¿Panky?; Carmen Bolados Humeres. Era 1974 cuando llega con marido, cuatro hijos y petacas a vivir a este lluvioso rincón de nuestro país. Don Emilio venía con su trabajo, ella venía con su marido. Apenas aterriza, se incorpora a una ciudad que le abre los brazos. Fuerza, visión y colaborar con la comunidad venían dentro de esta estupenda serenense de sonrisa sincera.
Primero (junto con su amiga Mónica) abre "Lukas", en calle Freire. Luego de un año se traslada a Cochrane, donde con visión apuesta por la boutique "Panky". Entonces, mall y tiendas por departamento estaban en pañales. En Osorno, sólo estaba la boutique Trío, un "emprendimiento" de tres osorninas adelantadas para la época. Eran los años amables de, entre otros, la botica El Indio, la Ferretería San Pedro, la librería Mayr, el Waldys y el Dinos, atendidos siempre por sus dueños; un Osorno pujante y distinguido.
Después de más de una década, abre puertas de vestidos, jeans y poleras en calle Ramírez. Más de 22 años estuvo, como muchos, en un "tú a tú", haciéndole el peso a una mole de cemento. Cientos de horas dedicadas a vestir generaciones de osorninas, desde licenciaturas hasta la primera cita. Vistió a la abuela y a la nieta con la misma dedicación y cariño. "Necesito algo para tal compromiso" y en menos que canta un gallo, estábamos probándonos, riendo y disimulando el rollito con algún cinturón. Esos probadores eran verdaderos centros de terapia. "Te ves estupenda, no te preocupes, llévatelo, después lo pagas, como puedas". Sin duda, eran los días en que la palabra valía más que una tarjeta de crédito.
Tampoco se pide el vuelto para tal institución, ella misma es una institución y llega cargada de ropa a cuanta parroquia y necesitado se le cruce en el camino.
Tal vez es ese "hacer" lo que obliga a escribir, esa mezcla de nostalgia y buenos deseos. Buenos deseos también para nuestra querida Sole, allá en la modernidad de un grato y cómodo strip center y de nostalgia por otra época. Esa donde mujeres como la Panky (y en tí, todas ellas); guerrera, visionaria, estupenda, colaboradora y distinguida, digna representante de lo mejor de la mujer chilena.
Vivian Arend