"Con entrenamiento vamos a corregir los errores y encontrar nuestra dinámica de juego"
Carlos Schwarzenberg, entrenador de Osorno Básquetbol, tras las derrotas
"Probablemente esto seguirá en noviembre, pero ya en diciembre debiera ir parando un poco"
Fernando Santibáñez,
agroclimatólogo, por lluvias de primavera
Es indudable que aunque de manera lenta, el panorama social de Osorno, al igual que el de varias otras ciudades del país que demuestran una notoria pujanza económica, está cambiando sustancialmente producto de una creciente inmigración dada fundamentalmente, a contar de este año, por ciudadanos haitianos que vienen en búsqueda de una oportunidad laboral y de una mejor calidad de vida. A diferencia de colombianos, peruanos y argentinos, los otros grupos de nacionalidades que se aventuran en estas tierras del sur de Chile, los haitianos deben intentar su integración laboral y social en una cultura bastante más diferente que la de su país y, además, aprender a desenvolverse con un idioma que sin tutores o monitores dedicados, les hace cuesta arriba lo que tanto anhelan.
Los indicadores del Departamento de Extranjería de la provincia son claro reflejo del imán que representa esta zona para los inmigrantes provenientes de Haití, pues si en el año 2010 ni siquiera figuraban dentro de las nacionalidades que pedían solicitud de residencia en Osorno (provenían en lo esencial de Estados Unidos, Argentina y Colombia), hoy, con cifras recién a octubre de 2017, se ubican por lejos en el primer lugar, prácticamente cuadruplicando a su más cercano seguidor, que son los estadounidenses. Por cierto que a nivel nacional, y a pesar de agoreros que abrazan la banderas del chauvinismo, el número de inmigrantes es muy menor todavía si se le compara, en volumen y proporción, con la realidad de otros países similares.
En el plano local, curiosamente los esfuerzos por integrar a la población haitiana ha venido de parte de organizaciones religiosas y de anónimos ciudadanos; no así de las instituciones gubernamentales, que a falta de un marco normativo nacional que se haga cargo de este nuevo fenómeno social, están desplegando redes de solidaridad que van desde clases de español hasta donaciones de ropa y alimentos en los casos más graves. No obstante, es hora de que el Estado, mediante una ley moderna que dé cuenta de los cambios, asuma su rol para facilitar la integración de quienes buscan en Chile el mejor de sus destinos.
Las faenas agrícolas, tales como quemas de rastrojos y habilitación de terrenos para uso agrícola forestal, son las causales que originan principalmente los incendios forestales, que en la provincia alcanzaron 230 la pasada temporada. Por lo mismo, para este año se prevén multas en dinero y prisión para quienes sean sorprendidos.
Las dudas sobre un déficit en el presupuesto municipal de Osorno fueron aclaradas ante el Concejo por el director de Finanzas. Según explicó en un informe, el estado es positivo, pese a que la situación contraria había sido expuesta por el concejal Rodrigo Altamirano, quien había calculado un saldo en contra de $218 millones.
El optimismo generado por el retroceso en las cifras de desempleo de los últimos meses en Osorno sufrió un revés. Ello, porque el informe emitido por el INE detalla que Osorno presentó un 7,3% de desocupación en el trimestre julio-septiembre, cifra 0,6% más alta que en 2006, lo que implica que hay 400 más cesantes.
Héroes, súper hijos, súper padres. Historias, esfuerzo, drama, risas, llanto, todo mezclado en un gran escenario, entregado a gotas durante 27 horas a través del medio de comunicación más penetrante; la pantalla de televisión.
Este popurrí de modelos y empresarios, políticos y comunicadores, artistas y personas con capacidades diferentes, desde "Logremos el Milagro" (1978) al "El Abrazo de Todos" (2017), en nuestro país, exceptuando 1995, ha logrado superar con creces cada una de estas cruzadas a cargo de Mario Kreutzberger y su equipo.
Treinta y nueve años, 29 teletones, diferentes lemas, variados jingles, cada ciudadano sucumbe ante tanta emoción y va a depositar peso a peso a la cuenta 24.500-03. Y de viernes a sábado, 27 horas logran lo que nadie más puede: unir nuestro país.
El lunes, por supuesto, Chile vuelve al día a día, los ciudadanos caminan por un par de horas sonrientes por la labor cumplida, los empresarios (mismos que se lucieron en la tele) vuelven a vender gato por liebre, los trabajadores a pedir más feriados, los políticos a sacar la castaña con la pata del gato, los abogados a llenar de querella los juzgados, hasta los corruptos vuelven al ataque sin piedad.
¿Piedad? Clemencia, altruismo, caridad. Aquí entre nos, ¿somos caritativos los chilenos? Obviamente, viendo la Teletón, esta pregunta arriesga demanda, sin embargo, a la luz de la serenidad y sobre hechos concretos, pocos se atreverían a afirmar que somos solidarios. Empezando por el Estado, incapaz de hacerse cargo de problemas diarios, menos de chilenos con capacidades diferentes; siguiendo con el Legislativo, más preocupado de aumentar el cupo de parlamentarios que de legislar por una mejor calidad de vida; y el Poder Judicial, que por motivos desconocidos tiene demasiados delincuentes en la calle dejando a víctimas de violaciones y abusos (que no tienen una Teletón donde curar sus heridas) indefensos; y la televisión, tan prodiscapacidad y defensora de la inclusión, a lo más incluye homosexuales en sus programas ¿suficiente?...
En fin, son sólo algunos ejemplos de que somos buenos en la Teletón, pero nos falta mucho para ser caritativos... ¿O no?
Vivian Arend