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Tres osorninos reparten alegría y regalos a los niños durante la Navidad

PASCUEROS. Todos tienen la misma misión, aunque lo hacen de distintas formas: entregar el espíritu de estas fiestas con un recuerdo imborrable en la memoria de los pequeños.
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El "viejito" de Lynch que regala ilusión a los que quieren creer

Con su barba blanca que comienza a dejar crecer en julio, Joaquín Collao se dedica desde hace cuatro años a personificar al viejito pascuero y lo hace sin fines de lucro, ya que según dice, "es para entregar alegría e ilusión a quienes necesitan creer".

Desde su local Jocar, ubicado en calle Lynch, relató que cumple esta labor todos los años, luego de que un amigo que trabaja en un hogar de menores le pidiera que se disfrazara para entregar regalos a los niños de la residencia.

"Me prestaron un traje que era de arpillera, me quedaba muy incómodo, pero entregando regalos a los niños vi lo que uno representaba para ellos y por eso decidí hacerlo por más años", expresó Joaquín.

Así, su personaje es como un compromiso de todos los años con el hogar y también con quienes realmente necesitan creer en algo, llegando a hogares, jardines vulnerables que no pueden pagar por un pascuero e incluso piensa llegar este fin de semana a los niños pacientes del hospital para transmitir su alegría o a cualquier institución de beneficencia que lo necesite.

"Una señora me quería regalar 20 mil pesos ayer, pero yo le dije que no, porque perdería el sentido de lo que yo hago en la Navidad y por eso llegamos a un acuerdo y le dije que comprara uno o dos juguetes y se los regale a quien lo necesite", manifestó.

Además, todos los días tiene su traje en el negocio de calle Lynch, donde se viste para llamar la atención de los niños que pasan y así llegan muchos a visitarlo.


La extensa jornada del pascuero que llega a las casas para repartir regalos

Con 18 años de experiencia como viejo pascuero, durante cada mes de diciembre Rudy Cárdenas debe compatibilizar su trabajo como auxiliar paramédico del Hospital San José con el reparto de regalos tanto en fiestas de instituciones como en casas y condominios en la víspera de la Navidad.

Su trabajo comenzó en la sala cuna del hospital, desde donde se fue haciendo conocido y actualmente trabaja con su hija, quien se encarga de coordinar su ajetreada agenda navideña.

El servicio personalizado que presta Rudy Cárdenas tiene un valor de 30 mil pesos e incluye una llegada con sonidos de campanas y fotografías de la visita y, por supuesto, la esperada entrega de regalos.

"Vamos en vehículo con mi hija que va al lado mío informado a quién le toca primero y las direcciones a las que tenemos que ir. De repente llega una llamada inesperada pidiéndonos y ella los va dejando para el final", señaló.

La jornada del 24 de diciembre para este pascuero comienza alrededor de las ocho de la tarde y las visitas duran hasta la medianoche, llegando a atender hasta 15 casas durante la jornada. "Los niños quedan admirados, sobre todo con el traje hecho por mi señora, el jojojo, la campana y los regalos", dijo.

Hugo Jara es el famoso pascuerito del Mall Portal Osorno, quien desde el año pasado está sentado en su trono ubicado en el segundo piso del centro comercial, donde está disponible para sacarse una fotografía con el árbol navideño de fondo y dársela a cada niño a cambio de que le entreguen a una de sus "pascueritas" un regalo para un niño de alguno de los hogares de la Coordinadora de la Infancia, entidad que agrupa a estas casas de acogida en la ciudad.

Hugo Jara cuenta que hace cinco años se dedica a este oficio y el 2016, luego de un casting realizado por el mall para realizar esta campaña navideña, fue escogido como su pascuero oficial.

"Me gusta hacer esto porque me siento bien, los más felices son los niños que vienen a dejar su regalo para la Coordinadora de la Infancia, porque para ellos trabajamos", dijo Jara.

Hasta ayer este viejo pascuero llevaba más de 1.100 regalos recibidos y se esperan más durante el fin de semana para que ningún niño de los hogares osorninos se quede sin recibir su presente.

Detalló que la fotografía que toman las "pascualitas" se entrega después a los niños y va en un formato que lleva un imán para ponerla en el refrigerador.


Fotografías y sonrisas a cambio de un regalo para los niños de hogares