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A los 101 años falleció el comerciante de origen austriaco Rudy Mayr

LEGADO. El propietario de la imprenta y librería que llevan su mismo apellido fue recordado como un gran trabajador, además de participar del Club Aéreo de Osorno.
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Paola Rojas

Uno de los comerciantes con más trayectoria en la ciudad falleció este lunes a sus 101 años de vida. Se trata de Rudy Mayr, propietario de la imprenta y la librería que lleva su mismo apellido, local que atendió hasta cumplir los 100 años, convirtiéndose en el lugar más tradicional de ese rubro en Osorno.

El empresario dio una última entrevista a El Austral en junio de 2016, cuando cumplía su centenario. En esa oportunidad dijo que la clave para seguir vigente a tan avanzada edad consistía en mantenerse siempre activo.

Su padre llegó desde Austria y se casó en Chile, donde formó familia y fundó la imprenta en 1905. Al morir se hicieron cargo sus hijos Rudy y Hans, quien falleció a los 100 años.

Rudy Mayr fue despedido por sus familiares y amigos la tarde de este martes en una emotiva ceremonia en el Cementerio Alemán.

Trabajador incansable

Quien lo describió tal como era, perfeccionista y trabajador, fue su hijo Óscar Mayr, recordando que cuando cumplió los 100 años dejó de trabajar en el negocio, pero continuó dirigiéndolo desde su departamento, a través de su secretaria.

"Allí se sintió cansado, subió a su departamento y se quedó arriba y no bajó más, pero siempre trabajando, haciendo pequeñas cosas, reparando cosas del departamento. Era muy aficionado a fabricar juguetes y siempre estaba en eso", expresó el hijo.

Lo describió como una persona como debe ser, que siempre estaba cuando se necesitaba y tenía un humor muy particular.

Además, su empeño por realizar un trabajo perfecto, lo llevó a tal nivel que cuando veía una falla en alguna letra impresa y presentaba un pequeña error, hacía cambiarla inmediatamente y tenía una ortografía perfecta, pese a que no conocía las reglas ortográficas.

Su hijo se refirió además a la pasión y entrega por su oficio, que lo hacía reparar él mismo las máquinas, sin llamar a ningún técnico, ya que las conocía a la perfección.

Minucioso y bromista

Marlene Ríos, su mano derecha en el negocio, llegó a los 17 años a trabajar con él, permaneciendo por 38 años con "Don Rudy", como le llamaban cariñosamente sus empleados.

"Don Rudy era muy minucioso, nada podía pasarse de la raya. Muy perfeccionista e impecable, pero con muchas bromas entremedio", reconoció la colaboradora.

Relató que el día en que cumplió su centenario de vida, en medio de las celebraciones, subió a su departamento y sintiéndose muy cansado decidió retirarse del trabajo que llevaba por años.

Piloto fundador

Finalmente quien también se refirió a la memoria de Rudy Mayr, fue Victoriano Reinares, socio del Club Aéreo de Osorno, mencionando que el comerciante ingresó a esa entidad en la década de los '40, junto a otros fundadores.

También integró el club de planeadores, volando hasta la década de los '80 ambos tipos de nave.

"Piloteó desde que se inició el aeródromo, en Francke, después se fue a Pampa Alegre. Don Rudy era un apasionado del tema aéreo, fue formador del club de planeadores de Osorno, que fue el primero de Chile. Después la condición física no se le permitía pero siempre fue su pasión", precisó.

Imprenta y propiedades

En la entrevista que el año pasado brindó a El Austral recordó cómo se apasionó por el oficio de la imprenta, el cual adoptó por tratarse de una empresa familiar. "De joven entré a la imprenta a arreglar las máquinas y ayudé a mi papá, después quedamos con mis hermanos. Yo quería comprar afuera en calle Ramírez, pero mis hermanos no quisieron y nos quedamos aquí adentro", expresó. También se dedicó al arriendo de propiedades en el centro de Osorno, las cuales están actualmente están ocupadas por diferentes comerciantes de la ciudad.

nació Rudy Mayr el propietario de la imprenta y librería, quien trabajó hasta los 100 años. 1916

Destacan capilla de 128 años que conserva su construcción original

CALBUCO. La comunidad está comprometida con su mantención.
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La defensa de los calbucanos por sus bienes religiosos y el alto nivel de religiosidad, ha servido en la preservación de la estructura de la iglesia de San Antonio.

Es lo que se pudo observar en un recorrido efectuado por un grupo de operadores y guías de turismo a la Isla Quihua, donde se ubica la capilla más conocida por Nuestra Señora de la Candelaria, con 128 años de antigüedad.

A pesar de sus años, está perfecta, con buena mantención de pintura y arreglos. El párroco Francisco Núñez asegura que nunca la gente ha querido postularla a patrimonio histórico o de la humanidad, "porque todas las que reciben esa denominación quedan abandonadas como la Iglesia de Carelmapu", y subraya que la gente se encarga de mantener intacta las maderas nativas con la que fue construida, con coigües, ulmo, ciruelillo entre otras, y con todo el revestimiento de alerce y levantada con la misma Escuela de Chiloé con pilares imitando a los templos romanos.

Productores junto a Inia conforman 23 criaderos de raza Künko en La Costa

AGRO. Se inscribieron cerca de 700 ovinos en registros genealógicos oficiales. Aseguran que la especie tiene excelentes características para la zona costera.
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Un nuevo paso por valorizar la ovejería de la costa de la provincia de Osorno, está realizando la Asociación de Productores Ovinos de San Juan de La Costa, luego de la inscripción de 23 criaderos de la raza Künko en los registros genealógicos.

Con apoyo del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) los productores registraron cerca de 700 animales, lo cual certifica a los productores como criadores oficiales, lo que les permitirá desarrollar un negocio con valor agregado en materia de conservación del recurso genético.

Para ello especialistas de Inia Remehue identificaron a los animales que corresponden a la raza Künko, inscrita ante el Servicio Agrícola y Ganadero en septiembre del 2016 por parte de la organización de agricultores.

En los predios se depuraron rebaños, incorporando carneros y ovejas pertenecientes a la raza y capacitando a los agricultores para que incorporen herramientas tecnológicas para identificar a los animales correctos.

Rodrigo de la Barra, director regional de Inia, detalló que en este proyecto se trabaja desde 2014, donde primero se inscribió la raza y ahora se están conformando los criaderos.

Añadió que la iniciativa permitirá montar un negocio de genética ovina traducido en incremento del 30% a 40% del precio de las borregas y en el caso de carneros los valores se podría duplicar.

La presidenta de la Asociación de Productores Ovinos de San Juan de La Costa, Claudia Cancino, explicó que la raza Künko se adapta fácilmente a las condiciones agroecológicas de la zona costera, convirtiéndose en un producto que ha ganado un espacio en el mercado turístico local y regional.

Dicha entidad está impulsando diversas iniciativas orientadas a desarrollar la ovejería en dicha comuna, entre ellas, de valorización de subproductos ovinos como la lana y cueros con financiamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y apoyo de Inia y en 2018 comenzarán con el proyecto de sellos de origen del cordero costeño, financiado por el Gobierno Regional de Los Lagos.