En agosto de 2016 se creó el Consejo Asesor de Formación Técnico-Profesional (FTP), instancia asesora de la Presidencia, con el objetivo de desarrollar acciones, programas y políticas en el área, articulando al sector público y privado. En 2016 también se decretó la Política Nacional de FTP que busca contribuir en la valoración de la educación técnica y su necesaria vinculación con la esfera social y productiva. Para esta vinculación también es necesaria la pertinencia y calidad curricular, el trabajo en red y la articulación entre la educación secundaria y terciaria, con la finalidad de tener jóvenes mejor preparados para el mundo del trabajo y en las áreas donde existen deficiencias de técnicos.
En estos días de vorágine eleccionaria, se anunció otro importante avance, en enero próximo será presentada la propuesta de marco de cualificaciones que busca reconocer y clasificar las competencias y grados de los trabajadores, dividiéndola en cinco niveles, desde los oficios básicos a la formación profesional. ¿Por qué es importante un marco de cualificaciones? Este instrumento permite ordenar y reconocer los aprendizajes (que pueden ser no formales) bajo criterios previamente definidos. Así este instrumento se constituye en una herramienta que permitirá conciliar las demandas del sector productivo con la oferta de competencias de trabajadores y estudiantes, facilitará el aprendizaje a lo largo de la vida y fomentará la calidad y pertinencia de la oferta de educación y formación.
Ya en 2004, la organización internacional del trabajo en su recomendación 195 sobre el desarrollo de los recursos humanos, coloca a las personas en un lugar central del desarrollo económico y social e impulsa a los Estados a formular y aplicar políticas de educación, formación y aprendizaje permanente que promuevan la empleabilidad de las personas a lo largo de la vida, promoviendo e incentivando la generación de marcos de cualificaciones.
Los desafíos en esta materia es transparentar la oferta educativa de las distintas instituciones, sintonizar la formación al contexto laboral, permitiendo al mundo formativo y al sector productivo acortar las brechas en las capacidades laborales de las personas, siendo conscientes que la implementación de esta iniciativa es algo gradual y el desafío mayor es responder a las demandas propias del contexto chileno.
Óscar Garrido Rector de la Universidad de Los Lagos