A sólo dos meses del inicio de la temporada de cosecha de berries, uno de los emergentes motores de la actividad agrícola en la provincia de Osorno, los productores han manifestado su preocupación por las dificultades para conseguir la mano de obra que necesitan en los campos, una constante que se ha venido repitiendo en los últimos años y que, de acuerdo a los mismos agricultores, se volverá a repetir en esta primavera-verano. De hecho, un informe del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) del año 2013 ya advertía en ese entonces de la creciente complejidad que reviste la disminución de trabajadores en el sector agrícola, "a pesar del aumento de los salarios en el rubro; y es que contrario a los esfuerzos, no se logra igualar a otros sectores económicos, como por ejemplo, la construcción o la minería", reza el documento.

Aunque la proyección para la cosecha que se avecina apunta a mantener la producción de berries de años anteriores sobre la base de las hectáreas plantadas, todo indica que la apuesta de los productores irá por la calidad más que por la cantidad, a fin de evitar los bajos retornos que obtuvieron en el verano pasado, cuando las precipitaciones de verano terminaron mermando la condición del fruto. Precisamente para cautelar esa calidad del fruto es que se requiere de una mano de obra calificada, que sea capaz de maniobrar en los predios e ir seleccionando adecuadamente los berries según su condición.

Tal como se advierte del informe del Inia, la escasez de mano de obra en el sector agrícola no es algo nuevo, en particular en el sur del país. La misma condición temporal de este tipo de empleo, más el sacrificio que puede significar para muchos laborar a campo traviesa, se han convertido en grandes obstáculos para atraer trabajadores. Así, los productores están enfrentados a un problema que requiere de soluciones multidimensionales que pasan no sólo por la renta, sino que por una serie de otro tipo de prestaciones.

La experiencia comparada permite avizorar que esta dificultad para reclutar trabajadores agrícolas se irá acrecentando, lo que obliga a los productores a buscar mecanismos para relevar de mejor forma el capital humano.

Esta simple pregunta es habitual escucharla entre los jóvenes. No importa de qué se trate la celebración, lo que importa es que hay que pasarlo bien. Sería mejor que cuando se va a una celebración los invitados sepan qué se celebra, ya que ello sería con más sentido. Llama la atención en las generaciones más avanzadas como la mía, que con esto del cambio de días de los feriados, los niños, las nuevas generaciones, han ido perdiendo el sentido del "día de descanso" y la gran mayoría de los padres tampoco asume la responsabilidad de transmitirles el motivo de ese descanso adicional que se tiene.

Es más importante programar salidas, pero sin detenerse en lo que realmente debiera importarnos. Sucede en todo tipo de celebraciones, el ejemplo más notorio es la Navidad, todos celebran la entrega de regalos, pero pocos se detienen a reflexionar el motivo de ese intercambio de regalos, todos se olvidan del principal festejado: el Niño Dios. Lo mismo sucede con otras festividades religiosas y cívicas, entre estas últimas el 21 de mayo, día en que se conmemora el Combate Naval de Iquique, cuando Chile recuerda la heroica acción de un puñado de chilenos en el norte de nuestro país, o el 20 de agosto, día del natalicio del Padre de la Patria, Bernardo O'Higgins. No hay caso, la claridad del dicho "el pago de Chile" se evidencia repetidamente en nuestra sociedad.

Hoy 12 de octubre se celebra el Descubrimiento de América y es probable que un gran porcentaje de niños no sepa de qué se trata esta fiesta, lo importante es que lo que debíamos celebrar hoy se celebró ya el lunes pasado. Chile se tomó un largo fin de semana, todos descansamos, pero nadie asume los costos que eso tiene para el país, menor producción, mayor gasto y algo que no se ve, ni se mide… mayor lejanía de las nuevas generaciones con hechos que han marcado nuestra historia y también nuestro futuro.

Cristóbal Colón este año llegó el 9 de octubre, el próximo será día viernes y es de esperar que ahí realmente sepamos que ese día 12 de octubre se recuerda el inicio de una nueva cultura, de la unión de dos pueblos, unión que sin dudar ha sido con dolores, pero también con esperanza de juntos construir un mundo mejor. Cuando entendamos esto, será el día que no será necesaria la violencia, porque sólo en el entendimiento y en la buena voluntad es posible construir sólidamente un futuro mejor para todos.

Sergio Hermosilla P., ingeniero comercial y consultor