Ha estado de moda hablar acerca de los inmigrantes, Hace muchos años que los chilenos no evidenciábamos tan nítidamente la gran cantidad de nuevos habitantes en el país. Las olas de inmigrantes se producen por varias razones: por precarias situaciones económicas en su lugar de origen, por situaciones políticas, por persecuciones religiosas, etc. Hay muchas razones que podrían explicar este fenómeno; sin embargo, existe un común denominador: encontrar una mejor calidad de vida.
Nuestra región y, en particular Osorno, a través del tiempo ha sido testigo de la llegada de un gran número de inmigrantes, provenientes de países europeos, de Medio Oriente, de Asia y últimamente de Latinoamérica. La mayoría ha llegado con mucho en contra, partiendo por el idioma, por las costumbres y sobre todo, por la falta de apoyo de una red social que los acoja, aunque al final se hacen espacio en su nuevo país.
Gracias a muchos inmigrantes, Osorno ha logrado posicionarse como una ciudad pujante. Desde su llegada y con las dificultades ya señaladas, fueron agentes de progreso. Han sido personas que han llegado con temores y esperanzas, pero con un sueño y decisión de entrega total al trabajo. Así, con el correr del tiempo han logrado plasmar emprendimientos que -como todo al inicio- fueron incipientes, de mucho sacrificio personal y familiar, transformándolos finalmente en fuente de desarrollo para muchas familias de chilenos. Con su actitud y decisión pudieron demostrarnos que el secreto del éxito es el trabajo, la honestidad, el respeto por la palabra, en fin, la mantención de muchos valores que hoy en día pareciera que se estuvieran esfumando.
Es aquí donde quiero entregar un mensaje de agradecimiento a todos aquellos que llegaron a la ciudad, ayudaron a su desarrollo y, después de muchos años de lucha y trabajo, dejan el espacio para que otros sigan con la misma tarea que ellos emprendieron hace más de medio siglo. Quiero en la persona del "Colega", Michel Martabit, testimoniar mi admiración por su contribución al desarrollo del comercio en el sur de Chile, que por más de 50 años realizó desde su tradicional esquina de Bilbao con O'Higgins, con su local de Bilbao Autos, y que ha dejado para vivir la vida desde otra perspectiva. Somos muchas las generaciones de osorninos los que más de alguna vez mantuvimos un negocio cara a cara con el conocido "colega de todos". Sin duda, el secreto del desarrollo está en el emprendimiento, en el sacrificio y sobre todo, en la confianza de hacer bien las cosas.
Sergio Hermosilla Pérez, ingeniero comercial y consultor