumba y otros. Pero además a esto se suma el ruido de los músicos ambulantes. Entonces, no podemos descansar después del trabajo o dormir siestas, actividades que deberíamos realizar con total normalidad, pero no podemos hacerlo", señaló.

Explicó que un representante por departamento debe firmar un petitorio, que esperan presentar al municipio cuanto antes, para así subsanar de alguna manera el tema.

En la yungay

La plazuela Yungay es un lugar donde constantemente se desarrollan ferias artesanales, ceremonias, actos, entre otros eventos públicos, pero además es el escenario preferido de músicos callejeros como los "indios Sioux", lo que para vecinos y locatarios es un gran problema.

Carlos Vera trabaja en la paquetería Santa Teresita, ubicada frente a la plazuela, y señala estar cansado de tanto ruido.

"Aquí colocan la música muy fuerte, no podemos atender bien a la gente y los clientes reclaman. Esto es de todos los días, pero además los fines de semana viene a predicar un pastor evangélico con micrófono y parlante y eso para nosotros es molesto, porque muchas veces no podemos prestar atención a los clientes como quisiéramos", manifestó.

Algo similar le ocurre a Yolanda Muñoz, quien atiende el Jardín de Clementina.

"Estamos cansados por el volumen de la música, es ensordecedor. Están los evangélicos, la banda de los indios, además de la música de los mismos locales. Es tremendo. Muchas veces tenemos el local lleno y no podemos escuchar nada, finalmente nosotros también contribuimos al ruido ya que debemos gritarnos entre nosotros", comentó.