Secciones

La movida gastronómica purranquina: entre lo clásico, lo nuevo e innovador Museo Purranque

RESTAURANTES. El Austral visitó tres locales en la vecina ciudad para mostrar parte de la oferta culinaria de la segunda comuna más grande de la provincia.
E-mail Compartir

Un clásico frente a la plaza: Restaurante

Alis Nannig, descendiente alemana, junto a su esposo decidieron emprender hace 10 años en un negocio independiente. Primero optaron por otro rubro, pero tras fracasar en el primer intento, apostaron por abrir un pequeño local de comida rápida.

"Fue una locura. Nos lanzamos a hacer algo, partimos con una cosa, pero no funcionó y luego decidimos hacer algo diferente. Así fue como partimos con los sándwich El Comilón, después cuando la gente nos fue conociendo crecimos y decidimos ser restaurante para ampliar el horizonte", cuenta Nannig.

El lugar tiene una copiosa decoración, que va desde cuadros de personajes antiguos y de la colonia alemana, además de insumos como balanzas, máquinas de escribir, sierras, relojes y una serie de otros instrumentos de antaño.

"Esto no partió como museo, partió como El Comilón, pero con el tiempo pasamos a ser restaurante y por identidad empezamos a traer muchas cosas de los colonos alemanes, entonces hicimos el cambio, pero en realidad todavía estamos en ese proceso. Hay cosas que todavía nos faltan por modificar", dice la propietaria, quien junto a su marido se dividen las tareas en el restaurante y la cocina.

El éxito del local de comida rápida les permitió ampliarse y darle un giro más cultural y temático a su emprendimiento, que recién cambio su fachada y diseño.

"Hacemos comida casera, no solo sándwich. Nos ha ido bien, lo que pasa es que uno ya tiene su clientela formada, entonces ya nos conocen porque estamos ubicados frente a la plaza de Armas, por calle Las Heras", relata la descendiente de alemanes.

Según Alis, el plato estrella es precisamente el asado alemán con agregado, el cual va todos los días como oferta en el menú y vale $4.000.

"Nos fue bien con los sándwich porque son ricos, contundentes y de buena calidad", asegura Nannig, por eso a pesar de cambiar a un negocio más formal sigue vendiendo el producto que la llevo al éxito.

"Cualquier persona que entra verá que es un local limpio, ordenado, tranquilo y familiar, porque esa es la idea, que vengan a compartir y disfrutar en un ambiente bueno y cristiano", dice la dueña del Museo Restaurante que abre de lunes a sábado, de las 8.30 a 20 horas en horario continuado.


Lo nuevo: Mamma Ela, una administración que promete

"Como familia y empresa hemos buscado la innovación y nuevos rubros. Siempre hemos sido independientes y ahora se dio la posibilidad de hacernos cargo de este restaurante de Purranque", dice Andrés Urquidi, propietario junto a su señora del local Mamma Ela. Se trata de un espacio ubicado a la altura del kilómetro 957 por la ruta 5 sur, que abrió sus puertas en julio del presente año con una oferta que va desde el menú ejecutivo ($3.900) diario hasta el tenedor libre y platos a la carta, además de una interesante variedad de sidra local que se puede degustar sin compromiso de compra.

En cuanto al nombre del local, Urquidi explica que "está más bien ligado a la familia de mi señora por parte de su abuela, a quien llamaba Mamma y nuestros hijos le decían Elita".

Hasta el momento las ventas han andado bien y el local le ha gustado tanto a la gente de Purranque como de alrededores. "Nos visita gente de Puerto Montt a Osorno y mucho turista en la carretera", dice Andrés.

En cuanto a la carta, Urquidi cuenta que posee distintas variedades de pescados, mariscos, carnes, además de una colación ejecutiva de lunes a sábado. "Los sábados precisamente tenemos curanto a $6.500 y todos los domingos hay tenedor libre de asado al palo por $12.500, que incluye un aperitivo o jugo con una tabla de queso provenzal, chorizillo, longaniza alemana, salchichas y luego el buffet con ensaladas, cremas, carnes y postres". El 90% de la estructura del local es de pino oregón, mientras que sus sillas y mesas son de madera nativa.

Nicolás Díaz es periodista y, hace unos meses, también emprendedor local. El puertomontino se radicó en Purranque junto a su señora Silvana Obreque y su familia para cumplir juntos un viejo anhelo: abrir un resto-bar basado en la historia del séptimo arte.

"Esto nació a partir de una inquietud que he tenido desde hace muchos años, cuando era adolescente. Siempre soñaba con tener una especie de café o bar inspirado en el mundo del cine. Yo soy fanático del cine desde muy pequeño", cuenta Díaz, sobre esta innovadora iniciativa ubicada frente a la plaza de Armas de la ciudad.

"Ha sido una grata sorpresa, la gente no sólo se ha entusiasmado porque el local es distinto, sino también por la calidad de los productos", cuenta Nicolás, agregando que además del ambiente y una carta en forma de claqueta de cine con nombres que hacen alusión a películas clásicas, el espacio ha llamado la atención por su diseño y originalidad de los productos.

"Tenemos el sándwich Capitán América, que es una hamburguesa casera hecha completamente al estilo gringo, tiene salsa barbecue, cebolla caramelizada, tocino, pepinillos dill y todo eso le da una mezcla de sabor distinto", dice Díaz.

También está el Bastardos sin Gloria, que es 100% alemán: tiene lomo, chucrut, mayonesa y tomate. Los precios van desde los $3.800 hasta los $6.500 en sándwich. Este último se llama Gran Purranquino y pesa más de medio kilo, el cual se puede acompañar con una cerveza artesanal local o alguno de los tragos propios del Cine Resto-Bar como Rápido y Furioso (en la imagen) o una Laguna Azul.


Innovador: El Cine Resto-Bar


y su carta "de película"

"Cualquier persona que entra verá que es un local limpio, ordenado, tranquilo y familiar, porque esa es la idea, que vengan a compartir y disfrutar en un ambiente bueno y cristiano".

Alis Nannig, Propietaria"

años de vida tiene este lugar que comenzó llamándose El Comilón y que hoy cambió su nombre y oferta gastronómica. 10