Jornada republicana
Sin importar el resultado y los niveles de abstención, debemos estar orgullosos de la gran jornada cívica vivida. Personas sirvieron como vocales de mesa y múltiples funcionarios públicos estuvieron haciendo posible una de las instancias republicanas más importantes.
Encontrarse con miembros de nuestras Fuerzas Armadas y Carabineros disponiendo la transparencia del proceso, diversas unidades regimentarias, así también institutos como la Academia de Guerra del Ejército que desplegó a sus alumnos en tan importante jornada, es muy importante de resaltar. No es menor tomando en cuenta el exigente proceso que viven en las aulas del denominado "crisol de cultura" de nuestro Ejército, y al igual que muchos ausentándose de sus hogares.
Esta jornada necesitó de muchos esfuerzos anónimos, ya sean oficiales, cuadro permanente o de la reserva movilizada. Fue una jornada de la república, incluido en el extranjero, pero recordemos que el deber ciudadano no concluye, hay que involucrarse en el debate y agenda pública, recordar a nuestras representantes que la república es trascendente en sus ciudadanos, que el balance de poder, la institucionalidad, la defensa de la vida, el Estado de Derecho y la libertad deben ser resguardadas.
Francisco Sánchez
Fin a Hidroaysén
Con el hecho de poner fin al proyecto Hidroaysén de parte de la empresa española controladora y dueña de los derechos de agua en Aysén queda de manifiesto el poder fáctico de grandes conglomerados capaces de influir en gobiernos como el nuestro, susceptibles a influencias de todo tipo. Por años se nos llevó a pensar que si no se construían estas megacentrales nos quedaríamos sin energía en 2025, pero la gente de Aysén y la comunidad organizada dijo otra cosa.
Habían múltiples formas de extraer energía mucho más limpias y renovables, se amplió la matriz energética, se construyeron centrales de pasada y, por ende, el costo de la energía bajó. Esto nos lleva a pensar que existiendo igualdad de oportunidades se puede salir de este nudo gordiano en que nos tienen los gobiernos de turno, es decir, dos cadenas de farmacias, dos cadenas de supermercados, un surtidor eléctrico en nuestra región, una empresa sanitaria.
Por qué dejar en manos de unos pocos el control de la economía.
Walter Carmona Cheuquian
Transparencia regional
El Consejo para la Transparencia hace unos días convocó en Temuco en su segundo encuentro nacional a ocho instituciones de educación superior que llevan a cabo el proyecto de Observatorios Regionales, entes radicados en las carreras humanistas de estas universidades, los cuales, entre sus funciones, tienen la vinculación con la comunidad, difundiendo una cultura de transparencia y acceso a la información pública.
Ya se van a cumplir 10 años de la puesta en marcha de la Ley 20.285, donde la ciudadanía aún tiene incertidumbres con la administración pública y el Estado respecto de ciertos actos, además del desconocimiento de la ley y el consejo. Por ende, juegan un rol trascendente los equipos que constituyen los observatorios, no sólo con acercar la ley a la gente, sino también ayudar a fiscalizar que efectivamente el marco normativo se cumpla.
Los actos que la administración pública a diario tiene no pueden alejarse de la ciudadanía, por ende, las diferentes herramientas establecidas deben difundirse usarse, con lo cual la sociedad civil organizada es parte de este proceso. Para 2018 los desafíos que este encuentro nacional trazó son bastante claros: los Observatorios Regionales deben identificar demandas ciudadanas y necesidades de transparencia, son claves en perfeccionar la ley a través del trabajo que hagan en terreno y, por supuesto, deben al interior de sus comunidades ser el ejemplo en transparencia, de lo contrario el trabajo al exterior será en vano.
Eduardo Leiva Zumelzu, coordinador del Observatorio Regional de Transparencia de la ULagos
Política e idealismo
Vicente Huidobro decía que para salvar nuestra patria se tenían que ir los viejos "sin más ideales que el vientre y el bolsillo", siendo reemplazados por jóvenes llenos de ideales y esperanzas, los mismos que habían hecho de este un gran país en otro tiempo. ¡Cuánta razón tenía el vanguardista! La verdadera política, la que logra cambiar el mundo, es esa hecha por los de espíritu joven, por los que están convencidos de querer trabajar por las personas y al servicio de un ideal.
Esto es contrario al tecnócrata, el que ve la administración simplemente como una ciencia de la que sacar provecho. Pueden ser muy eficientes, pero nunca lograrán mover el mundo, ya que el mero cálculo político o la conveniencia será suficiente para que olviden los ideales. Quitémosle la política al mero pragmatismo, y devolvámosla a los idealistas, a aquellos que ven en esta una forma de servicio, y así volvamos a creer en el humanismo intrínseco del arte político.
Pablo Errázuriz L.